LA COMISIÓN Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) externaron su preocupación “por la persistente y aguda escasez de alimentos en Cuba, la cual viene impactando en la seguridad alimentaria y en las condiciones de vida y de desarrollo físico, emocional e intelectual de la población, en particular en el contexto de la pandemia de COVID-19”, de acuerdo con un comunicado.
La Comisión dio a conocer que recibió información sobre un cuadro de desabastecimiento de alimentos básicos y esenciales en Cuba, que está afectando la adecuada nutrición de la población, sobre todo de las personas mayores, con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas, niños, niñas y adolescentes, “situación que constituye actualmente uno de los principales retos enfrentados por la población, revelando una situación de extrema vulnerabilidad socioeconómica y de inseguridad alimentaria en el país”.
Conforme señalado en su Informe sobre Pobreza y Derechos Humanos en las Américas, la CIDH recuerda que gran parte de los aspectos de la inseguridad alimentaria, incluso de la desnutrición y subnutrición, son consecuencia y al mismo tiempo causa de la pobreza de la población.
Por otra parte, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), existe seguridad alimentaria “cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a los alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida sana y activa”.
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Al respecto, un análisis del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló que Cuba importa aproximadamente el 70 por ciento de los alimentos que necesita, lo que corresponde al 50 por ciento de la canasta mensual de alimentos subvencionada por el Gobierno y que se facilita a la población.
“En particular, la escasez de alimentos en Cuba y la consecuente dependencia de las importaciones se explicarían por problemas estructurales en el sistema productivo/agrícola local que, a su vez, serían el resultado de factores como: la falta de insumos y equipos agrícolas para las cadenas de valor agrícolas; la falta de servicios e incentivos adecuados; los eventos extremos y los riesgos relacionados con el clima; las carencias en materia de tecnología, conocimientos, innovación e inversiones; la baja productividad; y el uso limitado de créditos y seguros”, advierte la CIDH.
La CIDH y su REDESCA también observan la información del PMA de que la canasta de alimentos subvencionada por el Estado Cubano cubre solo el 40 por ciento del aporte energético recomendado para la nutrición adecuada de las personas. Es decir, “para cubrir el 60 por ciento restante, la población necesitaría comprar alimentos en mercados no subvencionados, los cuales se caracterizan por precios muy elevados, un suministro irregular y eventual desabastecimiento”.
La Comisión pide al Estado Cubano realizar acciones concretas para proporcionar el acceso de su población a una alimentación adecuada o a medios para obtenerla, de modo que sean garantizadas sus necesidades vitales y desarrollo integral, incluso ante situaciones de limitaciones de recursos como viene ocurriendo durante la pandemia de covid-19, indica el documento. N