Aunque en Coahuila el ritmo de crecimiento económico es superior al nacional, somos una entidad en la que 25% de la población vive en pobreza y con gran desigualdad social. Además, erradicar la violencia y la corrupción siguen siendo dos grandes tareas pendientes para nuestro estado.
Al rendir su Primer Informe de Gobierno, Miguel Ángel Riquelme aseguró que «si bien nuestro estado presenta niveles de desarrollo superiores a los de la mayoría del país, sabemos que aún tenemos tareas impostergables que debemos atender».
En efecto, la entidad todavía enfrenta los desafíos de la pobreza y la exclusión en la que se encuentran miles de familias coahuilenses, además de los relacionados con la desigualdad, la violencia y la corrupción que se extienden a lo largo y ancho del territorio estatal.
Aquí presentamos la magnitud de estos rezagos.
Desiguales
Uno de los desafíos más importantes para el nuevo gobierno será el de reducir la pobreza y cerrar las brechas de la desigualdad. Todavía estamos muy lejos de alcanzar lo que los expertos llaman el círculo virtuoso de menor pobreza y desigualdad y mayor crecimiento económico.
Aunque desde el año 2010 el estado mantiene un promedio de crecimiento del 4.9%, este crecimiento, que es superior al nacional de 3.1%, no se ha traducido en una disminución importante de la pobreza y tampoco en mayor igualdad.
Cabe destacar que los datos más recientes del Inegi muestran que en 2017 el Producto Interno Bruto (PIB) de Coahuila creció en un 5% y que fue la séptima entidad que más aportó al PIB del país.
Sin embargo, nuestra entidad concentra al 1.4% de la población que vive en situación de pobreza en el país, es decir, 745 mil 897 coahuilenses son pobres (25% del total de la población estatal), de los cuales, 49 mil 687 son pobres extremos.
Además, 25% de la población estatal vive con al menos una carencia social y el 13% pertenece a la población vulnerable por ingresos. Es preciso decir que el 37% de la población coahuilense no son pobres ni vulnerables.
Debe señalarse que, de acuerdo con los datos más recientes del Coneval, la pobreza en nuestro estado disminuyó en tres puntos porcentuales respecto de la medición del año 2010, con lo que para 2016 había 30 mil 35 coahuilenses menos en situación de pobreza.
Asimismo, la población en pobreza extrema pasó de 81 mil 934 a 49 mil 687 en seis años. No obstante, la población vulnerable por carencias sociales incrementó en 36 mil 274 personas, y la vulnerable por ingresos en 32 mil 190.
El 32% de los municipios coahuilenses tiene más del 30% de su población en pobreza. En cinco de ellos (General Cepeda, Guerrero, Jiménez, San Pedro y Viesca), más del 40% de las personas son pobres.
Adicionalmente, en el 58% de los municipios de la entidad (22 municipios) más de la mitad de la población vive con al menos una carencia social, mientras que en el 53%, la población no pobre y no vulnerable es inferior al 30%.
Destaca el caso de Juárez, en donde el porcentaje de la población no pobre y no vulnerable es de tan solo el 19 por ciento.
Por otro lado, la edición más reciente de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) reporta que, en el año 2016, los hogares de la entidad obtuvieron ingresos promedios trimestrales por 46 mil 587 pesos, lo que significa que en cada hogar hay un salario promedio al mes de 15 mil 529 pesos.
No obstante, el 10% más rico de los hogares coahuilenses tuvo, en promedio, ingresos por 141 mil 103 pesos al trimestre, lo que representa 1,568 pesos al día. Simultáneamente, el ingreso promedio del 10% más pobre fue de apenas 10 mil 816 pesos, o bien, de 120 pesos diarios.
25% de la población de nuestro estado vive con al menos un carencia social
Estas brechas de ingreso se perciben también entre el ámbito urbano y rural del estado, pues, mientras que en las localidades de más de 2, 500 habitantes el ingreso promedio trimestral fue de 48 mil 418 pesos, en las localidades rurales fue de 29 mil 406 pesos, lo que significa que los ingresos de los coahuilenses que viven en áreas urbanas son 1.6 veces más altos que los de los coahuilenses que viven en áreas rurales.
Además, no debemos olvidar los desafíos relacionados con la salud pública, los cuales requieren, con urgencia, de respuestas institucionales eficaces.
En Coahuila, datos del Coneval indicaron que en 2016 había 384 mil 740 personas en vulnerabilidad por carencia de acceso a los servicios de salud, cifra que representa al 13% de la población estatal.
En ese contexto, los registros del Inegi evidencian que, entre 2006 y 2017 hubo 28 mil 750 muertes por diabetes mellitus, 6,585 por enfermedades hipertensivas, y 25 mil 650 por enfermedades isquémicas del corazón.
En tanto, las defunciones que tienen como causa algún tipo de cáncer o tumor sumaron en dicho lapso 23 mil 532 fallecimientos.
Violencia en nuestro estado
Otro de los temas que el gobierno del estado debe atender con urgencia es la prevalencia de la violencia que aún tiene lugar en nuestro territorio.
Entre enero de 2015 y octubre de 2018 se cometieron en Coahuila mil 884 homicidios. En el 48% de los casos se trató de homicidios dolosos, los cuales, en total, sumaron 900 muertes.
Entre enero y octubre del año pasado la entidad registró en total 188 homicidios dolosos, de los cuales, 46% se cometieron con arma de fuego.
Al interior de nuestro estado, Torreón es el municipio con el mayor número de casos con 592 homicidios dolosos cometidos desde enero de 2015 y hasta octubre de 2018.
Le siguen Saltillo, con 299 casos; Piedras Negras, con 122; Monclova, con 121; y Matamoros, con 87 casos.
En contraste, hay tres municipios en los que, en el mismo lapso, no se cometió ningún homicidio doloso.
En relación con los feminicidios, debido a que en el estado se registraron 46 de estos delitos entre 2015 y octubre de 2018.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, en Coahuila se observa una reducción del 56% en este delito, pasando de 16 casos en 2015 a siete en los primeros 10 meses del año pasado.
Desconfianza y corrupción
La crisis de la violencia que permea nuestro país surge en un contexto en que la desconfianza de las personas hacia las autoridades de seguridad y la percepción de corrupción se encuentran en niveles altos.
En Coahuila, el 46.2% de la población mayor de 18 años desconfía algo o mucho de la Policía Preventiva Municipal, 40.6% de la Policía Ministerial o Judicial, 39.3% de la Policía Estatal, 37.9% del Ministerio Público y Procuraduría Estatal y 33.7% de la Procuraduría General de la República.
En nuestra entidad, el 86% de la población percibe a la corrupción en el estado como frecuente o muy frecuente.
Según los datos de la ENCIG, 2017, existió un incremento de 4.2 puntos porcentuales respecto de 2013, cuando se reportó que el 81.7% de los coahuilenses tenía esta percepción, actualmente, el 85.9% de los habitantes de Coahuila sigue pensando que es muy común que exista corrupción en el estado.
De hecho, los datos señalan que en la entidad hay una tasa de incidencia de corrupción de 22 mil 455 delitos por cada 100 mil habitantes que tuvieron contacto con servidores públicos, esta cifra posiciona a Coahuila entre las primeras 20 a nivel nacional y es mayor que la registrada en 2015 cuando fue de 20 mil 350 delitos por cada 100 mil habitantes.