A sus 11 años Hammad Safi se ha convertido en una estrella en Pakistán gracias a sus cursos de motivación personal, que siguen millones de personas en las redes sociales.
“Utilizad Google y Youtube para aprender, por su parte positiva ¡y no para mirar películas!”, dice en uno de sus cursos a un grupo de alumnos de una escuela privada de Peshawar (noreste), la University of Spoken English (Usecs), donde él también es alumno.
Durante 15 minutos, con gesto seguro y vestido con elegancia, Hammad Safi elogia las nuevas tecnologías. “Mirad los discursos de Barack Obama, como más los miréis mejor hablaréis”, asegura.
“Es muy inteligente. Cuando habla me quedo impresionado”, dice Khan, un estudiante en Ciencias Políticas que lo dobla en edad. “Me gustaría ser como él”, asegura.
“A la gente le gusta porque habla bien, siempre acierta”, comenta Samiullah Waqil, uno de sus exprofesores de inglés.
Hammad Safi se ha convertido en un fenómeno en internet y uno de sus videos -una conferencia en urdu en la universidad de Peshawar- alcanzó 2.6 millones de visualizaciones. Su canal en YouTube tiene 146,000 suscriptores.
Sus cursos de motivación cautivan a sus oyentes, en muchos casos estudiantes de periodismo y comunicación.
Pero Safi también sabe tocar otros temas, como cuando se refiere a Allama Iqbal, un reconocido poeta y uno de los fundadores de Pakistán.
“Si no hubiera existido, yo o cualquiera de nosotros estaríamos probablemente limpiando baños en la casa de un inglés”, dice en referencia al largo periodo colonial previo a la creación de Pakistán.
En los comentarios a sus videos no faltan los elogios. “La edad no define la madurez. Miren este milagro”, dice un internauta. “Hermanito, estoy contento de saber que el futuro de Pakistán depende de gente como tu”, escribe otra internauta desde India.
“Diamante en bruto”
En la University of Spoken English (Usecs), donde aprende inglés —una lengua que en Pakistán sólo hablan las élites y las clases medias con estudios— sus profesores también consideran a Safi como un “diamante en bruto” que tarde o temprano “dirigirá al país”.
Hijo de un rico comerciante de Peshawar, Safi dejó el sistema escolar tradicional para inscribirse en la Usecs, donde le dan un trato especial y cada semana mejora sus capacidades de orador frente a otros alumnos.
Según el director de la universidad, Ammer Sohail, el objetivo de Safi es “alentar” a los alumnos más pobres, “darles esperanza para que rompan el techo de cristal” en un país donde el 40 por ciento de la población es analfabeta, según datos de la ONU de 2014.
“Hammad trabaja para la gente que está desorientada, que no ha encontrado un sentido a su vida”, dice Sohail. “Queremos que difunda esta sensibilidad por la educación en todo el país”, añade.
Según su padre, Abdul Rehman Khan, Hammad “no es un niño ordinario” porque “ha recibido un don de Dios”.
El propio interesado no duda en asegurar a la AFP que es una “inspiración, no sólo para Pakistán sino para el mundo”. “Inspiro a todo el universo”, dice el niño sin pestañear.
Según sus profesores, estudia entre “diez y doce horas seguidas” en su pequeño cuarto en la escuela, donde tiene fotos donde aparece junto al embajador de China en Islamabad o junto al político Imran Khan.
En su cuarto no hay ni rastro de superhéroes o de personajes propios de su edad. “Batman y Supermán son falsos héroes pero estos de aquí son los de verdad”, dice señalando las fotos en la pared de Allama Iqbal, Bill Gates o Albert Einstein.
Bakht Zaman, un profesor de la universidad de Peshawar que acudió a una de sus conferencias, lamenta sin embargo que el niño haya “desaparecido” detrás del “pequeño profesor”. “Este niño tiene talento y es un buen profesor de motivación (aunque) le falta profundidad intelectual”, dice Zaman.
“Puede convertirse en lo que quieran hacer de él, pero tomará tiempo”, asegura.