La delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) garantizó a los activistas su derecho a la revisión del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) del fraccionamiento que se pretende construir en la subcuenca Cobos-Pargas-San Francisco, documento que al parecer no ha sido entregado en su totalidad.
En el primer número de la Gaceta Ecológica 2018 de la Semarnat se publicó el ingreso de dicho manifiesto con fecha 9 de enero de este año; sin embargo, a decir de los funcionarios de la delegación, es necesario que la constructora o el intermediario que presentó el manifiesto completen el expediente para que los interesados puedan revisarlo.
Este miércoles, los activistas se presentaron en la delegación y fueron atendidos por el subdelegado Luis Felipe Ruvalcaba Arellano, quien habría autorizado de cambios de uso de suelo para Plaza Outlet y para el mismo Bosque de Cobos cuando fue encargado de despacho de la delegación.
“Al parecer, aunque lo dijeron de forma genérica, ahora tienen que presentar una versión del documento en la que hay ciertos datos que están reservados por la ley de transparencia y protección de datos”, explicó en entrevista Agustín Bernal Inguanzo, miembro del Comité de Vigilancia Ambiental de la subcuenca Cobos-Pargas-San Francisco.
Independientemente del trámite que debe completar la constructora, la Semarnat se comprometió a garantizar el derecho de los activistas, primero a hacer la revisión del documento y posteriormente abrirlo a consulta pública.
“Nos decían que ya para la semana que viene podremos estar haciendo la consulta del documento en físico y la consulta donde todos podemos participar luego de que el documento esté a disposición de manera digital por internet”, agregó Agustín.
La intención de los ecologistas es tener un impacto en las autoridades porque, consideran, los promoventes de las obras tienen muy claro el sentido comercial de sus propuestas sin que el tema ecológico tenga alguna validez.
“No podemos seguir con criterios desarrollistas de corto plazo cuando estamos al borde de una catástrofe como el cambio climático. Es decir, no podemos darnos el lujo a estas alturas de perder un solo mezquite”, alertó Agustín Bernal.
En el caso del Bosque de Cobos, el espacio tiene continuidad biológica que lo validaría como una reserva de la biósfera y existencias evidencias científicas y documentales de ello.
“Eso es un elemento extraordinario que no se replica en ninguna otra parte del territorio de Aguascalientes, al menos, y que todo esto está perfectamente validado en documentación científica que describen sobre todo los elementos fósiles que se han llegado a descubrir”, comentó Miguel Vázquez Sánchez, uno de los activistas que ha trabajado por la preservación de este sitio.
Estas evidencias, dijo el activista, les dan herramientas para tener expectativas favorables en cuanto a la preservación del sitio porque es una riqueza natural que está sustentada con argumentos científicos probables.
“Sí hay sentimentalismo por el sitio, por supuesto. Por eso estamos ocupando distintas trincheras para salvaguardar el lugar; sin embargo, además del sentimentalismo existe información dura y técnica que poseemos y que esta nos hace referenciarla hacia documentación, reglamentación y leyes”, señaló.