Cuando usted piensa en un virus, hay muchas probabilidades de que le vengan a la mente el ébola o la influenza. Pero no todos los virus son flagelos que causan enfermedades: la nueva evidencia sugiere que algunos incluso podrían ser benéficos.
En un estudio publicado este mes en la revista Nature, unos investigadores fueron capaces de fortalecer el sistema inmunológico de ratones y curar parcialmente intestinos dañados al exponerlos a un virus. Este y otro trabajo reciente sugieren que los virus son una parte importante de la microflora intestinal, la conglomeración de billones de microbios que viven en sus intestinos le ayudan a digerir la comida y a regular su sistema inmunológico.
“En verdad estamos emocionados con esto, porque es el primer ejemplo de un virus animal que se comporta como las bacterias amigables en los intestinos”, dice el autor del estudio Kenneth Cadwell, virólogo de la Universidad de Nueva York. En el estudio, los investigadores criaron ratones en un ambiente estéril en el que no fueron expuestos a las bacterias saludables que normalmente viven en los intestinos. Como resultado, estos ratones ajenos a los microbios desarrollaron intestinos anormales con una capa escasa de vellosidades, las proyecciones de tejido, similares a dedos, involucradas en la absorción de nutrientes en los animales saludables. También tenían sistemas inmunológicos debilitados, dice Cadwell.
Los científicos luego expusieron a los ratones al norovirus murino, el cual está relacionado con un patógeno humano que puede provocar diarrea y vómito. Sin embargo, en los ratones no tuvo tales efectos. De hecho, el virus parecía estimular el sistema inmunológico y reparar mucho del daño que el ambiente estéril de los ratones había hecho a los intestinos. En pocas palabras, este virus provocó que se asemejaran a ratones saludables, excepto que no tenían flora intestinal saludable.
“Esto muestra cómo un solo virus puede substituir los efectos benéficos que normalmente provee un grupo [enorme] de bacterias intestinales”, dice Stephanie Karst, una viróloga de la Universidad de Florida que no estuvo involucrada en el estudio. “Eso es muy extraordinario desde mi punto de vista”.
El descubrimiento presenta la posibilidad de que algún día se pudieran usar virus benéficos en formas similares a como ahora usamos los probióticos (que contienen bacterias comensales, o “benéficas”), dice Karst a Newsweek. O, más probablemente, podría llevar al desarrollo de farmacéuticos para estimular el sistema inmunológico de la misma forma que lo hacen los virus benéficos. Cadwell piensa que las mejoras vistas en los ratones son resultado de la respuesta inmune del cuerpo al virus, en oposición al virus en sí, y él y su equipo todavía tratan de entender cómo se desarrolla este proceso bioquímico. “Podríamos crear un medicamento que afecte lo que sucede justo después de la infección viral”, dice él.
Pero hasta ese día, “no quiero que nadie piense que debería infectarse a sí mismo con cualquier virus conocido hasta el momento”, dice él, riendo.