Una vez conocí a un comedor competitivo de Nueva Jersey a quien no le importaba ganar. Solo le interesaba la comida gratis. Si el público quería vitorearlo mientras engullía platones de pavo bañado con salsa, adelante. Casi siempre terminaba en el grupo intermedio, suficiente para seguir compitiendo aunque no para calificar como el Kobayashi del Estado de los Jardines. Esa golosa ambivalencia ante la competencia siempre me pareció increíble. Al menos hasta que supe del Pasta Pass de Olive Garden.
Una estrategia de mercadotecnia que ahora inicia su tercer año, el Pasta Pass es una tarjeta de edición limitada que cuesta 100 dólares y garantiza Tazones de Pasta Gratuitos Ilimitados y refrescos, durante siete semanas consecutivas. La verdad, no es tanto un buen negocio como un reto nefasto, pues te ofrece el síndrome de colon irritable que acompaña a las competencias de comida, pero nada de la gloria.
El Pasta Pass fue recibido con bombos y platillos. El sitio Web de Olive Garden mostraba un marcador con una tipografía que parecía manojos de pasta, el cual hacía una cuenta atrás hasta el inicio de la promoción, el lunes. Cuando liberaron los pases fueron, los 21,000 se vendieron en un segundo y esto dio lugar a un floreciente mercado negro de Pasta Passes entre los glotones desesperados por conseguir su dosis de carbohidratos. Una búsqueda rápida en eBay reveló numerosos pases, algunos cotizados hasta en 350 dólares.
Con los pases desatados en el mundo, vale la pena cuestionar: ¿cuáles son los límites máximos al consumo de pasta? O quizás una pregunta aún más interesante: ¿cuánta pasta puede comer un ser humano antes de morir?
Hablé con Candice Schreiber, dietista clínica en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, y le pregunté si sería buena idea comer un plato de pasta, por ejemplo, dos veces por día (como estándar). “No, definitivamente”, responde, con una carcajada. “Solo un plato aporta casi el triple de la grasa y la sal que debes consumir en un día”.
¿Qué pasaría si alguien consumiera, digamos, dos platos de pasta todos los días, durante una semana? “Es probable que no se sienta muy bien”, contesta Schreiber. “Tal vez se sienta muy aletargado… Es posible que no se sienta muy energizado, y quiera pasarse el día reposando y durmiendo”.
En otras palabras, un domingo de fútbol promedio. Entonces, fui por todo: ¿Cuánta pasta necesitas comer antes de enfrentar el juicio iracundo de tu Creador?
“No estoy segura de que haya una cantidad exacta, y el cuerpo de cada persona es diferente”, responde Schreiber.
Tiene sentido, pero no fue una respuesta muy satisfactoria, así que navegué la Internet en busca de rarezas médicas. Resulta que es posible comer hasta que te estalle el estómago. Son casos excepcionalmente raros. Pero un informe de NBC News encontró dos ellos. En 1991, el estómago de alguien sufrió una “ruptura espontánea” debido a “un exceso de comida y bebida”. En 2003, el estómago de un hombre de 49 años estalló después de “comer excesivamente”, según notificaron sus médicos. No obstante, ninguno de los informes mencionó elfettuccine Alfredo, así que seguí buscando.
El estómago humano tiene una capacidad aproximada de 1.5 litros; 3 litros a lo sumo. Si excedes los 5 litros, tu panza seguramente estallará como un globo de agua. Para poner esto en perspectiva, considera que 5 litros son alrededor de 5 kilos de pasta, y según algunos cálculos, eso basta para alimentar a 60 personas. Dwayne “The Rock” Johnson, un hombre muy grande, come alrededor de 4.5 kilos de alimento en todo un día.
Si bien no es técnicamente imposible, consumir esa cantidad de pasta de una sentada sería una hazaña sobrehumana, porque haría falta controlar el reflejo del vómito y superar la intensa náusea. Sería una muerte de héroe.
Todo esto es no es más que una reflexión grotesca, porque la mayoría de los clientes con un Pasta Pass muestran una moderación sorprendente. “Observamos que los tenedores de un Pasta Pass vinieron a nuestros restaurantes un promedio de 28 veces durante la promoción de siete semanas”, informa Jessica Dinon, una representante de Olive Garden. “En general, los clientes –y no solo las personas que tenían un Pasta Pass- ordenaron un promedio de menos de dos tazones”.
A excepción de un hombre. Aun cuando Dinon no respondió a mi pregunta de si algún cliente ha muerto en un restaurante Olive Garden a causa de una sobredosis de fideos, me dio el enlace de un reportaje sobre Alan Martin.
Sucede que Martin, un ministro de Burlington, Carolina del Norte, compró un Pasta Pass en 2014 y fue a comer en Olive Garden dos veces al día, como si fuera una obligación religiosa. Consumió 115 comidas con su pase, y no murió. De hecho, afirma que perdió casi 2 kilos.
“No puedo creer que coma así todos los días”, dijo a Fox8. “Esto es genial”.
El cuerpo humano es una cosa asombrosamente resiliente y asquerosa.
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