En junio de este año la corredora sudafricana Caster Semenya se coronaba campeona de los 800 metros planos en el Prefontaine Classic, en la Liga de Diamante de atletismo.
Semenya de 28 años no ha sido derrotada en esta categoría desde septiembre de 2015. Su racha de victorias incluye 30 triunfos consecutivos en las grandes finales.
Días antes de esa actuación, perdió una demanda contra una regla de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) que entró en vigor el pasado 8 de mayo y obliga a las atletas a regular sus niveles de testosterona.
Para el estado civil, Semenya es una mujer. Pero para la IAAF, las mujeres como ella con atributos masculinos debidos a una cierta diferencia de desarrollo sexual (DSD) son “hombres biológicos”, una noción muy criticada por la defensa de la estrella sudafricana.
La IAAF dice querer proteger “la igualdad en la categoría femenina” y por ello considera que “la biología debe primar sobre la identidad” en el contexto deportivo.
De acuerdo a la reglamentación, las deportistas con una DSD deben someterse a un tratamiento para bajar su tasa de testosterona, al considerarse que les permite una ventaja injusta en la categoría femenina.
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El Tribunal de Arbitraje para el Deporte (TAS) con sede en Suiza dijo que, si bien temía que las regulaciones de la IAAF fueran “discriminatorias”, las medidas eran “necesarias, razonables y proporcionadas” para preservar la integridad del deporte femenino.
Semenya puso competir gracias que logró un recurso judicial para suspender temporalmente la aplicación de la regla el pasado 3 de junio, gracias a una decisión del Tribunal Federal suizo.
Hasta la toma de una decisión final, Semenya es libre de correr en los 800 metros planos.
Si la corte finalmente respeta el fallo anterior del TAS, la atleta se verá obligada a tomar medicamentos para suprimir sus niveles de testosterona, los cuales de acuerdo a su relato le provocaron efectos secundarios y su rendimiento disminuyó; la otra opción es cambiar a eventos más prolongados (carreras de fondo).
El sexo de Semenya
Desde su primera aparición en la pista, el 19 de agosto de 2009, Caster Semenya llamó la atención por su físico.
Horas antes de la final, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) anunció que investigará el sexo de Semenya.
“Hemos contactado con la gente de la Federación Sudafricana (ASA) para saber si tenían documentación que permita establecer su sexo (…) Es una cuestión que nos tomamos en serio”, dijo en ese momento el portavoz de la institución, Nick Davies.
Luego de la carrera, Caster Semenya queda exenta de la conferencia de prensa: “No está preparada para responder a las preguntas que tienen derecho a hacerle”, explica el secretario general de la IAAF, Pierre Weiss.
“Si al final de estas investigaciones se demuestra que no es una mujer, la retiraremos de la lista de ganadores”, dijo ante la prensa.
En junio de 2019, durante la apelación a la nueva norma de IAAF, Semenya relató que antes de los Mundiales, la Federación Sudafricana había enviado, a petición de la Federación de Atletismo, un ginecólogo para una muestra de sangre y un examen de los genitales de la atleta.
Semenya asegura que no sabía entonces el objetivo de este examen: “Un test de feminidad”.
Tras su actuación en los Mundiales, la IAAF llevó a la sudafricana a un hospital alemán para otro test de feminidad más exhaustivo. “Era una orden de la IAAF que no podía discutir”, afirmó.
Ante el TAS, Semenya describió “el profundo shock causado por la exposición pública de su cuerpo (…) estaba sobrepasada por los acontecimientos y por el hecho de que su género fuera puesto en duda por primera vez en su vida”.
La IAAF le comunica que si quiere seguir en la competición tiene que bajar su tasa de testosterona con ayuda de un tratamiento. La atleta acepta.
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Efectos secundarios
El tratamiento acordado inició en enero de 2010, la sudafricana permanece suspendida seis meses y vuelve a la competición en julio de 2010.
Ante el Tribunal del Deporte, Caster Semenya describió los efectos secundarios de los medicamentos y los efectos negativos de la bajada de la tasa de testosterona: fiebre, sudor, ganancia de peso, náuseas y dolores abdominales recurrentes. Un estado que tuvo un “enorme” impacto en su bienestar y su confianza, cuenta.
Para vigilar su tasa de testosterona debe someterse a dos análisis de sangre por mes, además de test sorpresa de la IAAF, a la que hoy acusa de utilizarla como una “rata de laboratorio”.
Entre 2010 y 2012 los tiempos de la atleta bajan ligeramente, lo que ella atribuye a los efectos negativos del tratamiento.
Aun así conserva su título de campeona del mundo en 2011 con un tiempo rápido (1:56.35) y acaba 2ª en los Juegos de Londres en 2012 (1:57.23). Más tarde se colgará la medalla de oro con la descalificación por dopaje de la rusa Mariya Savinova.
Entre 2013 y 2015 su rendimiento cae, a causa de la ganancia de peso y de una lesión en la rodilla, según la propia atleta.
En julio de 2015 el TAS cuestiona el primer reglamento de la IAAF sobre las mujeres hiperandróginas de 2011, por la apelación de la esprínter india Dutee Chand. Semenya detiene el tratamiento. Y hoy jura que no lo retomará nunca más.
Con información de AFP