Una sobrecogedora foto captó el odio en Charlottesville, obtuvo un Premio Pulitzer y marcó el fin de la carrera de Ryan Kelly en The Daily Progress.
EL 16 DE ABRIL, a las tres de la tarde, mientras se anunciaban los ganadores del Premio Pulitzer, Ryan Kelly volaba en un avión. Cuando este aterrizó y el fotógrafo encendió su teléfono, los textos de felicitación no dejaban de llegar: el fotorreportero Kelly había ganado el más alto premio de su profesión, junto con el rapero Kendrick Lamar y los reporteros de investigación que revelaron el escándalo de Harvey Weinstein, por su devastadora imagen de un automóvil arremetiendo contra una multitud de manifestantes que se oponían al mitin de nacionalistas blancos realizado en Charlottesville, Virginia. En el ataque, ocurrido el 12 de agosto de 2017, murió una mujer llamada Heather Heyer, mientras que 19 personas más resultaron heridas.
La fotografía de Kelly, que muestra los violentos y caóticos segundos después del impacto, fue publicada en The Daily Progress de Charlottesville, donde trabajaba como fotógrafo. Notablemente, ese fue el último día de Kelly como miembro del personal: había presentado su renuncia y aceptado un empleo de mercadotecnia digital en una empresa cervecera de Richmond.
The photo was taken by then-staff photographer @RyanMKellyPhoto on his last day at the paper.https://t.co/yLvrwy228U
— The Daily Progress (@DailyProgress) 16 de abril de 2018
La obtención del premio trajo de vuelta el horror de aquel día. Kelly llegó a las nueve de la mañana para cubrir la marcha. Había opositores “coreando consignas, cantando, gritando eslóganes, pero nadie se enfrentaba con nadie”, dice. Después de unas horas, un automóvil llegó a sus espaldas y arremetió contra el grupo al que estaba fotografiando. “Escuché que el auto aceleraba. Instintivamente, tomé mi cámara y lo seguí con mi lente”. No había tiempo para el miedo; simplemente accionó el obturador y tomó alrededor de 80 fotos.
“Cuando ves a través del visor, estás un poco distanciado”, dice Kelly. “Sabía que estaba viendo un auto [conducido] hacia un grupo de personas para luego retirarse. No fue sino hasta que tuve un momento para revisar las fotos en la pantalla de la cámara que vi lo que había captado”. El simbolismo del letrero que llevaba uno de los manifestantes era particularmente desgarrador: “Amor”.
Kelly tiene sentimientos complicados con respecto a esa foto, no por el hecho de haberla tomado; como tuiteó tras ganar el premio, se alegra de que esa foto exista, para que “nunca olvidemos exactamente cómo lucen la violencia y el odio”. Solo desea que nunca hubiera ocurrido.
Heyer no aparece en la foto, pero Kelly ha pensado en ella todos los días desde que la tomó. La mañana siguiente de haber ganado el Pulitzer, llamó por teléfono a la madre de ella, Susan Bro. “Me sentía un poco nervioso por llamarla”, dice Kelly. “Le dije que lamentaba mucho que tuviera que ver esa imagen una y otra vez y reviviera el trauma de perder a su hija. Ella me agradeció y me dijo que la alegraba que yo hubiera estado allí para hacer lo que hice”.
Kelly no se ha reunido con ninguna de las personas que aparecen en la foto, en parte, porque se mudó a una ciudad diferente debido a su nuevo empleo. A pesar de amar el periodismo, se sentía impulsado a dejar The Daily Progress después de cuatro años. “Poca paga, malos horarios, mucho estrés”, dice Kelly. “Simplemente me agoté”.
Casi la mitad del personal del diario se ha ido desde agosto pasado, incluido el editor. Las noticias nunca paran, no es un trabajo de 9 a 5, y Kelly no veía mucho a su esposa, pero también sentía el temor constante de ser despedido. Los empleos en los diarios fuera de las ciudades principales de Estados Unidos se reducen a un ritmo alarmante: más de la mitad de ellos desaparecieron entre 2001 y 2016. En 2015, dos ganadores del Pulitzer, los reporteros Rob Kuznia, del Daily Breeze de Los Ángeles, y Natalie Caula Hauff, del Post and Courier de Carolina del Sur, también habían dejado su empleo en el momento en que recibieron el premio; ambos ocuparon puestos de relaciones públicas.
“Extraño el diario y extraño la sala de redacción, pero mi vida es mucho mejor de lo que era hace un año”, dice Kelly, quien sigue realizando trabajos como fotógrafo independiente para Getty Images.
Y revela que le preocupa que se esté perdiendo el valor del periodismo local. “Toda la sala de redacción del Daily Progress había dado seguimiento [al crecimiento del nacionalismo blanco] durante meses. Conocíamos a muchos de los personajes y de las historias. El trabajo que hicimos aquel fin de semana se debió directamente a que cubrimos la nota todos los días. Realmente me siento orgulloso de que el Daily Progress tenga un Pulitzer por ello”.
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Publicado en cooperación con Newsweek /Published in cooperation with Newsweek