La cirugía robótica, o cirugía asistida por robot, permite a los cirujanos hacer diversos tipos de procedimientos complejos con mayor precisión, flexibilidad y control en comparación con las técnicas convencionales. La cirugía robótica es una técnica de mínima invasión, es decir, las incisiones son casi imperceptibles.
El sistema quirúrgico Da Vinci cuenta con dos sistemas que trabajan juntos y conectados entre sí: la consola y los brazos mecánicos. La consola es donde se coloca el cirujano para dirigir los brazos e instrumentos y donde se ubica el sistema de visión tridimensional y de alta definición. En ella también se encuentra el mecanismo de control de los brazos mecánicos y los controles técnicos de control del temblor, visión, sistemas de corte y coagulación.
Los brazos mecánicos sostienen los instrumentos quirúrgicos (pinzas, tijeras, cámara) y son los que se aplican sobre el campo quirúrgico (paciente). El cirujano controla estos brazos mientras está sentado frente a la consola.
El robot Da Vinci, en Oncología, se está consolidando como tratamiento en la mayoría de las patologías tumorales, principalmente en tumores torácicos, de riñón, cáncer de estómago, cáncer de colon, tumores pancreáticos, cáncer de útero y de ovario. Esto es por el alto grado de precisión que brinda el sistema quirúrgico, pues permite realizar cortes finos y exactos para la extirpación del tumor sin afectar vasos sanguíneos, ganglios o nervios que se encuentren alrededor del tejido dañado.
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Por ejemplo, la nefrectomía (extraer una parte o un riñón completo dañado) es considerada una cirugía de alta complejidad y el hecho de poderla llevar a cabo mediante tecnología robótica, aporta ventajas al proceso quirúrgico:
En la fase de ejecución de la cirugía, facilitando y potenciando la destreza y precisión del cirujano, con mayor accesibilidad a planos anatómicos profundos, existe mayor posibilidad de la preservación del riñón (cuando está indicado).
En la fase de recuperación del paciente, el post-operatorio es menos doloroso, hay una disminución en el riesgo de infecciones, menor riesgo de sangrado (menos transfusiones) comparándolo con técnicas no robóticas convencionales como son la cirugía abierta o la cirugía laparoscópica.
El robot Da Vinci permite que sea el propio cirujano oncólogo quien maneje la cámara, algo que no es posible con la laparoscopía pues, es el ayudante quien maneja la cámara y la cirugía se realiza a través de sus ojos, que no siempre enfoca exactamente como lo haría el cirujano, esto cambia de forma sustancial con el sistema Da Vinci, en el que es el propio cirujano oncólogo quien calcula las distancias y enfoca lo que necesita en cada momento.
Por consiguiente, las tres principales ventajas del robot Da Vinci son:
- Visión tridimensional a través de una cámara dirigida por el propio cirujano, con una mayor conexión entre los ojos y sus propias manos.
- Versatilidad, gracias a la libertad de movimientos que permiten los brazos robotizados, que pueden rotar hasta 270°
- La tercera y última sería consecuencia de las dos anteriores: al tener una mejor visión del área quirúrgica y una perfecta movilidad, la cirugía se transforma en un acto de mayor precisión, seguridad, menor sangrado y menores secuelas.
La mayoría de los pacientes oncológicos son susceptibles de ser tratados con el robot Da Vinci. Solamente un especialista quirúrgico, certificado en Cirugía Robótica le valorará y le explicará si en su caso concreto usted puede ser un buen candidato a este abordaje quirúrgico.
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