Un nuevo grupo de unos 200 migrantes de El Salvador iniciaron este domingo su camino hacia Estados Unidos, con la esperanza de escapar de las pandillas y la crisis económica.
Los migrantes se concentraron en la Plaza Salvador del Mundo en el sector oeste de la capital, y desde ahí caminaron un kilómetro hasta una terminal en donde abordaron tres autobuses hacia la ciudad de Sonsonate, 66 kilómetros al este de la capital.
Los migrantes, algunos llevando niños, aseguraron que en Sonsonate tomarían otro autobús que los conducirá a una de las fronteras que conectan con Guatemala.
Con mochilas al hombro, hombres y mujeres se mostraron decididos a soportar lo que les depare el camino, y estaban conscientes de lo duro que será el viaje, más aún sabedores que no llevan documentos migratorios.
“La verdad es que uno se va obligado, yo no quisiera irme del país, pero imagínese qué hago yo sola con mis dos hijos, nadie me ayuda, las maras (pandillas) nos han amenazado, así que mejor nos vamos”, dijo a la AFP Cecilia Bonilla, de 36 años, que viaja con sus hijos Steven y Daniel de cinco y 13 años.
Esta madre soltera, sin trabajo formal y amenazada por las pandillas dejó así abandonada su pequeña casa en una complicada zona plagada de maras en la ciudad de Soyapango, en la periferia este de la capital.
Por su parte, Javier Campos, de 42 años, viajó el sábado desde el oriental departamento de Usulután y pernoctó junto a otros migrantes en la plaza.
Con un grueso abrigo por el frío de la mañana, Campos, de piel morena y cabello bien recortado, explicó que dejó a su esposa y tres hijos “con todo su dolor”.
“Qué le vamos a hacer, me duele dejar a la familia, pero es por ellos que decidí irme a ver si llegamos al norte, si pasamos a Estados Unidos tenemos la esperanza de tener una mejor vida, acá en El Salvador ya no hago nada”, dijo Campos, que siempre se ha dedicado a la pesca artesanal.
Muchos de los salvadoreños que este domingo cogieron rumbo a Estados Unidos aseguraron a la prensa que llevan poco dinero.
La mayoría llevaban en sus mochilas un par de cambios de ropa, abrigos para el frío y medicina básica para afecciones estomacales, gripe, fiebre o dolores musculares.
El 13 de octubre, miles de migrantes hondureños salieron de su país en caravana con rumbo a suelo estadounidense.
Siguiendo a los hondureños, a finales de octubre, casi 2,000 salvadoreños abandonaron el país huyendo de falta de empleo y de la violencia de las pandillas, como se denomina a bandas delictivas que operan en países de Centroamérica.
Organizaciones de la sociedad civil y la Iglesia católica salvadoreña han pedido al gobierno atacar las causas que están originando las migraciones masivas de ciudadanos que buscan un mejor futuro en el país.