Diecisiete voluntarios de los Países Bajos aceptaron infectarse intencionalmente con gusanos parasitarios mortales como parte de un estudio que pretende demostrar que contaminar a voluntarios sanos es una forma mucho más efectiva de probar potenciales vacunas para enfermedades desatendidas que encontrar personas que padecen el problema en las áreas afectadas.
Aunque los parásitos Schistosoma mansoni pueden causar la grave condición de esquistosomiasis, también conocida com fiebre del caracol –una enfermedad que puede dañar el hígado, el intestino, los pulmones y la vejiga– a los voluntarios sólo se les implantaron 20 gusanos machos, que no se pueden reproducir, poner huevos o causar síntomas graves.
Además, el estudio que se realiza en el Centro Médico de la Universidad de Leiden en los Países Bajos hará un monitoreo constante de los voluntarios hasta el final de la prueba para asegurar que la enfermedad no progrese más y se les pagará el equivalente a 1,200 dólares por sus problemas.
Luego final de las 12 semanas que dura la prueba, a todos los voluntarios se les administrará Praziquantel, un medicamento que debe expulsar por completo al parásito del cuerpo humano, informó Live Science.
Hay dos posibles vacunas para la esquistosomiasis que han sido aprobadas para ensayos en humanos, informó The New York Times. Sin embargo, los 17 voluntarios en este estudio no recibieron los prototipos de vacunas antes de ser infectados, porque este ensayo específico no fue diseñado para evaluar la efectividad de la vacuna.
Los gusanos Schistosoma infectan a más de 200 millones de personas en todo el mundo, principalmente en regiones tropicales y subtropicales, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
En la actualidad, los médicos que desean probar posibles vacunas para enfermedades desatendidas (enfermedades que solo se encuentran en regiones tropicales y subtropicales) deben viajar a áreas afectadas. Los investigadores deben buscar personas ya infectadas para obtener voluntarios para los ensayos de vacunas. Este método es costoso y puede llevar mucho tiempo obtener resultados precisos.
La investigadora principal del estudio, Meta Roestenberg, una médico de enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Leiden, dijo al New York Times que espera que este ensayo demuestre que infectar deliberadamente a los voluntarios con un parásito es menos costoso que los métodos tradicionales y produce resultados mucho antes. Esto quizás pueda marcar el comienzo de una nueva era de ensayos clínicos de vacunas.
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