Una rebanada pegajosa de pizza. Un montón de patatas fritas crujientes. Helado goteando por un cono en un caluroso día de verano. Cuando se mira cualquiera de estos alimentos, una población de neuronas se iluminan, según un nuevo estudio de neurocientíficos del MIT.
Esta población recién descubierta de neuronas sensibles a los alimentos se encuentra en la corriente visual ventral, junto con poblaciones que responden específicamente a caras, cuerpos, lugares y palabras.
El hallazgo inesperado puede reflejar la importancia especial de los alimentos en la cultura humana, dicen los investigadores.
“La comida es fundamental para las interacciones sociales humanas y las prácticas culturales. No es solo sustento”, dice Nancy Kanwisher, Walter A. Profesora Rosenblith de Neurociencia Cognitiva y miembro del Instituto McGovern para la Investigación Cerebral y del Centro de Cerebros, Mentes y Máquinas del MIT.
“La comida es fundamental para tantos elementos de nuestra identidad cultural, práctica religiosa e interacciones sociales, y muchas otras cosas que hacen los humanos”.
Los hallazgos, basados en un análisis de una gran base de datos pública de respuestas del cerebro humano a un conjunto de 10,000 imágenes, plantean muchas preguntas adicionales. Alguna de ellas son cómo y por qué se desarrolla esta población neuronal.
CIENTOS DE MILES DE NEURONAS
En futuros estudios, los investigadores esperan explorar cómo las respuestas de las personas a ciertos alimentos pueden diferir dependiendo de sus gustos y disgustos, o de su familiaridad con ciertos tipos de alimentos. El estudio aparece hoy en la revista Current Biology.
Los investigadores aplicaron un método matemático que les permite descubrir poblaciones neuronales que no se pueden identificar a partir de los datos tradicionales de fMRI. Una imagen de fMRI está formada por muchos vóxeles, unidades tridimensionales que representan un cubo de tejido cerebral.
Cada voxel contiene cientos de miles de neuronas, y si algunas de esas neuronas pertenecen a poblaciones más pequeñas que responden a un tipo de entrada visual, sus respuestas pueden ser ahogadas por otras poblaciones dentro del mismo voxel.
El nuevo método analítico, que el laboratorio de Kanwisher ha utilizado previamente en los datos de fMRI de la corteza auditiva, puede decir las respuestas de las poblaciones neuronales dentro de cada vóxel de datos de fMRI.
Utilizando este enfoque, los investigadores encontraron cuatro poblaciones que correspondían a grupos previamente identificados que responden a caras, lugares, cuerpos y palabras. “Eso nos dice que este método funciona, y nos dice que las cosas que encontramos antes no son solo propiedades oscuras de ese camino, sino propiedades principales y dominantes”, dice Kanwisher. N
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