Vivimos en una zona desértica, pero cuando llueve el agua provoca estragos. ¿Es la geografía la respuesta que nos dirá cómo vivir mejor en la frontera?
El crecimiento ordenado nunca ha sido una fortaleza de la ciudad de Tijuana.
Por el contrario los residentes de esta, la frontera más dinámica y posiblemente más grande de México, están viviendo hoy las consecuencias de una mala planeación y de una infraestructura que desde hace tiempo es insuficiente.
Además, el desarrollo de esta ciudad en el desértico territorio que es el norte de México tendrá que considerar las consecuencias previsibles del cambio climático.
“Demasiada agua puede crear tantos problemas como cuando no tenemos agua suficiente” dice Melinda Laituri, profesora de la Universidad estatal de Colorado en referencia a los desastres causado por inundaciones o los estragos que las sequías han provocado en la frontera.
Si hoy tenemos problemas por la escasez de agua, no hay que olvidar que de manera cíclica hemos tenido tormentas en esta región. Asuntos de vida o muerte.
Actualmente la Presa Abelardo Rodríguez tiene muy poca agua, pero en 1980 tuvieron que abrir las compuertas porque se estaba desbordando y ya había preocupantes cuarteaduras.
En el 1993 murieron —entre otros—, residentes de la colonia Gabilondo cuando las tormentas generaron corrientes tan fuertes que arrastraron a la gente de sus casas.
En 1998 el gobierno estatal declaró zona de emergencia, pues la precipitación pluvial provocó muerte y destrucción en Tijuana y Playas de Rosarito.
Y eso es por citar algunas, porque tormentas, inundaciones y deslaves ocurrieron antes y después de estos desastres.
Por eso, la visita de Laituri a Tijuana puede significar una oportunidad.
Porque es también investigadora principal del proyecto “Ciudades Secundarias” (Secondary cities, 2C) una iniciativa de la Oficina del Geógrafo del Departamento de Estado de los Estados Unidos que empezó a trabajar aquí a principios de 2019.
Esta iniciativa busca elaborar un diagnóstico mediante nuevas herramientas y procedimientos tecnológicos que le permitan plantear soluciones a problemas específicos con base en evidencia científica.
El objetivo es ayudar a que centros urbanos como este, activen sus propias capacidades para enfrentar los retos del desarrollo y tengan la habilidad para prevenir o enfrentar situaciones de emergencia que pudieran presentarse por desastres naturales. Precisamente como los antes referidos.
“Ciudades Secundarias” funciona solo en 16 lugares del mundo y en el caso de esta frontera busca estudiar la contaminación de la cuenca de los arroyos y el río Tijuana.
Ubicaría los tiraderos de basura —principalmente pesada— que ocurren en muchas colonias.
Eventualmente pretenden mitigar la contaminación de los pluviales por los basureros clandestinos y otras fuentes de polución.
“En particular está enfocándose en poblaciones vulnerables, en recursos hídricos, en mapear algunas de las áreas importantes que se han formado a lo largo de los cauces de los ríos” agrega Laituri.
En la página web que el proyecto dedica al municipio más poblado de Baja California explica por qué se enfocan en estos temas:
“Durante los últimos 30 años, Tijuana, ha experimentado un tremendo crecimiento industrial y de población. Esto ha tensado la infraestructura de la ciudad. El gobierno mexicano estima que la población de Tijuana es de 1.6 millones y tiene un crecimiento de aproximadamente 2.5% anual”.
Considera que los asentamientos de gente que ha llegado a instalarse irregularmente proveniente de fuera de la entidad no se refleja en las estadísticas oficiales.
“Este crecimiento ha acelerado la erosión del terreno y ha exacerbado el problema del pobre cumplimiento de los códigos de construcción y la disposición ilegal de la basura” ( ) contribuyendo a uno de los principales problemas de la ciudad; el manejo de aguas residuales”.
Reconoce además que la contaminación que inicia en los afluentes del río Tijuana termina impactando el otro lado de la frontera.
Un aspecto fundamental de este esfuerzo al cual se han incorporado estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California y de la Universidad estatal de San Diego es la generación de cartografía digital, información geoespacial y otras bases de datos sobre los desechos y la contaminación del agua, obtenidas mediante nuevas herramientas tecnológicas.
“Algo que todas los involucrados en el proyecto de ciudades secundarias están creando es un libro de mapas. Esencialmente estarían publicando un atlas de la ciudad que se le puede dar a los tomadores de decisiones” comenta Laituri.
De esta forma autoridades y otros “actores estratégicos” podrían planear en base a información científica y datos concretos.
Para generar todo este cúmulo de información lo mismo se utilizan imágenes georeferenciadas que otras tecnologías geoespaciales como dispositivos móviles y drones.
Pero también involucran a los diversos integrantes de las comunidades afectadas que pueden ser comités de vecinos u organizaciones de la sociedad civil.
El papel de los alumnos de la UABC ha sido relevante y no siempre sencillo.
“En muchos casos los estudiantes han sido los “caballitos de batalla” que han tenido que hacer la recolección de datos en campo”, dice Laura Cline, Geógrafa del departamento de Estado Norteamericano y directora “Ciudades Secundarias”
En una ocasión fueron sorprendidos por un asaltante que les robó el dron con el que estaban trabajando.
El hecho fue denunciado ante la Procuraduría de Justicia de Baja California.
Una investigación de los detectives del sector “La Mesa” localizó el equipo con toda la información e imágenes que habían recolectado.
“Nuestra oficina está muy interesada en promover abordajes geográficos, es decir promover la ciencia y la tecnología, promover herramientas basadas en sistemas de información geográfica (GIS por sus siglas en inglés) para ayudar a entender cada lugar” dice Cline, quien trabaja en la Unidad de Información Humanitaria, una de las cuatro divisiones de la oficina del Geógrafo y de asuntos globales, dependiente del departamento de Estado norteamericano.
Los datos recabados van a una plataforma digital de acceso libre.
Uno de los principios de este trabajo es que sea útil no solo para sus realizadores o las autoridades sino para organizaciones de la sociedad civil e incluso la iniciativa privada.
“Es información que no existía. Está en nuestra página web, está en nuestro Geonodo, en nuestro portal de datos está puesto de tal forma que los tomadores de decisiones lo puedan entender y consumir” comenta Laura Cline.
Para los investigadores una ciudad secundaria es un centro poblacional con un rápido crecimiento urbano que supera los intentos de planificación impactando negativamente a sus residentes al no cubrir necesidades básicas.
Generalmente son ciudades que sirven como nodos regionales de comercio o servicios cuya población va de los 100 mil a los 5 millones.
Otra característica es que estas ciudades no cuentan con estos mapeos de información.
Aunque Tijuana ya cuenta con algunos mapas de información georeferenciada. Además hay un Atlas de riesgo en el ayuntamiento y otro estatal.
Antonio Rosquillas, Titular de Protección Civil en Baja California considera que el proyecto puede ser de gran utilidad para diversos sectores.
Durante décadas, Rosquillas Navarro acumuló experiencia en esta frontera trabajando para disminuir los riesgos y enfrentando algunos de los desastres naturales que impactaron la región.
Considera que este proyecto será una aportación importante.
“Es tener muy bien ubicadas las áreas con información georeferenciada, la ubicación por medio de coordenadas específicas y además hicieron vuelos con drones tomaron fotografías de muy buena resolución que se empalman con “Google Earth” o con otros softwares” comentó.
Reconoce que podría ampliar la información sobre un problema que los tijuanenses conocemos muy bien.
“¿Quién tiene que hacer algo? Las autoridades municipales principalmente las de ordenamiento territorial, desarrollo urbano, protección civil, en llevar programas de limpieza, de concientización con la población, de recolección de basura pesada”.
Rosquillas repite lo que ha dicho por años pero sigue siendo una aspiración.
“Lo que necesitamos son campañas de concientización a la población desde la escuela, desde la primaria, a los niños enseñarles que no se debe tirar la basura. Y por otro lado el gobierno municipal debe dar las herramientas y proveer los mecanismos para que la población tire la basura en el lugar adecuado”.
Comentó que la topografía de la ciudad y la falta de infraestructura siempre han complicado el camino hacia la solución.
Los responsables de “Ciudades Secundarias” regresaron a Tijuana en octubre y presentaron el proyecto en la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales.
Invitaron a las nuevas autoridades para que lo conocieran.
“Sabemos que acaba de ocurrir un cambio de gobierno aquí” comentó Laituri al explicar que buscan que la transición no interrumpa el progreso alcanzado.
“No queremos tener que empezar nuevamente de cero cuando llega un nuevo gobierno”.