La transparencia con respecto a los salarios es una poderosa herramienta para ayudar a cerrar la brecha entre géneros.
Últimamente se han revelado varios fascinantes archivos en Google Docs: hojas de cálculo en las que personas que trabajan en distintos puestos de diferentes industrias revelan a cuánto asciende su salario.
“Hablar de qué tanto o qué tan poco ganas parece tabú, y no debería ser así”, se lee al inicio de un documento que presenta las estadísticas de más de mil periodistas, entre ellos, muchos de los que trabajan en las principales organizaciones de medios de comunicación de Estados Unidos.
“¡El conocimiento es poder… así que compartamos lo que ganamos, al igual que cualquier información relevante que nos ayude a saber cuál es nuestro valor!”.
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Existen hojas de cálculo semejantes con información de personas que trabajan en la industria editorial, en publicidad y en campos paralegales, así como de empleados de museos y cafés.
Para cualquier persona que trabaje fuera de esas industrias, lo que es más interesante no es cuánto gana cada persona, sino el hecho mismo de que tantos profesionales estén dispuestos a compartir su información: cuánto ganan, dónde trabajan, cuál es su cargo y sus responsabilidades, cuántos años de experiencia tienen y cuál es su identidad étnica y de género.
¡Bravo! Ya es tiempo de que echemos abajo esa vieja idea de que los salarios deben permanecer en secreto.
Diferencia salarial entre géneros
No es solo un tema de curiosidad: tener información sobre salarios puede ayudar a eliminar poco a poco la diferencia salarial entre géneros, que prácticamente no ha cambiado en más de una década.
En datos recientemente publicados por la Oficina del Censo de Estados Unidos se muestra que, en promedio, las mujeres que trabajan a jornada completa todavía reciben tan solo 82 centavos por cada dólar que reciben los varones.
Y la diferencia es aún mayor para muchas mujeres de color: las mujeres de raza negra perciben 62 centavos por cada dólar, y las de origen latino obtienen tan solo 54 centavos. Si continúa el ritmo actual, la diferencia salarial no desaparecerá sino hasta 2093.
El gran beneficio para la transparencia
El mayor acceso a la información salarial contribuye a acelerar las cosas.
Un nuevo informe de investigación publicado por la Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias muestra que la diferencia salarial tiende a ser menor en sectores laborales en los que la transparencia salarial es obligatoria: por ejemplo, entre los trabajadores del gobierno federal existe una disparidad de únicamente 13 por ciento entre hombres y mujeres, y en los gobiernos estatales, la diferencia es de alrededor de 17 por ciento.
Sin embargo, en las empresas privadas con fines de lucro, en las que los salarios suelen mantenerse en secreto, la diferencia entre géneros alcanza hasta 29 por ciento.
Además, la brecha salarial suele aumentar en el transcurso de la vida profesional de una mujer, e incluso se extiende hasta su jubilación.
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Debido a que ganó menos y, por esa razón pagó menos al sistema de Seguridad Social, recibe menos beneficios por parte de ese sistema. Esta disparidad también se mantiene en relación con las pensiones y otros beneficios del retiro.
Por demasiado tiempo, la idea de revelar cuánto ganamos ha sido algo de lo que no debemos hablar, un poco como decir cuánto pesamos o a cuánto asciende nuestro fondo de pensión. Pero esa cultura de secretismo hace que las discrepancias salariales sean difíciles de detectar.
Si los empleados no saben cuánto gana cada quien, es difícil saber si alguien, por ejemplo, una mujer o una persona de color, está sufriendo una injusticia.
Sin embargo, para una generación acostumbrada a revelar su vida en las redes sociales, la idea de hablar de sus salarios ya no resulta tan extraña. Además, la información sobre salarios está cada vez más disponible en sitios web de comparación de compensaciones como Salary.com y Glassdoor.
Y si bien esto aún está lejos de ser algo generalizado, ciertas empresas, como Whole Foods, permiten que los empleados busquen información sobre cuánto ganan sus compañeros de trabajo. Otros empleadores revelan bandas salariales, de manera que los trabajadores puedan conocer el intervalo de compensación para un puesto en particular. Y muchos departamentos de recursos humanos proporcionan esa información a cualquier persona que la solicite.
Los estados toman la delantera
Las leyes también están cambiando. En todo Estados Unidos, los estados han aprobado disposiciones de igualdad salarial que evitan que los empleadores prohíban o castiguen a sus trabajadores por compartir información sobre su salario con sus colegas, una práctica que hasta hace muy poco era demasiado común.
Actualmente, 20 estados tienen leyes que prohíben tomar represalias por revelar información salarial, entre ellos, California, Colorado, Connecticut, Illinois, Maryland, Minnesota, Nueva Jersey, Nueva York y Oregón.
La Ley de Justicia Salarial, vigente a escala federal, que es un proyecto de ley de equidad salarial recientemente aprobado por la Cámara de Representantes y que está en espera de la acción del Senado, también protegería a los empleados que deseen compartir información sobre su salario.
Mientras tanto, cada vez más estados han decidido hacer frente al problema: hasta el mes de octubre, 42 estados han considerado la posibilidad de presentar proyectos de ley para contribuir a reducir la diferencia salarial entre géneros, y 11 de ellos han aprobado leyes, en comparación con los 40 estados que consideraron tales leyes en 2018 y seis que las promulgaron.
Los empleadores también tienen una función que desempeñar. Deben llevar a cabo auditorías de pagos con regularidad, publicar intervalos salariales para los empleos y prohibir las represalias contra los empleados por hablar, revelar o preguntar sobre sus salarios.
Desde luego, se requerirá más que la transparencia salarial para igualar los salarios entre hombres y mujeres. El trabajo femenino ha estado subvaluado desde hace mucho tiempo, y las mujeres siguen enfrentando barreras y sesgos que obstaculizan su poder para obtener un mejor salario.
Sin embargo, el hecho de revelar los salarios puede y debe ser parte de la solución. Cuanta más información tengan las mujeres sobre cómo se valoran los empleos y cuánto ganan las distintas personas, tanto mejor comprenderán su valor en el mercado de trabajo y más capaces serán de luchar por obtener la paga que merecen.
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Kim Churches es directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias, una organización no partidista sin fines de lucro que trabaja para fomentar la igualdad de género para mujeres y niñas mediante la investigación, la educación y la defensa. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de la autora.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek