LA PRESIÓN global crece este lunes sobre Bielorrusia, acusado por los occidentales de “secuestro”, “piratería” e incluso “terrorismo” tras el desvío forzoso de un avión civil europeo que transportaba a un opositor que luego fue detenido.
Sometida a una avalancha de indignación europea y de Estados Unidos, esta autoritaria exrrepública soviética, situada entre Rusia y la UE y dirigida desde 1994 por Alexander Lukashenko, rechazó las críticas, aseguró haber actuado de forma legal y prometió una “absoluta transparencia”.
La UE, reunida en una cumbre este lunes por la noche y el martes, estudia “posibles sanciones” contra Minsk y convocó al embajador bielorruso ante las instituciones europeas.
Bielorrusia recibió el apoyo de su principal aliado, Rusia, cuyo ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que Minsk había actuado de forma “razonable” al prometer una “transparencia total”.
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El vuelo de Ryanair procedente de Atenas y con destino a Vilna, la capital de Lituania, en el que viajaba el periodista disidente Roman Protasévich, fue desviado el domingo cuando se encontraba en el espacio aéreo bielorruso por una supuesta amenaza de bomba, que después se revelaría como falsa.
Un caza MiG-29 decoló por orden del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, para interceptar el vuelo FR4978 de Ryanair.
Tras aterrizar en Minsk y revisar el avión, este partió hacia Lituania. No obstante, la policía bielorrusa detuvo al opositor Roman Protasévich y a su novia, Sofia Sapega, que se encontraban a bordo de la aeronave. Muchos responsables occidentales consideran que este incidente fue orquestado.
Bielorrusia afirmó este lunes haber recibido una amenaza de “bomba que explotará” en el vuelo Ryanair, firmada por Hamás, según un correo electrónico atribuido a este movimiento islamista palestino y leído por un responsable del ministerio bielorruso de Transportes.
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Acompañado por un avión de combate bielorruso, enviado por orden del presidente Lukashenko, el aparato aterrizó en la capital, Minsk, donde Protasévich, de 26 años, que vivía entre varios estados de la Unión Europea, Polonia y Lituania, fue detenido junto con su pareja.
Los líderes occidentales acusaron al régimen de Alexander Lukashenko de secuestrar a un avión europeo e insistieron en que la acción no quedaría sin respuesta.
Minsk aseguró el lunes haber informado a la Organización de la Aviación Civil Internacional, organismo dependiente de la ONU, y a la Asociación Internacional De Transporte Aéreo, de su “disposición a cooperar en una investigación imparcial”.
Este lunes Londres ordenó a aviones británicos evitar el espacio aéreo de Bielorrusia. La compañía escandinava SAS y la compañía regional air Baltic, con sede en Letonia, habían anunciado haber adoptado ya esa medida.
“INDIGNANTE E ILEGAL”
Las explicaciones bielorrusas no convencieron a nadie en Europa. La jefa de la UE, Ursula von der Leyen, calificó el incidente de “indignante e ilegal”, Polonia denunció “un acto de terrorismo de Estado” y Francia pidió una “respuesta fuerte y unida”.
Irlanda, donde está basada la compañía Ryanair, criticó un acto de “piratería” estatal, y Alemania, que calificó como “aberrantes” y “no creíbles” las explicaciones de Minsk, anunció haber convocado al embajador bielorruso en Berlín.
A su vez, la OTAN exigió una investigación sobre el “grave y peligroso incidente”, mientras que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, lo calificó de “impactante” por poner en peligro “la vida de más de 120 pasajeros, entre ellos ciudadanos estadounidenses”.
Tanto Estados Unidos como la UE exigieron la liberación de Protasévich, que Bielorrusia había añadido a su lista de “personas implicadas en actividades terroristas”.
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Los países occidentales ya impusieron numerosas sanciones al gobierno de Lukashenko por la brutal represión de las manifestaciones de la oposición tras su polémica reelección para un sexto mandato en agosto del año pasado.
Junto a su cofundador, Stepan Putilo, Protasévich dirigía hasta hace poco el canal Nexta en Telegram, que animó y dirigió las protestas, el mayor desafío al gobierno de Lukashenko desde que tomó el poder.
Con cerca de 2 millones de suscriptores en Telegram, Nexta Live y su canal hermano Nexta son importantes medios de comunicación de la oposición y ayudaron a movilizar a los manifestantes.
“Es absolutamente obvio que se trata de una operación de los servicios secretos para capturar el avión con el fin de detener al activista y bloguero Roman Protasévich”, dijo en Telegram la lideresa de la oposición en el exilio Svetlana Tijanóvskaya.
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La oposición afirma que Tijanóvskaya, que huyó a la vecina Lituania después de las elecciones, fue la verdadera ganadora de las presidenciales del año pasado.
Un miembro del equipo de Nexta, Tadeusz Giczan, dijo en Twitter que representantes de la agencia de seguridad bielorrusa (KGB) habían estado en el vuelo de Protasevich.
“Cuando el avión había entrado en el espacio aéreo de Bielorrusia, los agentes del KGB iniciaron una pelea con la tripulación de Ryanair insistiendo en que había un IED”, un artefacto explosivo improvisado, a bordo, dijo.
Sin embargo, según afirmaron este lunes las autoridades militares bielorrusas, el capitán del vuelo de Rberyanair decidió por sí mismo y “sin injerencias” aterrizar en Minsk tras haber sido informado de una amenaza de bomba. N