Aunque en San Luis Potosí el ritmo de crecimiento económico es superior al nacional, somos una entidad con gran desigualdad social. Además, nuestro territorio concentra el 2% de la población pobre del país y los niveles de violencia y corrupción en los que vivimos continúan en ascenso.
Durante su toma de protesta como gobernador de la entidad en 2015, Juan Manuel Carreras López reconoció que somos un estado con una gran población rural y dispersa, a la que resulta «sumamente complejo llevar servicios básicos, oportunidades de ingreso y satisfactores».
En aquel entonces se comprometió a seguir abatiendo los indicadores de pobreza, renovar la confianza de los potosinos en las instituciones y combatir la corrupción.
No obstante, la desconfianza en las autoridades e instituciones de la entidad continúa y los retos que enfrenta este gobierno, a la mitad de su administración, en materia de pobreza, desigualdad, violencia y corrupción siguen siendo de gran calado.
Aquí presentamos la magnitud de estos rezagos.
Pobres y desiguales
Reducir la pobreza y cerrar las brechas de la desigualdad es uno de los desafíos más importantes para nuestro gobierno. En San Luis Potosí, aún estamos muy lejos de alcanzar lo que los expertos llaman el círculo virtuoso de menor pobreza y desigualdad y mayor crecimiento económico.
Aunque desde el año 2010 el estado mantiene un promedio de crecimiento del 4.3%, este crecimiento, que es superior al nacional de 3.1%, no se ha traducido en una disminución importante de la pobreza y tampoco en mayor igualdad. Cabe destacar que los datos más recientes del Inegi muestran que en 2017 el Producto
Interno Bruto (PIB) de San Luis Potosí creció en un 4.4 por ciento.
San Luis Potosí concentra al 2% de la población que vive en situación de pobreza en el país, es decir, un millón 267 mil 728 potosinos son pobres (45.5% del total de la población estatal), de los cuales, casi 214 mil son pobres extremos. Además, siete de cada 10 viven con al menos una carencia social, lo que contrasta con los dos de cada 10 que no son pobres ni vulnerables.
Debe señalarse que, de acuerdo con los datos más recientes del Coneval, la pobreza en nuestro estado disminuyó en 6.9 puntos porcentuales respecto de la medición del año 2010 con lo que para 2016 había 107 mil 600 potosinos menos en situación de pobreza.
Asimismo, la población en pobreza extrema pasó de 402 mil 600 a 213 mil 800 en seis años. No obstante, la población vulnerable por carencias sociales incrementó en 136 mil 400 personas, y la vulnerable por ingresos en 32 mil 500.
En el 84% de los municipios potosinos la pobreza es superior al 50%, en 25 de ellos más del 70% de las personas son pobres, y entre estos hay diez (Tanlajás, Villa de Ramos, Coxcatlán, Xilitla, San Martín Chalchicuautla, Alaquines, Matlapa, Tampacán, Lagunillas y Vanegas) que tienen a más del 80% de su población en esta situación. Destacan los casos de Santa Catarina y San Antonio en donde nueve de cada 10 son pobres.
Más de 200 mil potosinos VIVEN EN POBREZA EXTREMA
La pobreza extrema es superior al 30% en cinco municipios de la entidad (Santa Catarina, Tanlajás, San Antonio, Coxcatlán y Tancanhuitz), y en dos de ellos, más del 50% son pobres extremos.
Adicionalmente, en el 81% de los municipios de la entidad, ocho de cada 10 personas viven con al menos una carencia social, mientras que solo en tres (Soledad de Graciano Sánchez, Cerro de San Pedro y San Luis Potosí), la población no pobre y no vulnerable es superior al 30% aunque inferior al 40%. Destaca el caso de Soledad de Graciano Sánchez, donde el porcentaje de la población no pobre y no vulnerable es de 36.6%.
Por otro lado, la edición más reciente de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) reporta que, en el año 2016, los hogares de la entidad obtuvieron ingresos promedios trimestrales por 39,051 pesos, lo que significa que en cada hogar hay un salario promedio al mes de 13,017 pesos.
No obstante, el 10% más rico de los hogares potosinos tuvo, en promedio, ingresos por 119,708 pesos al trimestre, lo que representa 1,330 pesos al día, mientras que el ingreso promedio del 10% más pobre fue de apenas 7,317 pesos, o bien, de 81 pesos diarios.
Estas brechas de ingreso se perciben también entre el ámbito urbano y rural del estado, pues, mientras que, en las localidades de más de 2,500 habitantes el ingreso promedio trimestral fue de 46,244 pesos, en las localidades rurales fue de 25,232 pesos, lo que significa que los ingresos de los potosinos que viven en áreas urbanas son 1.8 veces más altos que los de los que viven en áreas rurales.
Por otra parte, no debemos olvidar los desafíos que en materia de salud pública tiene nuestro estado y que requieren, con urgencia, de respuestas institucionales eficaces.
En San Luis Potosí, datos del Coneval indicaron que en 2016 había 253 mil 148 personas en vulnerabilidad por carencia de acceso a los servicios de salud, cifra que representa al 9.1% de la población estatal.
En ese contexto, los registros del Inegi evidencian que, entre 2006 y 2017 hubo 20,768 muertes por diabetes mellitus, 5,577 por enfermedades hipertensivas, y 20,283 por enfermedades isquémicas del corazón. En tanto, las defunciones que tienen como causa algún tipo de cáncer o tumor sumaron en dicho lapso 21 mil 358 fallecimientos.
De los más violentos
Otro de los temas que el gobierno del estado debe atender con urgencia es el aumento de la violencia que se extiende, en sus distintas formas y manifestaciones, a lo largo de nuestro territorio.
Entre enero de 2015 y octubre de 2018 se cometieron en San Luis Potosí 2,365 homicidios. En el 59% de los casos se trató de homicidios dolosos, los cuales, en total, sumaron 1,395 muertes, cifra que coloca a la entidad en el lugar 20 con el mayor número de casos en el periodo señalado a nivel nacional.
Además, en los 10 primeros meses de 2018 se acumularon 397 homicidios dolosos, 65% más que los registrados en todo 2015, cuando se consignaron 241. Destaca que el 70% de ellos se cometieron con arma de fuego.
Al interior de nuestro estado, la capital es el municipio con el mayor número de casos con 479 homicidios dolosos cometidos desde enero de 2015 y hasta octubre de 2018. Le siguen Soledad de Graciano Sánchez, con 182 casos; Ciudad Valles y Matehuala, con 82; y Villa de Reyes, con 37. En contraste, hay tres municipios en los que, en el mismo lapso, solo se cometió un homicidio doloso.
Algo similar sucede en relación con los feminicidios, pues, con los 57 registros consignados entre 2015 y octubre de 2018, San Luis Potosí presenta un aumento del 243% en este delito, pasando de siete casos en 2015 a 24 en los 10 primeros meses del año pasado.
Desconfianza y corrupción
La crisis de la violencia que permea nuestro país surge en un contexto en que la desconfianza de las personas hacia las autoridades de seguridad y la percepción de corrupción se encuentran en niveles muy altos.
En San Luis Potosí, el 58.6% de la población mayor de 18 años desconfía algo o mucho de la policía preventiva municipal, 50.7% de los ministerios públicos y de la procuraduría estatal, 47.9% de la policía ministerial o judicial, 49.3% de la policía estatal y 32.5% de la policía federal.
Nuestra entidad se encuentra entre las 17 que superan el 90% de percepción de corrupción frecuente o muy frecuente.
Según los datos de la ENCIG 2017, en nuestro estado se presentó un aumento de 7.8 puntos porcentuales respecto de 2013, cuando se reportó que el 82.3% de los potosinos tenía esta percepción.
Actualmente, el 90.1% de los habitantes de San Luis Potosí sigue pensando que es muy común que exista corrupción en el estado. De hecho, los datos señalan que en el estado hay una tasa de incidencia de corrupción de 28 mil siete delitos por cada 100 mil habitantes que tuvieron contacto con servidores públicos, la séptima más alta a nivel nacional y mayor que la registrada en 2015 cuando fue de 15 mil 684 delitos por cada 100 mil habitantes.