La luz azul o radiación ultravioleta es un espectro de luz que proviene de manera natural del sol, o bien, de distintos objetos como lámparas y televisores LED, celulares, tabletas, laptops y otros dispositivos digitales. Estos emiten cierta cantidad de luz azul que es mucho más pequeña que la que emite el sol, pero cuya exposición prolongada y directa a los ojos causa notables afectaciones visuales.
Al respecto, el Mtro. Luis Héctor Salas Hernández, jefe del Departamento de Optometría del Centro de Ciencias de la Salud (CCS) de la UAA, detalló que los principales daños estructurales por el uso constante e inadecuado de este tipo de dispositivos consisten en afectaciones a la retina, incremento de los padecimientos asociados a la miopía (mala visión a distancia), cansancio ocular, ojos rojos, somnolencia, deslumbramiento e, incluso, puede conducir a la falta de comprensión lectora, entre otros.
Por ello, es importante tomar descansos de 10 minutos por cada hora de trabajo frente a la computadora o monitores; mantener una postura con espalda recta y ambos pies en el suelo; tener una distancia de entre 40 y 50 cm entre las pantallas y la cara; procurar que la iluminación del área de trabajo sea confortable y de preferencia luz ambiental cálida. De igual modo, es importante cuidar el brillo de los monitores y ajustarlo de acuerdo con la comodidad de cada persona, además de utilizar lentes con protección solar que disminuirán la radiación y la luz ultravioleta que entra a los ojos.
El constante lavado de manos es una de las recomendaciones que ha surgido a raíz de la pandemia por covid-19. Esta acción es relevante no solo para prevenir contagios de coronavirus (pues se ha comprobado que el virus se puede contraer por las mucosas del ojo), sino para el cuidado de la vista, de ahí la importancia de evitar tallarlos, puesto que es muy fácil que ocurran infecciones oculares.
En suma, el Mtro. Salas Hernández señaló que quienes usan lentes de contacto también deben utilizar en exteriores lentes con protección solar y cuidarse de no sobrepasar el tiempo límite de uso diario, es decir, en promedio 8 horas, ya que utilizarlos por más tiempo provoca daños en los vasos sanguíneos. En consecuencia, a largo plazo podría haber alteraciones a la visión del ojo; asimismo, exhortó a que las personas extremen precauciones al momento de retirarlos y lavarlos.
Finalmente, recordó la importancia de visitar al optometrista cuando menos una vez al año e idealmente dos, así como de recurrir a ópticas calificadas para asesorías en lo que concierne a armazones y filtros para diferentes tipos de lentes. En caso de detectar algún cambio o afectación en la vista, inmediatamente acudir al especialista para una pertinente revisión y someterse al correspondiente tratamiento.