Sara Elizondo I Pachuca
En lo que va del año, más de la mitad de las cien solicitudes de información dirigidas a la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser) en Hidalgo para practicar la interrupción del embarazo seguro provienen de mujeres que ya son madres, informó Bertha Miranda Rodríguez.
La activista insistió en que esta práctica en México debe ser electiva y no sancionable.
“En el aborto la decisión corresponde a la mujer, pues cada una vive una situación particular; ella es la única que tendría derecho a decidir sobre su cuerpo, nadie tendría que obligarla a seguir o a interrumpir (el embarazo)”, sostuvo.
Sin embargo, ante las penas que implica suspenderlo fuera de causales como violación, el aborto clandestino se practica en lugares inadecuados e insalubres sin conocimiento de métodos seguros, lo que puede derivar en perder la vida, agregó.
“Estamos en una situación discriminatoria en la que se sigue penalizando la interrupción, pues, aunque haya causales específicas, todavía existen barreras para tener acceso a esta práctica”, indicó la titular de Ddeser.
Sobre el referéndum que el 25 de mayo despenalizó el aborto en Irlanda, donde estaba prohibido, salvo que se practicara para proteger la vida de la mujer, la activista consideró que en ese país, al igual que en México, hay un contexto religioso, pero, al ser un Estado laico, la Iglesia no tiene injerencia en los temas de gobierno, y la sociedad reconoce que la mujer tiene plena autonomía.
“La discusión acerca de las sanciones por la práctica de la interrupción del embarazo continúa en los Congresos locales. Deberíamos tener educación y políticas que fomenten el Estado laico libre de prejuicios”, sugirió.
INFORMACIÓN
Más de una centena de solicitudes de información para conocer a dónde recurrir para practicar una interrupción del embarazo segura ha recibido Ddeser en lo que va del año.
México está suscrito a tratados internacionales que obligan al Estado a armonizar sus marcos normativos para que el aborto sea legal en el país.
Actualmente, 39 naciones permiten el aborto cuando el objetivo es salvar la vida de una mujer; 12 países lo autorizan si las mujeres no pueden criar un hijo.