Botswana la nación del sur de África sin salida al mar, cuenta con la mayor población de elefantes de todo el continente. A pesar de esto, ha sido, desde hace mucho tiempo, uno de los países más seguros para los elefantes al haber logrado evitar los niveles de caza furtiva que se producen en otras partes de África.
Sin embargo, la situación parece deteriorarse rápidamente, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Current Biology.
Los autores del estudio, pertenecientes al grupo ecologista Elephants Without Borders (EWB, Elefantes sin fronteras), calculan que un mínimo de 385 de estos animales fueron cazados furtivamente en ese país en apenas dos años: 2017 y 2018. Confirmaron que 156 de ellos fueron muertos por cazadores furtivos únicamente en 2018.
En el estudio, los autores compararon estudios aéreos realizados en un área de 36,000 millas cuadradas (57,900 km²) y descubrieron que, si bien las poblaciones de elefantes han permanecido prácticamente estables, con alrededor de 123,000 ejemplares, la cantidad de nuevos cadáveres de elefantes se ha incrementado 596 por ciento entre 2014 y 2018. Esto indica que la cacería furtiva está en auge.
Estos cadáveres suelen agruparse alrededor de cinco “puntos clave” en el norte del país, cada uno con un área de 1,350 millas cuadradas (2,172 km²). Los investigadores descubrieron que se ha producido un aumento de 16 por ciento en el número de elefantes cazados furtivamente en esos puntos clave, mientras que en las áreas circundantes se ha presentado una disminución de 10 por ciento.
En los puntos clave, la cantidad de cadáveres “viejos”, es decir, de aquellos ejemplares que fueron cazados hace más de un año, se incrementó 78 por ciento entre 2014 y 2018.
“Para verificar que los animales hubieran sido cazados furtivamente, utilizamos helicópteros para visitar 148 cadáveres de elefantes y determinar la causa de su muerte”, escribieron los autores. “Confirmamos que la causa había sido la caza furtiva en el total de los 72 nuevos cadáveres estudiados. También confirmamos la presencia de ese fenómeno en 62 de 76 cadáveres de más de un año de antigüedad, principalmente en uno de los puntos clave. Todos los cadáveres de los ejemplares cazados furtivamente pertenecieron a animales machos de entre 30 y 60 años de edad, que fueron cazados probablemente por sus largos colmillos”.
“Las pruebas indican que se han cazado furtivamente a cientos de elefantes cada año para la obtención de marfil en el norte de Botswana desde 2017, o posiblemente desde antes”, dijeron.
Los hallazgos más recientes podrían incrementar el escrutinio sobre el gobierno de Botswana, que el año pasado, levantó su prohibición de cazar elefantes, la cual implementó cinco años atrás, informó AFP. Mokgweetsi Masisi, presidente de ese país, dijo que la razón para ese acto tan controvertido fue ayudar a controlar la población de elefantes y mitigar el daño que estos animales, presuntamente, infligían a las cosechas.
En 2018, EWB afirmó haber descubierto 87 cadáveres de elefantes que, probablemente, habían muerto a manos de cazadores furtivos. Sin embargo, el gobierno negó tales afirmaciones.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek