La vacuna contra la COVID de Moderna es más fácil de almacenar, de transportar y de preparar que la de Pfizer, declararon expertos a Newsweek, dándole “una gran ventaja” cuando llegue el momento de que ambas sean aplicadas en todo Estados Unidos.
El 9 de noviembre, la empresa farmacéutica estadounidense Pfizer y la empresa alemana de biotecnología BioNTech anunciaron que su vacuna contra la COVID tenía una efectividad de 90 por ciento para prevenir la enfermedad. Una semana después, el lunes, la empresa biotecnológica Moderna afirmó que su vacuna tenía una efectividad de 94.5 por ciento.
Ambos anuncios se hicieron en boletines de prensa, y los resultados no han sido publicados aún en revistas revisadas por pares, lo que hizo que los expertos afirmen que este entusiasmo se debe tomar con precaución. Actualmente, Moderna y Pfizer esperan cumplir con ciertos criterios antes de solicitar a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) la autorización para vacunar a la población en general.
Pfizer vs. Moderna
Mientras que las noticias proporcionaban esperanzas de que las vacunas pudieran poner fin a la pandemia de COVID, surgieron preguntas sobre cómo se distribuirían, particularmente debido a que la de Pfizer tiene que almacenarse a una temperatura “ultrafría” de -70 C, mientras que la de Moderna puede mantenerse a -20 C. Esto se debe a que, a diferencia de la vacuna contra la influenza, que puede permanecer hasta un año en un refrigerador, estas vacunas contienen material genético llamado mRNA que se degrada a temperatura ambiente.
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El profesor Prakash Nagarkatti, vicepresidente de investigación de la Universidad de Carolina del Sur, declaró a Newsweek que la vacuna de Moderna tiene “una gran ventaja” sobre la de Pfizer en relación con su distribución y almacenamiento.
Thomas J. Goldsby, presidente de logística del Departamento de Gestión de la Cadena de Suministros de la Facultad Haslam de Administración de Empresas de la Universidad de Tennessee, describió como “extremas” a las condiciones necesarias para mantener la vacuna de Pfizer.
“En casos de gran necesidad, sería posible usar dispositivos de almacenamiento para helados y comida congelada para mantener la vacuna de Moderna, pero esto no sería útil para la vacuna de Pfizer”, afirmó.
Pfizer ha creado un contenedor del tamaño de un portafolio que puede mantener su contenido a una temperatura ultrabaja, pero depende del uso del hielo seco, que según Goldsby, no es fácil de conseguir hoy en día.
Nagarkatti señaló: “Asimismo, si la vacuna se almacena en frascos de vidrio, ese material debe soportar esas temperaturas tan bajas”.
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Además, las instalaciones en las áreas rurales podrían no tener los costosos congeladores capaces de almacenar la vacuna de Pfizer a tan bajas temperaturas, señaló Nagarkatti. Podrían surgir problemas similares si la vacuna se administra a las personas en farmacias y consultorios médicos, y no en centros médicos de gran tamaño.
Algunos estados, ciudades y hospitales “se apresuran” a comprar congeladores ultrafríos, cuyo costo asciende a decenas de miles de dólares, y los fabricantes de refrigeradores advierten que existen largas listas de espera, declaró a Newsweek Julie Kalabalik-Hoganson, presidenta de práctica farmacológica y profesora adjunta de la Escuela Universitaria Fairleigh Dickinson de Farmacia y Ciencias de la Salud.
Debido a estas dificultades, es posible que las áreas urbanas reciban la vacuna de Pfizer, mientras que en las áreas rurales se aplicaría la de Moderna, de acuerdo con Nagarkatti.
Otra de las ventajas de la vacuna de Moderna es que no requiere dilución o un manejo especial en las instalaciones de salud, afirma Kalabalik-Hoganson. “Eso significa que sería bastante fácil administrar la vacuna [de Moderna] en farmacias y consultorios médicos”.
Sin embargo, ambas vacunas enfrentan desafíos logísticos, en gran parte porque el presidente Donald Trump no ha admitido la victoria del presidente electo Joe Biden tras la elección de 2020, dificultando el inicio del proceso de transición.
Nagarkatti señaló: “La coincidencia entre el lanzamiento de las vacunas y el cambio de administración en Estados Unidos no pudo haberse producido en peor momento”, y añadió que “es muy importante que el gobierno actual participe con el equipo de Biden para garantizar una transición sin problemas y una adecuada distribución de la vacuna”.
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William Moss, director del Centro Ejecutivo Internacional de Acceso a las Vacunas de la Facultad Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, declaró a Newsweek que, además de competir por congeladores de temperatura ultra baja, los estados también deberán competir por recursos básicos, como agujas y jeringas.
“Esa es la razón por la que necesitamos una sólida respuesta federal”, dijo.
Mientras los fabricantes de vacunas se preparan para recibir la autorización para sus dosis y los funcionarios toman medidas para hacer frente a los problemas de logística, el mensaje de Moss para el público en general es que continúe usando cubrebocas, que mantenga la sana distancia, se lave las manos con frecuencia y evite las grandes aglomeraciones de personas “hasta que una gran proporción de la población haya sido vacunada y sepamos que la vacuna evita la transmisión del virus al igual que la enfermedad.
“Aún faltan varios meses, si no es que más tiempo”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek