UN BROTE de coronavirus detectado en el mayor mercado de marisco de Tailandia ya ha provocado más de 1,000 contagios, y las autoridades reflexionan cómo implementar un confinamiento amplio para intentar contener la propagación de la enfermedad.
El pasado jueves un vendedor de camarones de 67 años del mercado de Mahachai, en la provincia de Samut Sakhon, al suroeste de Bangkok, dio positivo, y en pocos días la pandemia se desbordó.
Hasta este martes los positivos confirmados ascendían a 1,063 casos, de un total de 6,156 personas que se sometieron a los tests. Una cifra que dejó conmocionado a un país que desde principios de 2020, solo ha registrado poco más de 4,300 casos de COVID-19.
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La tasa de infección relacionada con el mercado ha bajado ligeramente, del 40 por ciento al 27,91 por ciento gracias a las medidas sanitarias, aseguró el gobernador de Samut Sakhon, Veerasak Vijitsaengsri. “Empezamos a ver la luz al final del túnel”, aseguró a periodistas.
La mayoría de las personas contagiadas son birmanos que vienen a trabajar en el sector de la pesca y los mariscos, muy próspero en Tailandia.
Las autoridades han decretado el confinamiento de los trabajadores birmanos en sus hogares, situados cerca del mercado. El primer ministro, Prayut Chan-o-Cha, amenazó por su parte a los que traen a los trabajadores migrantes birmanos al país con duras sanciones.
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“Deben ser perseguidos sin ninguna clase de indulgencia”, declaró en un discurso televisado. El gobierno controla estrechamente a esos trabajadores, y está dispuesto a decretar nuevas medidas de confinamiento en torno al mercado, e incluso suspender festividades de Año Nuevo, explicó el viceprimer ministro, Prawit Wongsuwan.
Tailandia comparte una frontera porosa de más de 2.400 km con Birmania, un país que por su parte registra cada día más de 1,000 contagios. N