En el mundo se registra una disminución promedio del 68 por ciento en casi 21,000 poblaciones salvajes de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios, monitorizadas con la tecnología más avanzada de todo el orbe, entre 1970 y 2016, dio a conocer el informe “Planeta Vivo 2020”, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
El informe insta a los líderes mundiales a unirse para construir un mundo pos-COVID-19 más sostenible, resiliente y saludable para las personas y la naturaleza.
De acuerdo con el Fondo, las principales causas son la agricultura insostenible, la deforestación y el tráfico ilegal de especies. En tanto, la pérdida de biodiversidad en ecosistemas de agua dulce es mucho mayor, ya que ha disminuido un promedio del 84 por ciento.
En Latinoamérica y el Caribe la situación es especialmente alarmante, señala WWF, ya que se ha producido un descenso medio del 94 por ciento de las poblaciones analizadas.
El informe también destaca el dramático descenso de las poblaciones de plantas, con un riesgo de extinción comparable al de los mamíferos y más alto que el de las aves, junto al súbito y reciente descenso de las poblaciones de insectos, su distribución y biomasa.
Las soluciones pasan por cambiar los patrones de producción y consumo de alimentos, detener el cambio de uso del suelo o tomar decisiones políticas y económicas respetando los límites del planeta.
EXPLOSIÓN EN EL COMERCIO MUNDIAL
Se ha recomendado modificar las prácticas agrícolas y pesqueras, ya que buena parte de ellas son insostenibles, por unas que produzcan los alimentos que requieren y conserven la biodiversidad. Para el caso de la agricultura, esto supone aplicar prácticas agroecológicas, reducir el uso de químicos, fertilizantes y plaguicidas, así como proteger los suelos y los polinizadores.
La biodiversidad es fundamental para la vida humana en la tierra, y la evidencia es inequívoca: la estamos destruyendo a un ritmo sin precedentes en la historia, señala el WWF.
“Desde la Revolución Industrial, las actividades humanas han destruido y degradado cada vez más bosques, praderas, humedales y otros ecosistemas importantes, amenazando el bienestar humano.
“El 75 por ciento de la superficie terrestre libre de hielo de la tierra ya se ha alterado significativamente, la mayoría de los océanos están contaminados y más del 85 por ciento del área de humedales se ha perdido”, indica otro dato en el estudio.
En los últimos 50 años el mundo se ha transformado por una explosión en el comercio mundial, el consumo y el crecimiento de la población humana, así como por un enorme movimiento hacia la urbanización, se señala.
Y se indica que, hasta 1970, la huella ecológica de la humanidad era menor que la tasa de regeneración de la tierra.
Para alimentar los estilos de vida del siglo XXI se está abusando de la biocapacidad de la tierra en al menos un 56 por ciento, concluye el documento.