Rosa México es una marca tijuanense de productos derivados de las abejas. Su fundadora, Alba Castro, habla sobre el negocio de los alimentos orgánicos y qué hizo para crecer en la región.
SERIE: RUTA EMPRENDEDORA
Con dos años en el mercado y más de 25 puntos de venta en Baja California y el sur de California, en Estados Unidos, Rosa México ha logrado posicionarse en el negocio de los productos orgánicos.
Esta marca tijuanense ofrece una variedad de productos derivados de las abejas como la miel natural, jalea real y granos de polen.
Su directora, Alba Castro Rodríguez, es comunicóloga de profesión, pero cuenta que al emprender un negocio es necesario ampliar conocimientos y aprender de mercadotecnia, administración, ventas e incluso cómo envasar y planificar una logística de distribución en su caso.
Considera que el trabajo multidisciplinario y su compromiso con la pureza de los productos que vende en Rosa México, son dos factores que le ayudaron a crecer rápidamente.
Su producto principal, la miel de abeja, es tan natural que su consistencia y color cambian de acuerdo al clima, pues la miel dorada y cristalina adquiere esa tonalidad luego de un proceso que lo estandariza pero le resta nutrientes.
La siguiente entrevista forma parte de una serie sobre negocios que Newsweek Baja California pública en cada edición para compartir historias de éxito en la región.
La finalidad de este trabajo es mostrar proyectos y empresas sobresalientes que nos permitan aprender de sus experiencias e identificar oportunidades para emprender.
La siguiente entrevista fue editada por motivo de espacio.
—¿Cómo inició esta empresa?
—Mis padres siempre me inculcaron el buscar alimentos saludables. Ahora que soy un adulto empecé a tener un vínculo directo con familiares apicultores y empecé a involucrarme con el desarrollo y la reproducción de las abejas. Como siempre me he dedicado a la comunicación, difusión o publicidad, decidí crear Rosa México para comercializar productos derivados de abejas y contribuir a la preservación de esta especie.
—¿Cómo se transforma una idea en un negocio?
—Esto siempre fue parte de mi vida. Incluso antes de iniciar Rosa México, estaba embarazada así que empecé a cuidarme más en esta parte de nutrición y ahora que hay tantos mercados orgánicos, se hizo una tendencia. Empecé a ver que de todas las mieles que hay aquí, la mayoría pues no nos representan como Tijuana ni como mexicanos, y esto es una cuestión de identidad. Además, hay mucha gente que ya sustituye el endulzante por la miel natural y entre más pura sea están dispuestos a pagar más por ella.
—¿Qué tanto ha crecido tu empresa en estos dos años y a qué se lo atribuyes?
—Cuando inicié, sabía que mi etiqueta era más artesanal, pero se fueron sumando personas al equipo que hacen aportaciones muy importantes. Tenemos una bióloga, un nutriólogo, entonces tienes que rodearte de personas que son expertas en su área. Es lo que ha hecho que podamos crecer. Tenemos la tabla nutricional con el único laboratorio que está certificado aquí en Baja California y con esa tabla ya podíamos empezar a exportar, nos abre la puerta a un comercio un poco más grande, en mayores cantidades.
—Rosa México tiene más de 25 puntos en Baja California y el sur de California, ¿qué te ayudó a conseguirlo?
—Empecé a acercarme a grupos de emprendedoras en San Diego y siempre digo que es mejor tener amigos que dinero. La primera vez que fui a un evento de emprendedoras conocí a un grupo. Ellas empiezan a apoyarte, a consumir tus productos y tú consumes los de ellas. También hay que analizar el mercado al que quieres llegar. En Tijuana vendemos más por Facebook, pero en Estados Unidos vendemos mucho por Instagram. Aquí en Tijuana se consume [nuestra miel] cuando es invierno, pero en Mexicali se vende más cuando hace calor.
—Algunas personas se endeudan para emprender, ¿es necesario?
—No opté por ningún préstamo porque tenía un ahorro pero tampoco era uno millonario. Es importante saber costear tu producto o servicio. Mucha gente vende mucho pero su utilidad es muy baja, no le suman sus horas de trabajo, gasolina o distribución. En mi caso, me asesoré con una persona que se dedica a esto. En seis meses ya tenía la marca registrada, mi logo, branding hecho y el producto.
Vas a necesitar reinvertir, siempre estar reinvirtiendo, si lo revuelves con otros gastos no vas a lograr un crecimiento.
Si alguien va a pedir un préstamo yo le sugiero que no sea un banco, que busque un programas de emprendedores en Coparmex o en dependencias de gobierno, porque luego los intereses no te van a permitir crecer.
—¿Cuál ha sido tu mejor inversión a este negocio?
—El estilo de vida saludable que forma parte de mi entorno familiar. Para la mayoría de la gente utiliza [mis productos] representan bienestar.
—¿Qué dificultades has enfrentado y cómo las solucionaste?
—Una es la competencia desleal, el hecho que haya tantos emprendedores que no lo hacen de manera formal. No tienes idea de qué contiene su producto o de dónde salió, no pagan impuestos y no generan empleos. Otra, conjugar el ser esposa, madre, profesionista y emprendedora, obviamente tiene que ver con organizarse, a veces hay cosas que no puedes evitar.
—¿Tienes planes de expandir tu mercado a otros estados o entrar a alguna cadena?
—Nos encantaría exportar en mayores cantidades. Poco a poco hemos tenido más puntos de venta en Estados Unidos y seguimos yendo a los Farmers‘ Market (Mercado de agricultores), de esa manera vamos acaparando un mercado mayor.
—Por último, ¿qué consejo te habría sido útil hace dos años cuando iniciaste?
—Me hubiera gustado que me recordaran lo importante que es creer en mi. Dudé muchas veces de mis propias capacidades y lo más importante es que creas en ti, que tengas hambre de aprender y humildad para dejarte ayudar.
—¿Algo que te gustaría agregar?
—Que visiten nuestras redes sociales “Rosa México” o “Rosa México la campaña” y que si alguien tiene el interés de aprender sobre las abejas y sumarse a la causa de preservar la especie son bienvenidos.