Recordemos que la inversión pública no genera negocios: crea las condiciones necesarias para poder atraer dineros que incrementen la productividad, sin asumir en forma directa los riesgos financieros o operativos, y regulando estos en función de las normatividades, leyes y normas que ayuden a mantener una armonía en los mercados.
¿Realmente entendemos la inversión extranjera directa (IED), para qué sirve? Hay que comprender que no lacera la soberanía de un país siempre y cuando existan normativas, leyes, regulaciones y reglas claras del cómo poder hacer negocios dentro de los mercados.
En primera instancia, debemos entender que hoy en día es uno de los pilares fundamentales de la política del desarrollo económico, ya que tiene un impacto directo e indirecto en diversas áreas de la economía y productividad local, en los ingresos fiscales, y que, en conjunto, da un crecimiento a la productividad de una nación.
El propósito del ser es el crear un interés duradero de largo plazo y con fines económicos por parte de un inversionista extranjero en un país receptor de flujos de capital. Ello con el objetivo de tener estos dineros para el generar empleos, incrementar el ahorro y la captación de divisas, estimular la competencia, incentivar la transferencia de nuevas tecnologías e impulsar las exportaciones. Todo incidiendo positivamente en el ambiente productivo y competitivo de un país.
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Bajo este pilar, propósito y objetivo es importante determinar el cómo podemos interactuar para poder incrementar el flujo de capitales dentro de una economía. La IED debemos de evaluarla dentro de una economía no por el conjunto total del monto, sino por ponerla a discreción en las variantes que puedan observarse durante un tiempo en los ciclos económicos.
Con este fundamento, la forma como están clasificadas es: nuevas inversiones, reinversión de utilidades y cuentas entre compañías.
Las dos últimas han sido el soporte de algunos negocios en 2020 para mantener a flote el negocio, y donde se han tenido que usar las utilidades o recibir capital de su matriz ante la nula aportación de una política fiscal que ayude a las empresas a mantener los productos que ofrecen en los mercados donde participan. Pero esto costará caro en el futuro, en México lo estamos observando en 2021.
¿Cuáles son los efectos positivos de la inversión extranjera directa para una economía receptora? En primera instancia estimula la inversión de capital local, asimismo, facilita las mejoras en la calidad del capital humano e instituciones al dar las herramientas necesarias en el conocimiento y habilidades que no podrían obtenerse por sí solas en naciones que no tienen un desarrollo tecnológico propio.
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Esto, como efecto inmediato, mejora el estándar del nivel de vida de la población al tener una mano de obra calificada y permitir el tener acceso a salarios competentes. También se incrementa la productividad de una nación al aumentarse el número de empleos, y se reduce la informalidad al poder ser parte o integrarse a cadenas de valor de una inversión extranjera, trayendo como efecto, de reacción en cadena, la creación de nuevas empresas que cubran necesidades de un mercado.
Todo lo anterior crea un mayor flujo de efectivo circulando con función del crecimiento en la productividad del país, y trae como resultado final un incremento de ingresos para el fisco.
Imagina a un país en forma anualizada. El gasto aumenta y este mantiene las mismas empresas y empleos; el déficit entre la entrada y los egresos será mayor, lo que incrementará la incertidumbre del poder cubrir las necesidades de la población, así como la operatividad del país. La IED ayuda a tener proyectos con bajos intereses al ser capitales que provienen de tasas por debajo de las que pudiera otorgar la banca nacional pública o privada, obteniendo más empresas que generen crecimiento.
Una estadística para considerar cada vez que pienses que la IED afecta la soberanía de un país. Esta indica que:
• Cada dólar invertido puede llegar un producir de 180 a 200 dólares en la economía receptora.
• Un aumento de un dólar conduce a un dólar adicional en inversión nacional.
• Un puesto de trabajo creado a través de esta lleva a la generación de entre uno y dos empleos en el país.
• Cada dólar se asocia con dos dólares de exportaciones adicionales.
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Para que esto suceda, los inversionistas toman en consideración tres factores claves: marco político, economía y facilitación de inversiones.
Estas tres anteriores influyen para considerar el continuar en un largo plazo en un país, en nuevas inversiones para proyectos o negocios o en mantener los que han establecido, realizando las reinversiones de las utilidades o la matriz y ayudando en momentos de crisis, al mantener la cadena ante una demanda constante en los mercados en los que intervienen.
En México, la IED, la mayor que hemos tenido, ha sido en 2013 y hoy esta casi 50 por ciento por debajo. Estados Unidos es nuestro principal aportador de IED, además de que tiene más de 50,000 empresas establecidas de 1999 a 2021. En el sector energético, en 2015 incrementó tres veces los valores comparados hasta antes de la aprobación de la reforma energética. Hoy día está contraída en alrededor del 50 por ciento.
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Es autor del canal Energía sin política. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.