La Organización Panamericana de la Salud (OPS) espera tener la vacuna contra el COVID-19 en Latinoamérica y el Caribe entre marzo y mayo a través del mecanismo Covax de acceso global, y aplicarla “muy probablemente” por etapas.
Así lo dijo esta semana en entrevista con la AFP Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS, oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En términos reales creemos que vamos a tener vacunas para entregar a los países en el primer semestre de 2021”, afirmó. “Pensamos que para marzo, abril o mayo”.
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Esto será a través del llamado mecanismo Covax, creado por la OMS para adquirir y distribuir de forma equitativa la vacuna contra el COVID-19.
Según Barbosa, hasta ahora, en América Latina 28 países con capacidad para comprar las vacunas han firmado acuerdos con el Covax, y otros 10 países son elegibles para recibir apoyo financiero.
El objetivo del mecanismo es tener 2,000 millones de dosis en el primer año de manera que los 184 países que participan puedan acceder a la vacuna.
Se espera que la OPS pueda entregar las vacunas en el primer semestre de 2021. Su expectativa es que los productores más avanzados entregarán los datos a las autoridades regulatorias para diciembre o enero.
Después, sigue hacer las evaluaciones, producción y entrega, por lo que se estima que entre marzo y mayo queden listas.
Principales retos
De acuerdo con el subdirector de la OPS, uno de los desafíos para la o las probables vacunas, es la temperatura a la que tiene que ser almacenada. La de Pfizer por ejemplo, necesita conservarse a -75ºC.
“Hay mas de 100 vacunas en desarrollo, pero las otras que están más cerca de concluir los ensayos clínicos todas utilizan la misma cadena de frío que los países ya utilizan”, explicó.
Barbosa también comentó que América Latina y el Caribe “tienen excelente experiencia en programas de vacunación, pero siempre es un desafío organizar una campaña con estas características, que va a ser muy probablemente por etapas. Una primera fase será para los profesionales de la salud, los trabajadores esenciales y las personas con condiciones que generen mayor riesgo de desarrollar formas graves de COVID-19, para después ir ampliando hacia otros grupos de la población”.