El principal asesor económico del presidente Donald Trump, Gary Cohn, renunció a su cargo luego de oponerse a la controvertida imposición de aranceles al acero y al aluminio importado.
“Ha sido un honor servir a mi país y promulgar políticas económicas procrecimiento para beneficio del pueblo estadounidense, en particular la aprobación de una reforma fiscal histórica. Estoy agradecido con el presidente por darme esta oportunidad y le deseo a él y a la administración un gran éxito”, dijo Cohn, quien dirigía el influyente Consejo Económico Nacional.
El presidente estadounidense afirmó que como funcionario “hizo un trabajo extraordinario para establecer nuestro programa, ayudando a lograr una reforma fiscal histórica y liberar nuevamente la economía estadounidense”.
La renuncia de Cohn se da entre las polémica por las declaraciones del mandatario estadounidense de la semana pasada, cuando anunció su intención de gravar con 25% las importaciones de acero y con 10% las de aluminio.
Una fuente anónima dijo a Bloomberg que Cohn y el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross –quien había recomendado este aumento en las tarifas–, discutieron en privado sobre el tema dos horas antes de que se anunciara.
En una junta del jueves, en la que Trump anunció el movimiento, el funcionario estadounidense se pronunció en contra, advirtiendo que aumentaría el precio de los productos del acero y el aluminio, según una persona citada por CNBC.
De 57 años, Cohn se había posicionado fuertemente contra la decisión del presidente de imponer severas tarifas a la importación de acero y aluminio, lo que ha desatado temores ante una posible guerra comercial.
“Durante varias semanas, Gary había estado discutiendo con el presidente de que se estaba acercando el momento de su dimisión. La fecha de su salida se tiene que determinar pero será en unas pocas semanas”, aseguró un funcionario de la Casa Blanca.
Exejecutivo de Goldman Sachs, su dimisión generó preocupación en los pasillos de Wall Street y podría ser el detonante de una agitada sesión en el parqué neoyorquino el miércoles.
Una serie de deserciones
El hombre se integra ahora a la lista de deserciones del gobierno de Donald Trump. La semana pasada, Hope Hicks, directora de comunicaciones de la Casa Blanca y una de sus asesoras más cercanas, anunció que su renuncia se daría en próximas fechas. Rob Porter, quien fue el secretario personal del presidente, dimitió el 7 de febrero luego de que dos exesposas lo acusaron de violencia doméstica.
También, Diana Powell, asesora adjunta de seguridad nacional de Trump, que fue una fuerza impulsora detrás de la política del presidente en Oriente Medio, anunció en diciembre sus planes de abandonar la administración en 2018.
Tom Price, quien fue secretario de Salud de Estados Unidos, se vio obligado a renunciar el 20 de septiembre cuando se supo que había hecho 26 viajes en 2017 en aviones privados, con un costo de 400,000 dólares para los contribuyentes.
Otra de las principales salidas del gobierno de Trump fue la de Steve Bannon, principal estratega del presidente, quien tuvo choques constantes con John Kelly y otros asesores, fue acusado de representar a grupos racistas.
Anthony Scaramucci, director de Comunicación, permaneció en la Casa Blanca un récord de apenas 10 días; la dejó el 31 de julio. Se enemistó con Kelly ante su descarado juego para acceder a la secretaría de la Presidencia tras la renuncia de Reince Priebus.
Se suponía que Priebus, exjefe del Comité Nacional Republicano, dirigiría al personal y controlaría el acceso a Trump. Pero no pudo controlar al propio presidente y el ala oeste de la Casa Blanca se convirtió en un caos. Dejó el cargo el 31 de julio y fue sustituido por el general retirado del Cuerpo de Marines John Kelly.