La pandemia por el covid-19 ha traído un retroceso grave en la aplicación de esquemas de vacunación para otras enfermedades. Los más afectados son los menores de dos años.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el año 2020 unos 23 millones de niños no recibieron las vacunas infantiles básicas administradas a través de los servicios de salud habituales. Esta representa la cifra más elevada desde 2009 y significa 3.7 millones más que en 2019, expuso la OMS en un comunicado de julio de 2021.
Las consecuencias de lo anterior pueden ser muy graves, especialmente para niños de escasos recursos, en países con conflictos o en barrios marginados. Las regiones de Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental han sido las más afectadas, según la OMS.
En tanto, en México, durante los últimos años, la cobertura ha disminuido. Datos de Unicef de julio de 2021 posicionan al país en el primer lugar de América y en el quinto lugar del mundo entre los países con mayor caída en su tasa de vacunación infantil en el contexto de la pandemia.
Según los datos mencionados, México dejó de aplicar la vacuna combinada contra la difteria, el tétanos y la tos ferina a 348,000 y a 454,000 niños en los años 2019 y 2020, respectivamente.
El doctor César Martínez Longoria, profesor clínico del Hospital San José del Tec de Monterrey, expresó que ello se debe a que las personas no llevan a los niños a vacunar, y la pandemia abarcó gran parte de la cobertura de vacunación.
“Esto puede provocar rebrotes de estas enfermedades en la población”, expuso Martínez Longoria en una conferencia de prensa organizada por Sanofi Pasteur, en enero pasado, denominada las “Enfermedades infecciosas prevenibles con vacunación”.
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En tanto, entrevistado por Newsweek México, el doctor Daniel Gregory López Rodríguez, gerente médico sénior de Sanofi en la franquicia de vacunas de combos pediátricos, indica: “Una de las consecuencias de no tener una buena cobertura de vacunación es que se pueden generar picos endémicos de ciertas enfermedades”.
Ambos doctores coinciden en la importancia de completar los esquemas de vacunación de las infancias. Además, ponen énfasis en la hexavalente, una vacuna combinada que previene seis enfermedades: difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis, Haemophilus influenzae tipo y hepatitis B.
“En México actualmente no tenemos casos de difteria gracias a la vacuna con la que se cuenta”, señala el doctor López Rodríguez. “En países como Haití, República Dominicana, Brasil y Colombia esta enfermedad ha resurgido. Y si nosotros continuamos bajando la cobertura de vacunación, esos son los escenarios a los que nos podemos enfrentar”.
Debido a los contagios por covid-19, las campañas de vacunación a domicilio se han detenido en México. También, el personal de salud ha tenido que concentrarse en la pandemia actual. Ante ello, el doctor López Rodríguez pide que “los padres de familia tomen un papel activo”.
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Para que prevalezca una protección contra las enfermedades es imprescindible que exista una inoculación lo más extensa posible. Si no, las mutaciones o rebrotes pueden continuar. Por ello es importante que la estrategia de vacunación sea homogénea, tanto a escala regional y nacional como mundial.
José Ramón Orrantia Cavazos, doctor que realiza una estancia posdoctoral en el Programa Universitario de Bioética de la UNAM, opina sobre los movimientos antivacunas. Los define como grupos organizados que tienen una oposición abierta a la vacunación en general. La describe con tendencia a creer teorías de la conspiración, difundir información falsa y mezclar sus argumentos con posturas políticas.
Los argumentos más habituales en contra de las vacunas han sido desconfianza por los efectos secundarios, motivos religiosos e, incluso, ideas políticas. “En una campaña de vacunación hay cláusulas de que no es obligatoria”, dice Orrantia Cavazos. “Puede haber una objeción de conciencia o una salida a la vacunación. Entonces, la resistencia a la vacunación y los movimientos antivacunas son mucho menos virulentos”.
Ante ello, el doctor López Rodríguez exhorta a las familias a completar los esquemas de vacunación: “Las vacunas, cualesquiera que sean, funcionan, protegen y salvan vidas. Es la única manera de evitar que nuestros hijos tengan enfermedades que son mortales”. N
