Tony Evers, gobernador del estado de Wisconsin, declaró este martes el estado de emergencia después de que varios comercios del condado de Kenosha sufrieran saqueos en el marco de los disturbios registrados después de que un hombre negro recibiera siete disparos por la espalda a menos de un agente de policía.
Según la cadena NBC, la orden ejecutiva, emitida el martes por la tarde, conducirá a las agencias estatales a “continuar ayudando a la respuesta estatal”.
En el segundo día consecutivo de protestas, Evers ha desplegado unos 250 agentes de la Guardia Nacional, al mismo tiempo que condenó lo ocurrido y pidió “no permitir que continúe el ciclo de racismo e injusticia sistemático” en el país.
Así, ha aseverado que “no se puede seguir en la senda del daño y la destrucción”.
The ability to exercise First Amendment rights is a critically important part of our democracy and the pursuit of justice. But there remains a line between peaceful assembly and what we saw last night that put individuals, families, and businesses in danger.
— Governor Tony Evers (@GovEvers) August 25, 2020
El hombre, identificado como Jacob Blake, habría sufrido una parálisis de cintura para abajo a causa de las heridas, aunque se desconoce por el momento si esta condición es irreversible, tal y como ha explicado su padre a la cadena CNN.
El abogado Ben Crump, que representa a Blake, ha señalado a la cadena de televisión ABC News que éste continúa ingresado en cuidados intensivos y que necesitará someterse a más operaciones.
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Los disparos contra Blake, de 29 años, que se encontraba frente a sus tres hijos cuando se produjo el incidente, han provocado una nueva ola de manifestaciones en ciudades de todo el país, desde Nueva York, pasando por Portland, hasta Oregón. El caso se produce en un momento en que el país registraba todavía protestas por el asesinato de George Floyd a menos de la Policía el pasado 25 de mayo.
Este mismo martes, Durante la Convención Republicana de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, la antigua gobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley ha atribuido a una “moda” entre los demócratas “decir ahora que Estados Unidos es racista”.
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“Esto es una mentira. Estados Unidos no es un país racista”, ha aseverado el senador Tim Scott, el único republicano negro en la Cámara Alta. Para él, su familia ha ido del “algodón al Congreso en una sola generación”.
Con información de Europa Press y AFP.