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Mujeres que se rapan desafían estereotipos

Publicado el 5 de octubre, 2016
Mujeres que se rapan desafían estereotipos

“Desde que me rasuré la cabeza,
florecí”, cuenta Alana Derksen, de 22 años, residente en Toronto y cuyo corte
rapado a menudo le trae comentarios de admiración por parte de sus más de 21
mil seguidores en Instagram. “Me ha dado la confianza que jamás tuve”.

Durante años Derksen había querido
rasurarse la cabeza y no lo hacía por temor a la reacción de su familia
“conservadora”. Una noche del verano se dejó llevar por el impulso, se cortó el
cabello y terminó el trabajo con un rastrillo.

Ahora está tan acostumbrada a su
cabeza rapada –que mantiene así con una rasuradora eléctrica– que tiene
pesadillas en las que su cabello crece de nuevo. Ya ni sus padres ya no tienen
reparo en su aspecto. Alana recuerda que “al principio creyeron que algo estaba
mal conmigo, ahora les encanta”.

Y cada vez más mujeres están tomando
las tijeras para expresar una idea: de estilo o por otra razón. “Recientemente
me he dado cuenta de esta tendencia en las calles”, cuenta Andrea Donoghue,
propietaria de Laurel, un estudio privado en East Village. “Creo que es una
influencia que viene de lo que ha estado pasando en la moda últimamente”.

Modelos como Ruth Bell, cuya carrera
despegó después de haberse rapado para una campaña de Alexander McQueen el año
pasado, han ayudado a popularizar el estilo. La alta costura siempre ha sabido
valorar una cabeza rasurada, pero esta vez incluso tiendas como Zara y Forever
21 le dieron la bienvenida a Bell.

Tamy Glauser, de 31 años, lleva diez
años rapada, agrega que “la gente comienza a pensar que, quizás, una cabeza
rapada en realidad es un estilo muy chic y elegante”. Glauser ha caminado por
la pasarela de Louis Vuitton durante los últimos cinco años. Considera que la
gran aceptación de Nicolás Ghesquière –diseñador de moda que hasta 2012 fue
director de Balenciaga– ha ayudado a cambiar la noción que la industria de la
moda tenía acerca de las mujeres de cabeza rapada.

“Muchas mujeres están muy apegadas a
su cabello”, comparte Mackenzie Jones, de 20 años, rapada desde los 15 años,
cuando una ruptura sentimental la inspiró para hacerlo. “Cuando estuve en una
mala relación, mi cabello era una máscara. Una vez que te deshaces de él, no
hay nada más que puedas cambiar. Te ves obligada a verte a la cara y lidiar con
eso. Es verdaderamente transformador”.

“Una chica con un corte rapado es
como Jaden Smith cuando usa falda”, dice Glauser refiriéndose al hijo de Will
Smith, quien ha desafiado las normas de género públicamente. Glauser dice que
la gente a menudo hace suposiciones acerca de la orientación sexual basada en
las apariencias, “pero las dos no tienen nada que ver entre sí”.

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