Al menos tres manifestantes murieron en la ciudad de Nasiriya, en el sur de Irak, en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, según han informado testigos presenciales citados por la agencia de noticias DPA.
Los disturbios se han reproducido en otras ciudades y hay decenas de heridos.
En la capital, Bagdad, al menos 30 personas han padecido síntomas de ahogamiento por el gas lacrimógeno empleado por la policía para dispersar las protestas.
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Uno de los manifestantes ha denunciado que las fuerzas de seguridad emplearon munición real y gases lacrimógenos contra los manifestantes antes de emprenderla a golpes contra varias personas apostadas detrás de barricadas.
Los concentrados también han acusado a la policía de prender fuego a sus tiendas de campaña en la autopista que conectaba el puente de Sanak con la plaza de Tahrir, epicentro de las protestas sociales desde hace meses.
Mientras tanto, otros manifestantes han atendido la llamada a la calma del poderoso clérigo chií Muqtada al Sadr tras la demostración de fuerza de este viernes, cuando concentró a casi un millón de seguidores para protestar contra la presencia de Estados Unidos en el país.
Sin embargo, pese a la retirada del apoyo de Al Sadr, miles de personas se han manifestado de nuevo contra la corrupción y el actual sistema político.
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También se tiene constancia de enfrentamientos en la plaza de Al Jilani, nada más reabrir el acceso a la población. Ahora, la rotonda quedará cerrada de nuevo el paso hasta bien entrada la tarde, de acuerdo con la agencia de noticias iraquí NINA.
Fuertes protestas
Irak lleva desde hace meses sumida en una fuerte crisis política marcada por fuertes protestas contra las autoridades, que han dejado más de 500 muertos, en su mayoría por la represión de las fuerzas de seguridad.
A ello se ha sumado la tensión reinante entre Estados Unidos e Irán tras la muerte del general iraní Qasem Soleimani en un ataque norteamericano en el aeropuerto de Bagdad, en un acto que enfureció a la población chií del país.