Emmanuel Rincón I Pachuca
Luego de siete días sin terminar la sesión constitutiva de la LXIV Legislatura local y de que Morena tomara la tribuna del Congreso, una trifulca protagonizada por un grupo de priistas prolongó el paro legislativo, que derivó en la declaración de dos supuestas actas de integración de la Junta de Gobierno; una, presidida por el PRI y la otra, encabezada por Morena.
En la sesión, que arrancó con una hora y 45 minutos de retraso, la priista Mayka Ortega Eguiluz pretendió retomar la intervención que quedó pendiente el jueves 6 de septiembre, cuando un “duelo” de porras entre morenistas y priistas provocó que el presidente de la mesa directiva, Humberto Veras Godoy, decretara un receso, al considerar que no había las condiciones de orden.
Sin embargo, minutos después, en vez de permitir que Ortega completará su intervención, el morenista Veras Godoy cedió el turno a su compañera de partido, la diputada Doralicia Martínez Bautista, para que leyera un segundo acuerdo tomado, presuntamente, por los integrantes de la Junta de Gobierno.
En este documento, la fracción de Morena se quedaba con la presidencia en el primer año; el PRI, el segundo, y el PAN, el tercero. El documento exhibía firmas de Veras Godoy; además, del diputado de Nueva Alianza Marcelino Carbajal y la perredista Arely Miranda Ayala.
Ante la negativa de Veras Godoy de que Ortega finalizará su intervención, esta pretendió tomar el micrófono de la tribuna; sin embargo, la bancada de Morena rodeó el estrado para impedir que la priista se acercara a Doralicia.
Esto provocó un caos en el Congreso, al cual se dieron cita trabajadores priistas, entre ellos Adriana Flores y el extitular de Reglamentos de Pachuca, Levi Leines, quienes —durante cerca de media hora que duró la lectura del segundo acuerdo— no dejaron de corear frases como “¡Respeto a la ley!” y “¡Fuera Sosa!”, en referencia al presidente del patronato universitario de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán, a cuyo grupo pertenecen ocho de 17 legisladores de Morena.
Al desorden siguió la exhibición de cartulinas en las que se leían leyendas como “Diputados sí, porros no” por parte de los diputados priistas Mayka Ortega, Julio Valera Piedras, María Luisa Pérez y Adela Pérez Espinoza.
Cuando ingresó la muchedumbre los diputados afines al Grupo Universidad abandonaron el pleno y, en defensa de la tribuna, quedaron los diputados Víctor Guerrero Trejo, Doralicia Martínez y Susana Ángeles, quienes soportaron empujones e insultos, además de acusaciones sobre la existencia de aviadores en el Congreso.
Posteriormente, al recinto legislativo ingresaron granaderos, quienes trataron de replegar a los manifestantes, pero lo lograron solo parcialmente.
Minutos más tarde, pasadas las diez de la noche, Valera Piedras pidió a los diputados de Morena dialogar en la torre legislativa y tomar los acuerdos correspondientes; mientras, decenas de manifestantes gritaban consignas como “¡Sosa represor!” y “¡Sosa asesino!”.
Fue cerca de la medianoche, después de una semana en la que se intentó concluir la sesión constitutiva, que la “normalidad” volvió al Congreso estatal, con dos actas y supuestos acuerdos en el orden del día, que, según cada grupo, dicta que existen dos Juntas de Gobierno.