HACE UN AÑO, una enfermedad misteriosa surgió en Wuhan, China, y marcó el comienzo de la pandemia del coronavirus que al momento ha matado a más de 1.25 millones de personas alrededor del mundo e infectado a decenas de millones.
En marzo, el South China Morning Post publicó un artículo basado en información del gobierno chino, la cual mostraba que el primer caso conocido del COVID-19 se podía rastrear al 17 de noviembre de 2019, posiblemente un individuo de 55 años de la provincia de Hubei, aunque aún no se a confirmado el “paciente cero”.
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Las autoridades chinas no identificaron oficialmente el primer caso de la nueva enfermedad sino hasta el 8 de diciembre de 2019.
En las semanas siguientes, el personal médico de Wuhan trató a docenas de pacientes que sufrían una neumonía de causa desconocida. Los pacientes fueron tratados para una variedad de síntomas inexplicables, incluidas fiebre alta, tos y problemas respiratorios.
NEUMONÍA MISTERIOSA DE CAUSA DESCONOCIDA
Entre estos individuos había una pareja de viejos que buscó un tratamiento en el Hospital Provincial de Hubei de Medicina Integrada China y Occidental el 26 de diciembre. Una médica del hospital que atendió a la pareja, Zhang Jixian, luego le dijo a Xinhua, la agencia de noticias administrada por el gobierno chino, que la enfermedad “se parecía a la gripe o la neumonía común”.
Pero las imágenes de la tomografía computarizada revelaron anormalidades pulmonares que no eran características de estas enfermedades.
Zhang había trabajado como experta médica durante el brote de SARS que se originó en China en 2003, el cual llegó a matar más de 800 personas alrededor del mundo. Dada su experiencia con esta epidemia —provocada por un patógeno de la familia coronavirus—, ella intuyó la posibilidad de que la enfermedad de la pareja de viejos pudiera resultar ser una nueva enfermedad infecciosa.
En cuanto la médica vio las tomografías computarizadas de la pareja solicitó que su hijo también fuera examinado.
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“Al principio, su hijo se negó a ser examinado. No mostraba síntoma o incomodidad, y creyó que tratábamos de sacarle dinero”, dijo Zhang a la agencia estatal de noticias Xinhua por entonces.
Finalmente, el hijo aceptó ser examinado, y sus tomografías computarizadas mostraron que tenía las mismas anormalidades pulmonares que se detectaron en sus padres. “Es poco probable que los tres miembros de una familia contrajeran la misma enfermedad al mismo tiempo a menos de que sea una enfermedad infecciosa”, explicó Zhang.
El 27 de diciembre, otro paciente llegó al hospital padeciendo fiebre y tos, y resultó que también tenía las mismas anormalidades pulmonares que los tres familiares. Las pruebas de sangre de este cuarto paciente y de la familia revelaron que padecían infecciones virales, aunque la causa de sus síntomas no era clara, y las pruebas de influenza daban un resultado negativo.
SURGE UNA ENFERMEDAD NUEVA
Posteriormente, Zhang entregó un informe a los ejecutivos del hospital y reportó el descubrimiento de una nueva “enfermedad viral”. En este momento todavía no estaba claro si la enfermedad se podía transmitir o no entre la gente, pero la médica especuló que era “probablemente infecciosa”.
Con una preocupación creciente, Zhang colocó a los cuatro pacientes en un área provisional de cuarentena del hospital y le ordenó al personal médico que usara equipo de protección individual.
El 29 de diciembre llegaron otros tres pacientes que presentaban anormalidades pulmonares similares, lo que propició que el hospital iniciara una investigación interna encabezada por un panel de expertos, reportó en febrero el periódico chino Workers’ Daily.
Se halló que todos estos pacientes estuvieron expuestos en el mercado Huanan al Granel de Mariscos, en Wuhan, al igual que el cuarto paciente que llegó al Hospital Provincial de Hubei con la enfermedad misteriosa.
La investigación interna del Hospital Provincial de Hubei halló que los casos de neumonía desconocida eran inusuales y ameritaban investigar más, y el personal médico reportó la situación a las autoridades locales el 29 de diciembre.
Esto propició una investigación de campo por parte del Centro Wuhan de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). La investigación estaba planeada para descubrir más pacientes con neumonía con conexiones potenciales al mercado.
El mismo día, seis de los siete pacientes con la nueva enfermedad en el Hospital Provincial de Hubei fueron transferidos a otro centro médico —el Hospital Jinyintan de Wuhan— que se especializa en el tratamiento de enfermedades infecciosas.
La investigación del CDC de Wuhan dio varios casos adicionales el 30 de diciembre, las autoridades de salud de la provincia de Hubei reportaron el cúmulo de neumonía al CDC chino. En este momento, la Comisión Municipal de Salud de Wuhan emitió una alerta e informó a sus instituciones afiliadas cómo responder a un posible brote de neumonía infecciosa.
EL BROTE SE HACE PÚBLICO
En el último día de 2019, la comisión emitió el primer mensaje público relacionado con la pandemia e informó a los residentes de Wuhan de un brote de neumonía viral. Reportó un total de 27 casos confirmados, siete de los cuales estaban en estado crítico. La evidencia temprana del brote también se reportó en ProMED, uno de los más grandes sistemas de reporte de enfermedades emergentes disponible públicamente en el mundo.
Aun cuando todavía no había evidencia de una transmisión de humano a humano y todavía no se determinaba la causa de la neumonía, las autoridades de Wuhan aconsejaron a la gente que usara cubrebocas y evitara áreas abarrotadas.
El anuncio de salud pública fue reportado por medios de comunicación locales y nacionales de China, y luego fue retomado por un puñado de canales noticiosos internacionales. Mientras tanto, circulaban rumores en las redes sociales chinas de que el brote podría estar conectado con el virus del SARS.
“La causa de la enfermedad no está clara”, dijo el periódico estatal People’s Daily en una publicación en la red social china Weibo. “No podemos confirmar que sea lo que se ha difundido en línea, que sea el virus del SARS. Es más factible otra neumonía grave”.
China envió expertos a Wuhan para que llevaran a cabo una investigación, tomaran muestras de los pacientes que padecían la nueva enfermedad y apoyaran en la acción de control. Las autoridades ya habían aislado a todos los pacientes y sus contactos cercanos también era supervisados.
Para el 2 de enero, 41 pacientes habían sido hospitalizados por la nueva enfermedad, todos ellos reubicados al Hospital Jinyintan. La investigación retrospectiva realizada más tarde en 2020 hallaría que la cantidad de personas infectadas en este momento era considerablemente mayor de lo que sugiere esa cifra.
NUEVO CORONAVIRUS IDENTIFICADO
Según el CDC chino, las pruebas iniciales de laboratorio de los pacientes que sufrían la neumonía viral dieron negativo a 26 patógenos respiratorios comunes. Fue apenas el 7 de enero que los científicos chinos confirmaron que un nuevo coronavirus, etiquetado como 2019-nCoV, era la causa del brote de neumonía misteriosa.
El 24 de enero, un grupo de científicos chinos publicó un informe en The Lancet, donde examinó los 41 casos que habían sido hospitalizados al 2 de enero.
El artículo —el primero estudio científico evaluado por pares y disponible al público sobre el brote— halló que 27 de estos pacientes se habían expuesto al mercado Huanan de mariscos, el cual fue cerrado por las autoridades chinas el 1 de enero.
Trece de estos pacientes fueron admitidos en una unidad de cuidados intensivos y seis murieron, lo que indicó una alta tasa de mortandad por entonces. El estudio también halló que la fecha de aparición de los síntomas del primer paciente identificado fue el 1 de diciembre de 2019.
Los investigadores admitieron que todavía había “huecos importantes” en su conocimiento del virus, incluido dónde se originó.
Frederick Hayden, un especialista en enfermedades infecciosas y profesor emérito de la Universidad de Virginia, quien escribió un editorial en The Lancet anexo al estudio chino, dijo a Newsweek que oyó por primera vez sobre la nueva enfermedad cuando vio la publicación en ProMED el 30 de diciembre de 2019.
Él rápidamente envió correos electrónicos a sus colegas en China —incluido uno de sus colaboradores previos, Bin Cao, del Hospital de la Amistad China-Japón, en Pekín— para obtener más información.
“Obviamente, estaba preocupado. No sabía si posiblemente era otro suceso de SARS, o un virus nuevo. Muy al comienzo, había declaraciones de que no se transmitía de persona a persona. Por supuesto, esto posteriormente resultó ser del todo inexacto. Con base en discusiones con Cao Bin a principios de enero, quedó en claro que había transmisión humana y que podía provocar una enfermedad muy grave. Estaban cuidando de los pacientes más graves por entonces”.
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Shangxin Yang, un microbiólogo de UCLA Health, quien tiene colegas, familiares y amigos cerca del epicentro del coronavirus en Wuhan, comentó a Newsweek que empezó a oír rumores a finales de diciembre en las redes sociales chinas de que el SARS había reaparecido en el país. Una compañía de atención médica con oficinas en Pekín había detectado el virus del SARS en el análisis de una muestra tomada a un paciente de Wuhan que en realidad estaba infectado con el nuevo coronavirus.
La detección del SARS, que fue compartida en redes sociales por médicos, luego resultó ser incorrecta, ya que la compañía confundió el nuevo coronavirus con el SARS dada su similitud genética muy cercana.
“Obviamente, era muy cuestionable por entonces: mucha gente era escéptica porque el SARS había desaparecido por más de diez años, desde 2003”, dijo Yang. “Una reaparición del SARS definitivamente sería algo estremecedor”.
Yang no tomó los rumores de un nuevo brote de SARS con mucha seriedad hasta finales del año, cuando vio una imagen publicada en las redes sociales chinas que mostraba un aviso de las autoridades de Wuhan en un hospital local, alertando al personal médico del brote emergente de neumonía.
“Vi eso y pensé: ‘Eso se ve real’, y recuerdo que salté de la cama. Por una parte, tienes una compañía que usa la secuencia genética para reportar que esto es el SARS y, por otra parte, tienes a las autoridades colocando este aviso para todos los hospitales en Wuhan, pidiéndoles que reporten cualesquiera casos como ese directamente a los funcionarios locales de salud pública.
“Fue entonces que caí en cuenta de que era un brote real. Ya fuese un resurgimiento del SARS o un virus nuevo, por entonces no estaba del todo seguro, pero caí en cuenta de que era cosa seria”.
EL BROTE SE PROPAGA ALREDEDOR DEL MUNDO
En el transcurso de enero, los medios de comunicación internacionales se interesaron cada vez más en el brote creciente del coronavirus conforme el virus se propagaba por el mundo.
El 12 de enero, China compartió públicamente la secuencia genética del nuevo coronavirus. Y apenas un día después, funcionarios en Tailandia confirmaron un caso del COVID-19, el primero fuera de China.
Para el 20 de enero, el virus se había propagado por toda China y a un puñado de otros países, incluidos Japón, Tailandia, Corea del Sur y Estados Unidos, mientras los gobiernos batallaban para responder al brote.
Las autoridades chinas confinaron a Wuhan —una ciudad de 11 millones de personas— el 23 de enero, mientras se propagaban el pánico y la confusión. Se reportaron casos del COVID-19 en Singapur y Vietnam por primera vez, donde la cifra total confirmada rebasó los 500. Por lo menos 17 personas habían muerto por la enfermedad en ese momento.
El mundo observó mientras China empezó a construir un hospital de emergencia en Wuhan —que fue completado en solo diez días—, mientras surgían imágenes de funcionarios en equipo de protección individual tomando las temperaturas de los residentes de ciudades chinas.
Para el 28 de enero, una delegación de la Organización Mundial de la Salud, encabezada por su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, llegó a China para reunirse con los dirigentes del país y conocer la respuesta de las autoridades, así como dar asistencia.
Apenas dos días después, con miles de casos nuevos confirmados en China, la OMS declaró una “emergencia de salud pública de interés internacional”, mientras el gobierno de Estados Unidos advertía a los estadounidenses que no viajaran a China, e instó a aquellos en el país a partir. Más tarde este año, el 11 de marzo —con el virus ahora confirmado en todos los continentes excepto la Antártida—, la OMS declaró que el brote del COVID-19 ahora era una pandemia.
Mucho antes de que comenzara el brote del COVID-19, los expertos habían advertido de los riesgos de una pandemia global y mortal. En septiembre de 2019, poco antes de que surgiera el nuevo coronavirus, un equipo de científicos internacionales dijo en un informe que las acciones para prepararse para semejante evento eran “extremadamente insuficientes”. Un año después, y habiendo aprendido lecciones de la manera difícil, la trayectoria futura de la pandemia todavía está lejos de ser segura. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek