Los desechos alimenticios que atraen a los osos polares hacia comunidades humanas ponen a esos animales en peligro, advirtieron este miércoles científicos y defensores del medio ambiente.
La invasión de una localidad rusa aislada por decenas de voraces osos polares hace tres años ocupó las primeras páginas de la prensa mundial. Se muestran imágenes de grupos de animales comiendo desechos en un basurero a cielo abierto.
Este es uno de los múltiples incidentes que muestra la amenaza representada por los desechos alimenticios para esos animales en peligro, explican los expertos.
Los osos polares están gravemente amenazados por el cambio climático. La región ártica se calienta tres veces más rápido que el promedio mundial, lo que significa que hay menos capa de hielo, zona de caza preferida por estos animales.
“Asistimos a un aumento lento y regular de las interacciones negativas entre el hombre y el oso polar, alimentado en gran parte por la disminución de la corteza polar, que saca más osos polares hacia las costas durante más largos periodos y múltiples lugares”, declaró Geoff York, director principal de conservación de la ONG Polar Bears International.
CONFLICTO ENTRE HUMANOS Y OSOS POLARES
Se prevé que la interacción y el conflicto entre humanos y osos polares aumenten a medida que más osos polares pasen más tiempo en tierra. Esto derivado del derretimiento del hielo marino. Por ello la organización hace hincapié en la necesidad de medidas proactivas para mejorar la gestión de residuos y reducir los atrayentes alimentarios.
Si bien la correlación entre los osos negros y pardos y el desperdicio de alimentos humanos está bien estudiada, nunca ha habido una revisión que examine ampliamente las implicaciones del desperdicio de alimentos y estos animales.
Esto no ha sido históricamente un problema en el norte. Sin embargo, se está convirtiendo en uno a medida que el Ártico continúa calentándose. Ello obliga a más miembros de esta especie a pasar más tiempo en tierra en más lugares.
El conocimiento es crucial para que las comunidades del norte coexistan de forma segura con los osos. El informe extrae ideas anecdóticas de estudios de casos en Churchill, Manitoba, Canadá. Arviat, Nunavut, Canadá. Comunidades costeras de las Primeras Naciones en Ontario, Canadá. Kaktovik, Alaska, Estados Unidos. Belushya Guba, Novaya Zemlya, Rusia. Ryrkaypiy, Chukotka, Rusia. Y Svalbard, Noruega.
“El aumento de la actividad humana en el Norte va acompañado de más alimentos y desperdicios, que pueden atraer a los osos hambrientos. Esto se convierte en un punto de inflamación para el conflicto entre humanos y los osos”, indica el estudio.
Además, cuando se alimentan de residuos de alimentos humanos, los osos a menudo ingieren plásticos, toxinas y pueden estar más expuestos a enfermedades. N
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