El “Santo Niño del Huachicol” es una de las imágenes religiosas más demandadas por parte de los poblanos en los establecimientos que se dedican a la vestimenta de “Niños Dios” previo a la festividad del 2 de febrero “Día de La Candelaria”.
Sin embargo, en algunos negocios del centro histórico de la Angelópolis, los comerciantes optaron por no vender los ropones de tal personaje que incluye un garrafón de plástico y una manguera en alusión al robo de combustible que persiste en diversas comunidades del estado de Puebla; cuya zona, que incluye municipios como Amozoc, Tepeaca, Acatzingo, Palmar de Bravo, Palmarito y Quecholac, entre otros, es conocida como el “triángulo rojo”.
“Nos piden mucho el Niño del Huachicol pero sentimos que ya es como una burla hacia la iglesia por lo que la verdad no lo trabajamos por ética y porque esas cosas no deben de ser”, expresó Fabiola Pérez, encargada de un negocio ubicado en la 10 poniente, entre 7 y 9 norte.
La trabajadora consultada atribuyó la demanda de tal imagen religiosa a la situación que vive en diversas comunidades poblanas y del país en relación a dicho ilícito, y también por la “desgracia” que ocurrió hace unos días en el estado de Hidalgo, donde más de un centenar de personas perdió la vida luego de una explosión del ducto al momento de que realizaban el “huachicoleo”.
“Las personas piden esta imagen por todo lo que se ha visto últimamente. Tanta desgracia que ha habido por lo del huachicol pero la verdad no pensamos en vender tal vestimenta”, expresó.
Añadió que al menos en este negocio se ofrece una variedad de 200 ropones y trajes para el “Niño Dios”, cuyas vestimentas están autorizadas por la iglesia católica.
Entre los ropones destacan el “Santo Niño de Atocha”, el “Niño de los Milagritos”, “Divino Pastor”, el “Niño de la Abundancia”, el “Niño de la Fortuna”, el “Niño del Trabajo”, el “Niño de la Salud” y el “Doctorcito de Tepeaca”, solo por mencionar algunos.
Respecto a la ropa relacionada con los ángeles, los cuales, en años anteriores tuvieron gran demanda entre los católicos, Fabiola Pérez, explicó que ya casi no los hacen debido a que las personas están conscientes de que “no se debe de bajar de nivel a Dios”.
LA TRADICIÓN CONTINÚA A PESAR DE LA CRISIS ECONÓMICA
Los precios de tales prendas de vestir van desde los 250 y hasta 400 pesos dependiendo el tamaño, la calidad de las telas y los adornos que se les incrustan; además, de que todos son hechos a mano.
“Tenemos modelos bonitos y económicos porque les ponemos zapatos, camiseta, calzón, todo viene completo”, expresó al tiempo de mencionar que a pesar de la difícil situación económica las familias, cada año, llevan a su “Niño Dios” a vestir para posteriormente llevarlo a la iglesia el 2 de febrero.
De acuerdo con la iglesia católica, la “Fiesta de la Candelaria”, se celebra el 2 de febrero y según la biblia es la “presentación del Niño Jesús” en el templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento.
Tal fiesta recibe diversos nombres como “la presentación del Señor”, la “purificación de María”, la “fiesta de la luz” y la “fiesta de las Candelas”.
Por ello, en Puebla y todo el país, los católicos visten a sus “Niños Dios” para llevarlos al templo a escuchar misa y a bendecirlos, para posteriormente colocarlos en sus respectivos altares que tienen en sus hogares.
Censura iglesia que poblanos vistan a su “Niño Dios” de huachicolero
La iglesia católica censuró que poblanos vistan de “huachicolero” a su “Niño Dios” en la festividad del “Día de la Candelaria” que se realiza este 2 de febrero.
El vocero de la Arquidiócesis de Puebla, Paulo Carvajal, indicó que tal fenómeno social es consecuencia de una falta de valores en entre las personas y también se demuestra que su fe no está bien sustentada.
Tales declaraciones fueron emitidas luego de que este medio publicó el jueves pasado que la imagen del “Santo Niño Huachicolero” es la más demandada en las tiendas del centro histórico de Puebla dedicadas a la venta de ropones y de trajes en esta temporada.
Sin embargo, por ética y por considerar una burla hacia la iglesia, los comerciantes optaron por no realizar tal vestimenta.
El padre también cuestionó a aquellos católicos que visten a su “Niño Dios” de futbolista y hasta de San Judas Tadeo.
“Cuando nuestra fe no está reforzada nos volvemos dóciles y transformamos algo religioso en algo de cultura popular y perdemos el sentido y el fin de la imagen que nos recuerda a Jesús que nos habla de fe y de amor”, expuso el religioso.