La ONG británica Oxfam presentó el lunes sus disculpas al pueblo haitiano por el comportamiento de algunos de sus integrantes y expresó su “vergüenza” tras remitir a las autoridades locales una investigación interna.
Según este informe de once páginas, del que se difundió una versión parcialmente censurada, el exdirector de Oxfam en Haití, el belga Roland Van Hauwermeiren, reconoció haber pagado a prostitutas en locales de la organización.
El informe no descarta que algunas de las prostitutas fueran menores.
Otros exempleados de la ONG fueron acusados de acoso y de intimidación, al tiempo que un testigo fue amenazado físicamente.
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“Vinimos aquí (…) para expresar nuestra vergüenza y nuestras disculpas al gobierno y a la población de Haití por lo sucedido”, declaró Simon Ticehurst, director regional de Oxfam para América Latina y el Caribe, al término de un encuentro de dos horas con Aviol Fleurant, ministro de Planificación y Cooperación Exterior.
“Vamos a solicitar informes de toda clase, auditorías, informes financieros, con el fin de rendir cuentas”, dijo Fleurant, y se cuestionó sobre una eventual “obstrucción a la justicia” en función de que las autoridades haitianas “nunca fueron informadas sobre estos crímenes, cometidos en los locales de la institución”.
Las autoridades haitianas anunciaron la semana pasada que pretenden llevar a cabo su propia investigación. La ONG se había comprometido a entregarles el lunes la versión completa de su informe, redactado en 2011.
“Es absolutamente horrible”, dijo el lunes la primera ministra británica Theresa May. Estas conductas “están muy por debajo de los estándares que podemos esperar de las organizaciones benéficas y ONGs con las que trabajamos”, agregó.
“Muchas chicas”
Una joven haitiana llamada Mikelange Gabou le contó al periódico The Times que tuvo una relación con Van Hauwermeiren cuando ella tenía 16 años y él, 61. Según su testimonio, el belga le dio dinero y pañales para su bebé y a veces invitaba a su casa a mujeres que buscaban trabajo, a las que daba dinero.
“Me ayudaba pero tenía muchas chicas (…) Siempre eran haitianas. Las mujeres eran su distracción”, aseguró.
La semana pasada, Van Hauwermeiren dijo en una carta enviada a los medios belgas que nunca organizó orgías con jóvenes prostitutas pero reconoció que tuvo relaciones sexuales con “una mujer honorable y madura” a la que no le dio dinero.
Según el informe, siete empleados de Oxfam en Haití dejaron la oenegé en el marco de la investigación interna. Algunos de ellos habían sido acusados, además de recurrir a prostitutas, de acosar e intimidar a otros miembros de la organización.
Cuatro de ellos fueron despedidos por “faltas graves” y otros tres dimitieron, entre ellos Roland Van Hauwermeiren, a quien la organización le propuso “una salida digna, a condición de que cooperara plenamente con el resto de la investigación”.
Además se sospecha que tres personas “amenazaron físicamente e intimidaron” a una de las 40 personas que testificaron en la investigación interna.
Transparencia
Oxfam justificó su decisión de publicar el informe “para ser lo más transparente posible sobre las decisiones que se tomaron durante la investigación”.
La ONG también comunicará el nombre de las personas implicadas a las autoridades de Haití, que están llevando a cabo su propia pesquisa.
El viernes, Oxfam reveló un plan para evitar casos similares e intentar responder a la polémica, que ha llevado a socios y personalidades que apoyaban a la ONG a abandonarla.
La organización, que durante el ejercicio 2016-2017 recibió cerca de 36 millones de euros del gobierno británico, ha aceptado no pedir más fondos públicos hasta que cumpla con la normativa de protección de personas, indicaron las autoridades.
En su informe sobre Haití, Oxfam concluía que había que poner en marcha “mejores mecanismos” para informar a las demás agencias de la organización del comportamiento problemático del personal.
Tras su salida, Van Hauwermeiren trabajó en Bangladés para la asociación francesa Acción Contra el Hambre, que acusa a la primera de no haberle advertido de su comportamiento en Haití.
Tras las primeras revelaciones de abusos, también en países como Sudán del Sur y Liberia, el director general de Oxfam en Reino Unido, Mark Goldring, aseguró que el escándalo era “desproporcionado”, pero el domingo admitió que la organización tendría que haber sido más transparente.
El caso también ha destapado comportamientos similares en otras oenegés, como la británica Save the Children, acusada de haber dejado partir sin sanciones a Brendan Cox -el marido de la diputada asesinada Jo Cox-, quien tuvo un comportamiento inapropiado con sus compañeras de trabajo.
Cox pidió disculpas este fin de semana y abandonó los cargos que ocupaba en dos asociaciones creadas en memoria de su mujer.
El director general de Oxfam GB y su par de Save the Children deben explicarse el martes ante una comisión parlamentaria británica.