Washington acusó el jueves a Rusia romper abiertamente los tratados de la era de la Guerra Fría por desarrollar lo que el presidente ruso Vladimir Putin definió como una nueva generación de “invencibles” armas hipersónicas y submarinas.
“No lo consideramos el gesto de un dirigente internacional responsable”, afirmó Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, quien criticó también que, al hacer la presentación, Putin haya utilizado una animación que mostraba misiles golpeando al territorio de Estados Unidos.
Según Nauert, “Rusia ha desarrollado desestabilizadores sistemas de armamentos en los últimos 10 años en violación directa de sus obligaciones” que se desprenden de los tratados sobre control de armas, en especial el firmado en 1987 por Washington y Moscú.
La portavoz dijo que el discurso de Putin ayudó a “confirmar lo que Estados Unidos ya sabía desde hace tiempo”.
Las palabras del líder ruso no fueron una sorpresa para el Pentágono: “Estas armas están en desarrollo desde hace mucho tiempo”, aseguró su portavoz, Dana White.
“No estamos sorprendidos por estas declaraciones y los estadounidenses pueden estar seguros de que estamos completamente preparados”, añadió, precisando que la nueva postura nuclear anunciada en febrero por Estados Unidos, “tenía en cuenta” esas armas rusas.
El cruce dialéctico llega cuando las relaciones entre ambos países están en su peor momento desde el final de la Guerra Fría, sobre todo por los conflictos en Ucrania y Siria y las acusaciones de que Moscú interfirió en la elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
Estados Unidos aprobó formalmente el jueves la venta de misiles antitanques Javelin a Ucrania, que lucha lucha contra insurgentes apoyados por Rusia en el este del país.
La Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa afirmó que Ucrania ha pedido a la administración Trump comprar 210 misiles y 37 lanzaderas, por un costo aproximado de 47 millones de dólares.
-“¡Escúchennos ahora!”-
En su discurso anual ante el Parlamento, y a dos semanas de las elecciones presidenciales, Putin habló de sus sus prioridades, sobre todo económicas y sociales, para el que podría ser su próximo mandato.
Pero utilizó más de una hora, la mitad del tiempo que duró su alocución, para jactarse del nuevo armamento que desarrolla el país, aunque matizó que estos esfuerzos son una “respuesta” a la actividad militar estadounidense, cuya nueva posición en cuanto a lo nuclear ha sido denunciada por Moscú como “belicosa” y “antirrusa”.
Presentando en desorden nuevos tipos de misiles de crucero con “alcance ilimitado”, minisubmarinos a propulsión nuclear e inclusive un arma láser “sobre la cual es muy pronto para brindar sus detalles”, el presidente fustigó la actitud de los occidentales hacia Rusia.
“Nadie quería hablarnos, nadie quería escucharnos. ¡Escúchennos ahora!”, lanzó, provocando una larga ovación de los parlamentarios reunidos en un edificio histórico cercano al Kremlin.
El mandatario subrayó los progresos logrados a pesar de las sanciones occidentales impuestas a causa de la crisis ucraniana, sobre todo en el sector de la defensa: “Todo lo que ustedes han intentado para molestar, impedir, bloquear a Rusia no ha tenido éxito. Todos los trabajos de refuerzo de la capacidad defensiva de Rusia han sido realizados y lo siguen siendo”.
El mandatario añadió que Rusia “no amenaza a nadie”, no hay “ningún plan para utilizar este potencial de manera ofensiva”, indicó Putín.
Rusia quiere desplegar escudos antimisiles en Europa oriental y en Corea del Sur y acaba de adoptar una nueva doctrina militar para dotarse de nuevas armas nucleares de baja potencia.
(Con información de AFP)