En el mundo, solo 95 países informaron tener sistemas de alerta temprana de riesgos múltiples que notifican a los gobiernos, las agencias y el público en general sobre un desastre inminente.
La cumbre de la Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres terminó este viernes en Bali, Indonesia. La principal exhortación a todos los gobiernos del mundo fue a adoptar y mejorar con urgencia los sistemas de alerta temprana. También se pidió invertir en la construcción de una mayor resiliencia para disminuir las cada vez más frecuentes calamidades.
La reunión, organizada por la Oficina de la ONU para la Reducción de Riesgos de Desastres (UNDRR) y el gobierno indonesio, contó con la participación de representantes de unos 184 países. A ellos se sumaron organizaciones internacionales y otros actores interesados. Durante tres días evaluaron los avances para proteger a las comunidades de las amenazas climáticas y otras catástrofes.
En la reunión se informó que la cobertura más baja de desastres se observó en África, en los países menos desarrollados y en los pequeños Estados insulares en desarrollo.
La UNDRR insistió en que los sistemas de alerta temprana constituyen una forma de protección vital contra desastres como inundaciones, sequías y erupciones volcánicas.
560 DESASTRES ANUALES
En este tenor, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha emplazado al mundo a lograr que los sistemas de alerta temprana cubran a todos los habitantes del planeta en un plazo de cinco años.
Teniendo en mente que las proyecciones apuntan a 560 desastres anuales, o 1,5 por día, para 2030, los congregados en Indonesia adoptaron al término de la cumbre la Agenda de Bali para la Resiliencia, que dice que los sistemas de alerta temprana “deben incluir a las comunidades en mayor riesgo con la capacidad institucional, financiera y humana adecuada para actuar en cuanto haya un aviso de este corte”.
Además de las alertas tempranas, la Agenda de Bali enfatiza la importancia de dar un enfoque de resiliencia a todas las inversiones y la toma de decisiones. A su vez, indica se debe integrar la reducción del riesgo de desastres a todos los niveles del gobierno y la sociedad.
La cumbre enfatizó la comprensión del riesgo de desastres, el fortalecimiento de la gobernanza y gestión de ese riesgo. Así como la inversión para la resiliencia y la mejora de la preparación para una respuesta eficaz y una mejor reconstrucción.
Con la pandemia de covid-19 como referencia, la Agenda de Bali destaca la necesidad de reevaluar la forma en que se gobierna el riesgo y se diseñan las políticas. Así como los arreglos institucionales que deben implementarse a nivel mundial, regional y nacional. N
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