La periodista y escritora mexicana Lydia Cacho, lanzó recientemente el libro #EllosHablan, trabajo periodístico que presenta una serie de testimonios sobre el machismo y violencia que viven los hombres del país de distintos estratos sociales, zonas de la república y de sexualidad diversa.
Previo a la presentación del texto en la 50 Feria del Libro de Aguascalientes, se invitó a diversos periodistas de medios locales, incluido Newsweek Aguascalientes, a participar en un conversatorio con la también activista.
Sobre la razón que la llevó a realizar el libro, Cacho argumentó que desde hace 13 años, cuando comenzó con la investigación que la llevó a publicar “Demonios del Edén” vio en los niños y hombres una renuencia a reconocer la violencia que viven por parte de hombres que tienen poder sobre ellos.
Es por eso que vio la necesidad de escucharlos desde distintos escenarios de sumisión en núcleos como la familia, el trabajo y la sociedad en general.
“Fue una sorpresa para mí ver cómo se acercan a la versión de su masculinidad desde un lugar desde donde no se sientan agredidos por ellos mismos más que por las mujeres y cómo se atreven a sentarse en una mesa para construir un diálogo diferente”, expresó.
El libro está divido en dos partes: la primera son las entrevistas que realizó y la segunda un par de ensayos por parte de hombres especialistas en la materia.
Al cuestionar si su intención era poner bajo escrutinio y análisis la masculinidad desde la academia, la periodista insistió en que su trabajo es meramente periodístico, sin fines de predicar algún pensamiento propio.
“Yo lo que quería hacer con este libro era justamente convertirme en el espejo de lo que ellos están viendo del mundo y cómo se miran a sí mismos, no me interesa predicar sobre la masculinidad, no me interesa explicar la masculinidad, lo que quería era que ellos hablaran, los expertos que están dentro del libro terminan haciendo una reflexión sobre la masculinidad y terminan también haciendo una reflexión sobre el miedo”.
Durante el proceso de realizar las entrevistas, Lydia se encontró con hombres urgentes de hablar sobre lo que viven, lo que sienten y lo que sufren como víctimas sistemáticas del machismo.
“Después de entrevistarlos a todos ellos y estarlo escribiendo encerrada en mi estudio (…) me quedé sorprendida pues ese es el tema, este miedo vital que nosotras podemos tener de un hombre capaz de violarnos, capaz de asesinarnos, de secuestrarnos sólo porque somos mujeres, lo tienen millones de hombres sobre hombres que tienen poder sobre ellos, sobre cómo los juzguen por ser hombres, por tratar de transformarse, por tratar de cambiar y por expresar sus miedos y eso para mí fue muy fuerte”.
Desde que se comercializó el libro y se dieron a conocer las historias, sus protagonistas le han externado lo que esta exposición de su vida, a pesar de hacerlo de forma anónima, significó para ellos.
“La mayoría me han escrito correos muy conmovedores de lo que les ha pasado no solamente en el ámbito personal o en los procesos que han vivido, algunos de ellos estaban ya en terapia cuando los comencé a entrevistar y otros comenzaron a ir a terapia después de haberme dado las entrevistas, otros se atrevieron a contarle cosas a su pareja hombre o mujer que nunca le habían contado y otro decidió hacer una reflexión sobre su propia masculinidad y su propia sexualidad a partir de la publicación”.
Tienen periodistas el poder de cambiar las leyes
Tras trabajar por 30 años como periodista en México, Lydia Cacho cree fundamental que las y los periodistas del país estén conscientes del poder que tienen en sus plumas y no subestimar las consecuencias que su trabajo pudiera tener en materia legislativa, cultural e incluso narrativa en materia de contar lo que sucede.
“Cuando yo empecé a escribir sobre pornografía infantil recuerdo que llegué con José Luis Santiago Vasconcelos que en ese entonces era el primer Fiscal Anti Narco en México y le hablé de eso y se me quedaba viendo con cara de “de qué me estás hablando, eso no existe” entonces yo me tuve que poner a explicarle lo que estaba sucediendo y empecé a buscar expertos en otros lugares porque no había expertos en pronografía infantil, nadie o casi nadie hablaba de eso y ahora puedo asegurar que fuimos las y los periodistas quienes posicionamos el tema de pornografía infantil en el país, y fuimos las y los periodistas quienes posicionamos el tema de trata de personas”.
Pidió a las y los compañeros del gremio, reconocer su trabajo y no dejar que una historia caduque, pues nunca sabrán qué tipo de consecuencias ocurrirían si dejan morir una historia.
“Lo que sucede después de nuestra documentación es largo, tortuoso, agotador, abrumador, pero es de un impacto absolutamente real”.
Pero los periodistas no están solos en los medios. Cachó habló también de la necesidad de que los editores se sensibilicen y pongan como prioridad la exposición de temas delicados y controversiales, con un tratamiento de la información que respete los derechos humanos y la integridad de las personas.
Agregó que en los medios de comunicación también es necesario reconocer las actitudes machistas que tanto hombres como mujeres suelen replicar, pues también impide un desarrollo sano y ético de la información.
“No hay un solo ser humano sobre la Tierra, no importa qué tan feminista sea, hombre o mujer, que pueda prometer que está absolutamente sustraído, libre de machismo, porque es un subproducto cultural que respiramos todos los días, que nos rodea constantemente, el tema es cómo nos damos cuenta de que ejercemos micromachismos, cómo te detienes frente a ellos, cómo pides perdón, cómo escribes alejándote de ellos, diciendo: a ver, esto no está bien”.