Un futuro prometedor para México con los valiosos materiales que sistemáticamente tiramos a la basura.
Las sociedades urbanas modernas hemos caído en manos del consumismo que nos lleva a estar siempre atentos a nuevos productos que nos prometen hacer la vida “más fácil”; paradójicamente, esos productos, que por su particular utilidad en su momento nos hicieron la vida más fácil, suelen ser desplazados en ciclos que pueden ir de seis meses en adelante, pero sin darles una vida útil mayor a tres años, y hemos desarrollado un lamentable hábito de “usar y tirar”, lo que provoca un grave problema focalizado y creciente.
Lo que conocemos como chatarra electrónica en esencia es un conjunto de valiosos materiales que tiramos de forma sistemática a la basura, y si bien para cualquiera de nosotros el intentar extraer algo de valor de nuestro viejo celular resultaría casi imposible e incosteable, no lo es así a escala industrial. Si todos estos aparatos electrónicos se colectan para después ser reciclados; este proceso es conocido como minería urbana.
La ciudad de México y su zona metropolitana sobresalen a nivel mundial porque cada año producen cientos de miles de toneladas de desechos electrónicos, gran parte de estos desechos acaban en tiraderos a cielo abierto y rellenos sanitarios causando enormes daños al medio ambiente y la sociedad.
Debido a esto, la Secretaría de Ciencia Tecnología e Innovación del Gobierno del Distrito Federal anunció, en el marco del foro “Alternativas Verdes”, inaugurado por el presidente Enrique Peña Nieto el pasado jueves 16 de octubre en el WTC de Xochitepec, Morelos, el lanzamiento de una iniciativa que pretende controlar y volver a procesar desechos electrónicos tales como tarjetas madre, discos duros, teclados, impresoras, pantallas planas, tabletas electrónicas, celulares, electrodomésticos y una variedad de componentes electrónicos automotrices e industriales que contienen metales altamente contaminantes, pero con gran potencial de ser recuperados mediante la minería urbana y procesos especializados de metalurgia extractiva, los cuales hacen posible separar de esta basura electrónica valiosos materiales como el cobre, plata, oro y platino; pero los más importantes, por su escasez, tienen el potencial contaminar si no se deponen apropiadamente y su alto valor para la industria electrónica y de generación de energía, las tierras raras, 17 elementos de la tabla periódica: escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio.
El Dr. Lorenzo Martínez Gómez, del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM, campus Morelos, encabeza la iniciativa “Proyecto de innovación tecnológica para establecer una planta de metalurgia extractiva rentable y sustentable de reciclado de chatarra electrónica del Distrito Federal y la zona metropolitana”. Esta planta, que tendrá una inversión inicial de 12 millones de pesos, tendrá capacidad para procesar hasta 10 toneladas al día de chatarra electrónica.
El Dr. Martínez Gómez, quien también encabeza otra iniciativa apoyada por el Conacyt que ha descubierto importantes yacimientos de tierras raras en el territorio nacional, señala que existe un espacio de oportunidad para transformar el problema de la chatarra electrónica en un importante insumo industrial que permita estimular la actividad económica regional.
El mercado mundial
El crecimiento mundial de las energías sostenibles, la informática y las telecomunicaciones han originado gran demanda de minerales de tierras raras, y desarrollado la creatividad de grupos de científicos para encontrarlas y obtenerlas.
China es el primer productor de minerales y aleaciones de tierras raras, posee el 95 por ciento de los yacimientos descubiertos hasta hoy; el cinco por ciento restante de la producción mundial la comparten Corea del Sur, Estados Unidos, Gran Bretaña, Dinamarca, Nueva Zelanda, Afganistán y algunos países africanos. Los yacimientos descubiertos en fechas recientes fuera de China resultan de mucho interés para las grandes empresas mineras del mundo.
Según la Secretaría de Economía, la demanda mundial de tierras raras para el 2016 ascenderá a 160 000 toneladas. México produce menos del uno por ciento de esa demanda.
Un aspecto fundamental de la economía y el manejo sustentable de la chatarra electrónica consiste en desarrollar y controlar el proceso de reciclado desde la minería urbana; es decir, desde la recolección; para separar y seleccionar la chatarra electrónica de manera que facilite su posterior procesamiento y extracción de diversos tipos de metales, mediante metalurgia extractiva. Estos procesos serán realizados en la planta que se proyecta construir en el municipio de Yecapixtla, Morelos, donde se producirán metales o aleaciones listos para ser utilizados de nueva cuenta en los ciclos de proceso de las industrias electrónica, metalmecánica y manufactura.
Resulta interesante que esta iniciativa comienza con la recolección, que puede ser realizada por personal poco especializado hasta llegar a la alta especialización del proceso de metalurgia extractiva, generando así un nuevo ciclo económico donde la materia prima son aparatos que simplemente se tiran a la basura al terminar su vida útil, y que en el mejor de los casos se venden a países que ya poseen la tecnología para extraer de esta “basura”, que compran por pocos cientos de dólares la tonelada, miles de dólares de utilidad y cientos de millones al año.
Hoy en día México recicla muy poco de los cientos de miles de toneladas de chatarra electrónica que produce año con año; obtiene de esta los productos que tienen menos valor en el mercado internacional. De forma que casi regalamos nuestra “materia prima” a países que no solo obtienen grandes utilidades por reciclarla, sino que nos la regresan en forma de nuevos dispositivos electrónicos que volvemos a comprar por cientos o miles de dólares todos los días, repitiéndose el ciclo donde por años hemos colaborado con fidelidad.
La minería urbana y metalurgia extractiva en México pueden ser una nueva actividad que genere gran desarrollo económico no solo en la ciudad de México, zona metropolitana y el estado de Morelos, sino en regiones tan grandes como el Bajío y el norte del país. La materia prima ya la tenemos, se estima que en 2015 produciremos 300 000 toneladas de chatarra electrónica, solo falta procesarla, venderla al extranjero y en un futuro, ¿por qué no?, reutilizarla aquí mismo, fabricando nuevos componentes y aparatos electrónicos, así como generadores de energía para uso local y de exportación.
Ramón Zavala es analista político y consultor en ciencia y tecnología. @zavalaramon