El caso de Wendy, la niña que celebró su cumpleaños número 11 en una sala de maternidad del hospital civil de Oaxaca, tras sufrir una violación, es apenas la cima visible de los casos de violencia sexual infantil en el estado.
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La casa y la escuela, los familiares y cuidadores, son los espacios y responsables en la comisión de este tipo de delitos, coinciden la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer por Razón de Género y la organización Abuso Sexual Infantil (ASI) No se vale.
En lo que va del año, la institución responsable de velar por la protección de las víctimas –con influencia en 21 municipios del estado incluida la capital y los conurbados– ha recibido 130 denuncias por abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes, es decir, aproximadamente un caso diario.
La fiscal Especializada, María del Carmen Chiñas Salinas advierte que del total de casos que se reciben en la institución, un 80 por ciento son por violencia familiar y alrededor del 15 por ciento por violencia sexual.
La casa y la escuela, afirma, son los sitios en los que, estadísticamente, se registra el mayor número de delitos de este tipo, por lo que llamó a las madres de familia y/o responsables a creer en los pequeños, así como evitar situaciones de vulnerabilidad, además de tener especial cuidado cuando los menores presentan algún tipo de discapacidad.
La directora de la organización “ASI No se vale”, Rosario Sánchez Pacheco asegura que el 95 por ciento de los casos de abuso sexual cometido contra niñas, niños y adolescentes son perpetrados por una persona conocida.
“Los casos de violencia sexual infantil son cometidos en un 65 por ciento por familiares, seguido por los cuidadores que pueden ser maestros o personas que se encargan de las o los pequeños. También hay participación de mujeres, hermanas y maestras”, afirma.
Sostiene que las personas que abusan de las y los niños, así como de los adolescentes son cercanos y planean los hechos, por lo que se ganan la confianza de los infantes y también de los familiares más cercanos, como un mecanismo de protección.
Los predadores identifican situaciones de vulnerabilidad como la ocurrencia de violencia familiar, falta de alguno de los pilares de la familia (papá o mamá), carencia de amor, atención, falta de respeto.
La psicóloga señala que la impunidad ha provocado un aumento en los casos, por lo que considera fundamental que se atienda la problemática. Y es que de acuerdo a estadísticas, una de cada cinco mujeres ha vivido algún tipo de violencia sexual antes de cumplir los 12 años, mientras que uno de cada 11 hombres ha pasado por algo similar en el mismo periodo de la vida.
La justicia, cuando llega, lo hace tarde y tras un proceso de desgaste por parte de los familiares, el o la niña.
Mientras tanto la Fiscal asegura que la institución cuenta con una Mesa Especializada en atención de víctimas y que las denuncias anónimas han permitido rescatar a niñas, niños y adolescentes que vivían en circunstancias de violencia indescriptible.
Chiñas Salinas asegura que de acuerdo a las normas vigentes, las pacientes embarazadas producto de una violación pueden recibir la interrupción legal del embarazo, sin necesidad de una orden judicial en las clínicas de salud.
Las personas que cometen violación infantil llegan a tener una pena de entre siete y 12 años de prisión, por lo que la Fiscal considera necesaria una revaloración por parte del Congreso de la norma vigente, así como establecer agravantes.