Un estudio reciente advierte que los jefes intimidantes podrían orillar a sus empleados a tomar represalias e incluso, a sabotear su trabajo.
Un equipo internacional de investigadores halló que los empleados que sufren lo que se conoce como “supervisión abusiva” tienen más probabilidades de convertirse en saboteadores laborales, pues recurren a estrategias como arruinar intencionalmente sus trabajos, llegar tarde a la oficina, tomar descansos demasiado prolongados y hacer un esfuerzo mínimo.
La intención de los autores del estudio, publicado en la revista Journal of Management, era esclarecer por qué los jefes hostiles ocasionan que los empleados se muestren menos dispuestos a manifestar una conducta conocida como “comportamiento de ciudadanía organizacional” (CCO); es decir, comprometerse con la empresa más allá de sus obligaciones contractuales.
Dicha conducta puede abarcar desde ayudar a los compañeros de trabajo hasta ofrecerse como voluntarios para acudir a la oficina en horarios inusuales. Los investigadores también evaluaron cómo influía CCO en la tendencia de los empleados a perjudicar a la empresa mediante “comportamientos contraproducentes en el trabajo” (CCP).
Los investigadores de la Universidad de Finanzas y Economía del Sudoeste y la Universidad Renmin (ambas en China) y la Universidad Tecnológica de Swinburne, Australia colaboraron en el análisis de 427 estudios existentes sobre este tema.
Los psicólogos hallaron que los empleados tomaban represalias cuando sentían que se les trataba injustamente en el lugar de trabajo o bien, si se encontraban muy estresados y esto afectaba su capacidad para tener el desempeño esperado.
De manera específica, OCB fue más frecuente en los empleados que se sentían víctimas de una injusticia, mientras que los trabajadores estresados tendían más a CCP.
Liu-Qin Yang, coautora del estudio y profesora asociada de psicología industrial y organizacional en la Facultad de Artes y Ciencias Liberales de la Universidad Estatal de Portland, comentó en una declaración: “El estrés puede volverse incontrolable. Ya que te impide dormir bien, llegas tarde al trabajo o tomas descansos más prolongados, te desquitas con tus colegas o desobedeces las indicaciones”.
“En cambio, el sentimiento de [in]justicia es más racional. Cuando sientes que algo es injusto, tu respuesta es deliberada, por lo que te niegas a ayudar a los demás o no te ofreces como voluntario cuando el jefe pregunta si alguien puede trabajar en sábado”.
Las compañías que temen que sus supervisores estén afectando la productividad pueden adoptar medidas para disminuir este problema, incluyendo capacitación regular para los gerentes, introducir políticas que combatan las injusticias en el lugar de trabajo, y ayudar a sus empleados a manejar el estrés.
No es la primera vez que un estudio apunta a que las prácticas empresariales hostiles pueden afectar el bienestar de los empleados.
Esta investigación complementó un estudio publicado el año pasado en la revista European Heart Journal, en el cual se demostró que quienes sufren abusos en el lugar de trabajo tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV) que los empleados que no experimentan este problema.
Tras un análisis de 79,201 hombres y mujeres de entre 18 y 65 años, los autores de dicha investigación concluyeron: “Es común que haya intimidación y violencia en los lugares de trabajo, y los individuos expuestos a estos estresores laborales tienen mayor riesgo de ECV”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek