En una de las zonas comerciales más importantes de Tijuana, desfilan monumentos en homenaje a personajes que forjaron la historia nacional, ¿habrán contribuido a formar la identidad del tijuanense promedio? Es debatible, hay que aceptarlo.
Es probable que la infraestructura más representativa de Tijuana, no sea ninguna de las anteriores, sino un inmueblecon forma de esfera, sobre el mismo Paseo de los Héroes, al cual conocemos como Centro Cultural Tijuana (Cecut).
Inaugurado el 20 de octubre de 1982, el Cecut es creación de los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Manuel Rosen Morrison.
Los habitantes de Tijuana se refieren a este lugar como “La Bola”, aunque su figura representa unas manos sosteniendo al sol.
Su color árido, es el de un desierto y este detalle no se dejó a la casualidad. Por sus características y su vigencia, los tijuanenses consideran al Cecut un símbolo de identidad.
El académico Néstor García Canclini reconoce esto en su libro: “Tijuana, la casa de toda la gente”, y el actual director del instituto cultural, Pedro Ochoa, acepta gustoso la distinción.
En los 34 años que cumple el Cecut sirviendo como espacio para la cultura y las artes, ha logrado posicionarse como un referente a nivel estatal y nacional.
No es Ochoa quien lo dice, sino Manuel Zavala, director de la Asociación Museos de México, un sitio web dedicado a la difusión del quehacer museístico en México.
Para Zavala, el papel del Cecut en Tijuana es trascendental porque “es un bastión de defensa de identidad cultural nacional”, pues funciona como un espacio que recoge lo mejor
de ambos lados de la frontera, sin permitir que en ese sincretismo, olvidemos quiénes somos.
El arte es un medio de expresión, y como tal, su deber es conectar de algún modo con la audiencia. El Cecut es un esfuerzo que lo hace posible, dice Zavala.
De hecho, es de los pocos centros culturales en México que ofrecen espacios para todas las bellas artes, además de exposiciones fotográficas y exhibiciones de cine. A esto, se suma que sigue siendo la única infraestructura del Gobierno Federal dedicada al arte y cultura, que existe fuera de la Ciudad de México. Esta es una de las características que le dan a Cecut un sentido único, dice Ochoa.
Hasta el 30 de septiembre, el Cecut registraba la asistencia de un millón 380 mil visitas en 2016, de los cuales, solo el 33% se atribuye a los eventos que requieren de un boleto pagado.
A lo largo de sus más de tres décadas, este centro ha servido como plataforma para exhibir a artistas de la región, pero también para exponer obras que de otro modo, no hubieran podido llegar al público fronterizo.
A la fecha, una de las exhibiciones que ha despertado el mayor interés, es “Frida: Sus Fotos”, una selección de 200 fotografías y autorretratos del archivo personal de Frida Kahlo.
Tijuana fue la primera ciudad mexicana en presentar esta exhibición después de la Casa Azul, antiguo hogar de esta célebre pintora mexicana que hoy es un reconocido museo. Al llamado, asistieron más de medio millón de habitantes de la región y turistas.
En general, la comunidad fronteriza suele responder de forma satisfactoria a las exposiciones de artistas como David Alfaro Siqueiros, Olga Costa, Remedios Varo y figuras representativas del arte mexicano.
Pero la verdadera lucha de los espacios culturales no está aquí. Sino en lograr que nuevas propuestas artísticas despierten el mismo o un interés similar.
¿Qué tan cerca, o lejos estamos? En la opinión de Pedro Ochoa, es verdad lo que se dice sobre Tijuana y su renacer a través del arte y la cultura.
En Tijuana dice haber encontrado una de las comunidades artísticas más activas de México, una de las “más propositivas, más originales”.
“Newsweek lo dijo en 2000. Tijuana está destinada a ser una de las mecas culturales del siglo XXI. Tiene condición geográfica, composición de su población, las culturas se asimilan. La migración ha mexicanizado a Estados Unidos y americanizado a México. Hay que aceptarlo, va en los dos sentidos. Tijuana es un laboratorio y eso le da originalidad”, dice Ochoa.
Y el movimiento del que habla no se limita a Tijuana. Baja California es el único estado en todo México, que cuenta con centros estatales de arte en cada uno de sus municipios.
En cuanto a espacios independientes, el dos veces director del Cecut, recomienda a La Caja Galería, de Arturo Rodríguez, que además de promover artistas locales, organiza talleres, diplomados y asume un compromiso que ninguna institución cultural de gobierno, por ley, puede hacer: impulsar la venta de obras para empujar la supervivencia del artista.
A diferencia del Cecut, que exhibe y difunde, La Caja forma públicos y vende arte. Entre los cursos que ofrecen, hay uno que educa sobre cómo leer las obras para apreciarlas mejor y fomentar el coleccionismo.
En esto coincide Manuel Zavala. Para él, la definición de audiencias que paguen, también es la ruta hacia una industria artístico-cultural sostenible.
“La Secretaría de Cultura, y las Secretarías de Cultura de los estados, están completamente rebasadas. Es mucho más amplia la generación de productos culturales que lo que el Estado puede empujar”, dice Zavala. En el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017, se habló de una reducción presupuestal del 30.7% a la Secretaría de Cultura. Cerca de 4 mil millones menos que lo asignado para el 2016. Sin embargo, el Cecut no sufrirá ningún recorte.
El recorte impactaría en ese caso, a las becas y estímulos para los artistas.
Y lo que sugiere Zavala, es buscar otras puertas. “Hay que fomentar una cultura de gestoría cultural. Que entiendan que deben primero definir su producto y ver qué sector de la sociedad es su nicho de mercado. Aprender a administrarse y generar dinero”.
En este aspecto, La Caja ha logrado su éxito.
Hace 11 años que se inauguró, pero el esfuerzo ha rendido frutos. De ser un espacio de 35 m², ya son 400 m² y próximamente están por abrir una residencia cuyo propósito será dar hospedaje a los artistas, así como un corredor cultural en la Avenida Ferrocarril, que por su cualidad multisensorial, será apto también para personas con capacidades diferentes.
Otro de los atractivos que ofrecen para sobrevivir, es el tour “Recorridos Urbanos”, que recorre el Paseo de los Héroes y Boulevard Agua Caliente, donde explican la historia detrás de ciertos murales, monumentos y edificios de Tijuana. Entre ellos, el Cecut, por su valor histórico, nuevamente, como ícono de la ciudad.