La investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del ejecutivo español fracasó este jueves, tras naufragar su intento de negociar una coalición de gobierno con la izquierda radical de Podemos.
Tras perder una primera votación el martes, la candidatura de Sánchez volvió a fracasar este jueves, por 155 votos negativos, frente a solamente 124 a favor y 67 abstenciones, entre ellas las de los diputados de Podemos.
“El acuerdo (…) no ha sido posible”, reconoció el propio Sánchez ante los diputados, minutos antes de la votación.
A partir de ahora, el líder socialista tendrá de plazo hasta el 23 de septiembre para formar gobierno, o de lo contrario habrá una repetición electoral el 10 de noviembre.
En su discurso, Sánchez, vencedor de las legislativas de abril sin mayoría absoluta, destacó que las diferencias con Podemos no estuvieron en el programa, sino en el reparto de ministerios.
Según detalló, los socialistas propusieron a Podemos cuatro carteras ministeriales (Sanidad, Vivienda, Economía Social e Igualdad), una de ellas con rango de vicepresidencia del ejecutivo.
En su última oferta, Podemos coincidía en pedir Sanidad, Igualdad y una vicepresidencia, pero también solicitaba Trabajo y Ciencia y Universidades.
“Lo único que pedimos son competencias, no sillones”, le contestó a Sánchez el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
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El jefe negociador de Podemos, Pablo Echenique, aseveró que el PSOE quería atribuirles “un papel decorativo” y “sin competencias para hacer políticas públicas que mejoren la vida de la gente”.
Con sus 123 diputados de un total de 350 en la cámara baja, Sánchez, presidente del gobierno desde junio de 2018, necesitaba a los 42 legisladores de Podemos, indispensables para sumar más síes que noes este jueves.
Las consultas se habían prolongado hasta el último minuto, y tanto el PSOE como Podemos recibieron la presión de otras fuerzas indispensables para el éxito de la investidura, como los independentistas catalanes de ERC y los vascos de EH Bildu, que finalmente se abstuvieron.
“Se van a arrepentir de lo de hoy”, les advirtió el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. “Ustedes tienen cuatro años de vida, cuatro años por cuatro ministerios. Es extraordinario, ¡entren en el gobierno y demuestren durante cuatro años que son mejores!”, le dijo a Iglesias.
El analista Manuel Mostaza comentó a AFP que más allá del bloqueo, los dos partidos “tienen razón en sus lógicas”.
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“Para el PSOE es peligroso [gobernar en coalición] porque le permite dar visibilidad a un rival que compite por su espacio electoral”, mientras que Podemos tuvo la sensación de que los ministerios propuestos no tienen “ningún peso real”, ya que sus competencias están transferidas a las regiones, en particular Sanidad.
Pese a ello, cree que aunque “la relación ha quedado muy dañada”, de aquí a septiembre “lo van a intentar recomponer”.
En la misma línea, el gabinete de análisis Eurasia Group espera “que se alcance un acuerdo y se intente de nuevo [la investidura] antes del tope del 23 de septiembre”.
“Hay presión de las bases de ambos partidos para alcanzar un acuerdo. Los partidos además son renuentes a una repetición electoral”, en particular Podemos, que ya en abril pasó de 71 a 42 diputados, incidió Eurasia Group en su nota.
Desconfianza mutua
La desconfianza prevaleció entre las dos fuerzas de izquierda, que en las últimas horas no dejaron de acusarse del bloqueo en medio de una frenética serie de consultas.
“Nos han pedido literalmente el gobierno”, dijo la vicepresidenta saliente del gobierno español, la socialista Carmen Calvo.
Una de las líneas rojas que emergió en la negociación fue el control de Hacienda, rechazado de plano por los socialistas.
“Nosotros no podemos entregar los tributos, la política de ingresos de gasto (…) ¿qué le quedaría al Partido Socialista?”, se preguntó.
Con ésta es la segunda vez que Podemos torpedea un gobierno dirigido por Sánchez, tras votar contra su investidura en 2016, cuando el socialista se presentó en alianza con Ciudadanos.
Un hecho que Adriana Lastra, negociadora estos días del lado socialista, le clavó a Iglesias como una banderilla. “Esta es la segunda vez que usted va a impedir que en España haya un gobierno de izquierdas (…) curioso progresismo el suyo, señor Iglesias”.