La empresa de biotecnología estadounidense Moderna anunció el lunes en un comunicado que su vacuna contra la COVID-19 tiene una eficacia del 94.5% para reducir el riesgo de contraer la enfermedad, similar a la efectividad del 90% anunciada la semana pasada por la alianza Pfizer/BioNTech.
Esto significa que el riesgo de contraer la enfermedad se redujo en 94.5% en el grupo vacunado con respecto al grupo placebo de su gran ensayo clínico en curso en Estados Unidos, según el análisis de los primeros casos. En la pruebas, 90 participantes del grupo placebo contrajeron la COVID-19, frente a 5 del grupo vacunado.
Si este nivel de eficiencia se mantuviera en la población general, se trataría de una de las vacunas más eficaces que existen, comparable a la de la rubeola, eficaz en un 97% cuando se aplican dos dosis, según los estadounidenses Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
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En comparación, las vacunas contra la gripe oscilaron entre el 19% y el 60% de eficacia en las últimas diez temporadas en Estados Unidos, según los CDC.
La vacuna de Pfizer tendría una eficiencia del 90% y la vacuna rusa Spoutnik V llegaría al 92%, según los resultados preliminares comunicados la semana pasada.
Ningún enfermo grave de COVID-19 fue registrado entre las personas vacunadas, frente a 11 del grupo placebo, de acuerdo al comunicado de la empresa de biotecnología.
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Según Moderna, entre el 9% y el 10% de las personas vacunadas experimentaron efectos secundarios tras recibir la segunda dosis, como cansancio, dolor muscular o irritaciones cerca del punto de vacunación.
“Es un momento crucial en el desarrollo de nuestra candidata a vacuna contra la COVID-19”, se congratuló el jefe de Moderna, Stéphane Bancel. “Este análisis intermedio positivo resultante de nuestro ensayo fase 3 nos da las primeras indicaciones clínicas de que nuestra vacuna puede prevenir la enfermedad de COVID-19, incluida la forma grave”.
Estos resultados no han sido, sin embargo, evaluados todavía por científicos independientes. Más de 30.000 participantes integran este ensayo clínico a gran escala, llamado de fase 3 y comenzado el pasado mes de julio