Casi un cuarto de siglo de poder como la máxima figura del corporativismo gremial fue desplazado cuando Elba Esther Gordillo pisó la cárcel y se nombró, casi de inmediato, un nuevo dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en México
Con la mano alzada y bajo una lluvia de flashes, dos palabras bastaron para terminar toda una era en el corporativismo sindical mexicano. “Sí, protesto”, dijo el profesor Juan Díaz de la Torre ante dirigentes magisteriales de todo el país y, con esa sencilla frase, desplazaba del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación la figura de Elba Esther Gordillo, “La Maestra”, recluida en ese momento en una cárcel a 553 kilómetros de distancia del sitio donde tenía planeado encabezar, como lo hizo durante 24 años ininterrumpidos, una sesión del Consejo Nacional del SNTE, el gremio más numeroso de México.
La asunción de Díaz de la Torre como presidente del Consejo General Sindical del SNTE no estaba en los planes de ningún profesor, incluyendo los del nuevo dirigente, quien 24 horas antes alistaba en la occidental ciudad de Guadalajara —en su calidad de secretario general del organismo— la reunión extraordinaria donde el gremio analizaría y aprobaría las acciones a seguir en contra de la reforma educativa nacional que el gobierno de Enrique Peña Nieto recién había promulgado.
Pero Elba Esther Gordillo, la dirigente vitalicia que había moldeado un sindicato con la fuerza suficiente para sentar a negociar con ellos a tres presidentes de México, nunca llegó a la cita con sus compañeros.
Una tarde antes de que comenzara la reunión del sindicato, agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) —la fiscalía federal mexicana— la detuvieron cuando llegó en avión privado al aeropuerto de Toluca, muy cerca de la capital del país. La acusación inicial contra Gordillo Morales fue por el desvío de 2600 millones de pesos del sindicato, cantidad que fue utilizada, dicen las autoridades, en provecho personal. “Los recursos de los sindicatos son de sus agremiados, no de sus dirigentes”, dijo el presidente Enrique Peña Nieto en un mensaje televisivo transmitido en cadena nacional luego de que Gordillo fue recluida en el centro penitenciario femenil de Santa Martha Acatitla, una población vecina de la ciudad de México, ante el estupor de los profesores sindicalizados y el asombro de la opinión pública. Para dar cuenta del revuelo que causó el arresto, el periodista Arturo Loria contabilizó —en el sitio Homozapping—, más de un millón de menciones sobre la líder sindical en Twitter tras la detención. La dirigente sindical, considerada hasta entonces intocable, estaba en un sitio donde nadie imaginaba que llegaría.
El inicio sindicalista
Elba Esther Gordillo nació en 1945 en Comitán, Chiapas, uno de los estados más pobres de México. Su vida, según explicó hace años en entrevistas, fue difícil al ser su madre soltera. Huyendo de la pobreza y el machismo, una muy joven Gordillo se fue con su madre a vivir a Ciudad Nezahualcóyotl, cerca de la capital mexicana, donde desempeñó varios trabajos informales hasta lograr una plaza dentro del sindicato magisterial.
La semblanza que el sindicato tiene en su sitio de internet no aporta detalles sobre el inicio de la vida gremial de Gordillo Morales. Lo cierto es que a la par de su ingreso al sindicato, algo que ocurrió en 1960, la “Maestra” también comenzó su carrera política al afiliarse al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Gordillo Morales se integró desde un principio, aunque desde la base, al equipo del entonces poderoso sindicalista Carlos Jonguitud Barrios, quien por medio de una corriente de profesores bautizada como Vanguardia Revolucionaria fue copando espacios dentro del sindicato hasta lograr que el profesor se convirtiera en dirigente nacional de los maestros.
Para entonces Elba Esther Gordillo ya había escalado posiciones dentro del sindicato, pero no destacaba aún. De acuerdo con lo que la profesora señaló en su tiempo, comenzó a portarse de manera firme y hasta contestataria en las reuniones nacionales del organismo para llamar la atención de su dirigente máximo. “Tráiganme a esa flaca”, dijo entonces Carlos Jonguitud al notar el carácter fuerte de la chiapaneca, según narró el propio dirigente a la revista Proceso en 1987, y desde entonces Gordillo Morales se colocó en la esfera nacional del sindicato, donde ocupó diferentes secretarías. “Yo la hice”, presumía después un Jonguitud retirado de la vida pública por el presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, quien negó su apoyo al dirigente al vivirse un grave y violento conflicto por la disputa del poder dentro del sindicato. Elba Esther Gordillo, con el apoyo del gobierno de Salinas, se convirtió en la dirigente nacional en 1989 y, desde entonces, nadie le disputó su puesto. “La Maestra” tomó el control para no soltarlo.
Fuerza y control
La fuerza que Elba Esther Gordillo acumuló durante años se basó en lograr mejoras salariales y en prestaciones para los profesores agrupados en el SNTE. Los bajos sueldos de la década de 1980 se fueron revaluando con el paso del tiempo gracias a que Gordillo Morales supo poner al servicio del gobierno federal el aparato sindical a su mando. Las ventajas para los maestros crecieron y, para compensar, el sindicato se convirtió en un apoyo incondicional del PRI y sus campañas. La fórmula era buena para ambas partes, pero el control del gremio sobre la estructura educativa del país fue creciendo a la par y, con el paso del tiempo, el SNTE se convirtió en el verdadero poder en materia de política educativa.
David Calderón, dirigente de Mexicanos Primero, organización privada que busca cambios de fondo en el sistema educativo nacional, ha señalado que el SNTE fue ocupando espacios que correspondían a la autoridad, y que el sindicato no ha querido transformarse en aras de mejorar la educación. El SNTE, por su parte, ha descalificado todas las iniciativas de Mexicanos Primero argumentando que esta organización busca privatizar la educación en el país.
Pero si el sindicato magisterial fue cobrando fuerza, su dirigente nacional lo hacía en mayores proporciones. Además de influir de manera poderosa en la política educativa nacional, siempre a favor de su gremio, Elba Esther Gordillo comenzó a disputar el poder dentro del PRI, su partido.
Diputada federal y con cargos directivos acumulados dentro de ese instituto político, “La Maestra” contendió en 2002 contra Roberto Madrazo por la presidencia nacional del tricolor. Gordillo perdió la campaña, pero logró colocarse como secretaria general del CEN del PRI para el periodo 2002-2005. Desde allí la profesora fue armando un grupo de militantes afines a su sindicato, algo que generó división dentro del partido.
Además, en un movimiento osado, Gordillo Morales fue pieza clave en la formación del Partido Nueva Alianza, cuyos miembros y dirigentes eran profesores sindicalizados. Nueva Alianza, conocido como Panal, nació en 2005 como una alternativa electoral de corte progresista, aunque siempre cercano al PRI, con quien ha formado muchas alianzas electorales.
El movimiento aliancista provocó molestia en el interior del PRI, pues con ello perdían un apoyo muy importante, algo que a la postre derivó en una confrontación pública entre Roberto Madrazo, presidente del partido, y Emilio Chuayffet, entonces vicecoordinador de los diputados federales priístas y hoy Secretario de Educación. Debido a la pugna, Gordillo renunció al PRI en 2005 y, a partir de entonces, combinó su tarea como dirigente gremial y como poder fáctico en el Panal.
El declive
Poderosa, temida o respetada, según diferentes sectores de la sociedad, Elba Esther Gordillo fue tejiendo a lo largo de casi 25 años una trama político-sindical que la proyectó como una de las personas más influyentes de México. Con ella tuvieron que negociar los presidente Ernesto Zedillo (PRI) y los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, estos últimos debido al apoyo electoral que recibieron de Nueva Alianza para llegar al poder. Con ella se consultaban no sólo los nombres de los secretarios federales de Educación, sino que también los de otros cargos importantes en el gobierno.
El paso de los años al frente del sindicato, y las constantes negativas del SNTE de participar en proyectos de cambio al sector educativo comenzaron a mermar la imagen de Gordillo ante la opinión pública. Un factor que ha pesado mucho sobre el gremio es el alto número de profesores comisionados, es decir, de maestros que cobran como si estuvieran en las aulas, pero trabajan de tiempo completo para el sindicato. Además, grupos disidentes en los estados de Guerrero, Oaxaca y Michoacán afectaron la imagen de los profesores con sus constantes paros, marchas y negativas a ser evaluados como parte de un proceso de mejora magisterial.
Los profesores de estos tres estados, además, habían pedido de manera constante la renuncia de Elba Esther Gordillo.
Otro factor de desgaste de la profesora fue su notorio y caro tren de vida. De manera constante la dirigente aparecía retratada en periódicos luciendo vestidos y accesorios de lujo, o se sabía de sus grandes residencias en condominios exclusivos de la ciudad de México, o de California, en Estados Unidos, donde se trataba regularmente de viejos padecimientos que fueron afectando su salud, y de cirugías estéticas para disimular el paso de los años.
Sumado a ello, un documental titulado De Panzazo (aludiendo al término de aprobar materias con apenas lo mínimo suficiente) se proyectó a escala nacional y luego en la cadena Televisa, empresa productora de la cinta. El documental, dirigido por Carlos Rulfo y presentado por el popular periodista Carlos Loret de Mola, muestra cómo el nivel educativo en México es muy bajo en comparación con otros países, y cómo la burocracia sindical no se preocupa por lograr cambios o mejoras.
En una parte de esa película Elba Esther Gordillo aparece siendo entrevistada por un incisivo Loret de Mola; ante las preguntas incómodas, como cuando se le pide explicar cuántos comisionados existen en el sindicato, o incluso cuántos profesores existen en el país, la dirigente se anduvo por las ramas y terminó criticando lo que consideró manipulación de la cinta. Días después del estreno del documental Gordillo reconoció al diario español El País que la cinta “me dolió (…) Si eso querían, lo lograron. Solo una cosa no van a lograr: destruir al SNTE y hacer de la educación pública un negocio de otros”.
Con Enrique Peña Nieto la relación parecía buena cuando el priísta era gobernador del Estado de México, pero no cuando se convirtió en candidato presidencial. Por eso, al nombrarse el gabinete del actual presidente mexicano, de inmediato llamó la atención el nombre del titular de Educación: Emilio Chuayffet Chemor, uno de los hombres con quien Gordillo Morales más se enfrentó cuando militaba en el PRI.
Antes del proceso federal para elegir presidente en 2012, el entonces dirigente nacional del PRI Humberto Moreira (exgobernador de Coahuila y hombre cercano a Elba Esther Gordillo), negoció y logró una coalición entre el tricolor y Nueva Alianza para recobrar la presidencia de México de manos del PAN. El pacto, sin embargo, fue deshecho a los pocos días e, incluso, el presidente del tricolor tuvo que dejar su cargo para defenderse de acusaciones de endeudamiento excesivo de la administración que encabezó en Coahuila. Las versiones de la ruptura del pacto señalaron que no hubo consenso en torno al número de diputaciones y senadurías que tocarían a cada partido, pues en el PRI sentían que Nueva alianza pedía más de lo que su partido, y su sindicato, aportaban.
Para los analistas políticos quedaba claro que la relación entre Elba Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto era más que distante al momento de la campaña, y cuando el priísta ganó la presidencia con un amplio número de votos, no hubo contacto entre la dirigente magisterial y el mandatario electo. Incluso, durante un acto sindical previo a la toma de posesión del mandatario, Elba Esther Gordillo habló fuerte y dijo que no estaba buscando cargos en el gobierno federal. “No busco puestos, que nadie se preocupe. Nunca he pensado en ser secretaria de Educación ni sirvienta de nadie, salvo del SNTE”, dijo en un acto cuyas palabras llegaron a los titulares de todos los medios de comunicación en México.
Más adelante, en ese mismo evento, Gordillo Morales aludió a Peña Nieto al señalar que “nosotros vamos a construir nuestras opciones educativas, pero le pedimos que nos presente su propuesta educativa para hacer la nuestra, no vamos a presentar la nuestra para que no sigan discusiones estériles, esperamos la de él (Peña Nieto), la analizaremos, platicaremos y dialogaremos con respeto, con espíritu solidario, con ánimo de contribuir a un buen gobierno”.
En la toma de posesión del presidente mexicano, en diciembre de 2012, la dirigente estuvo presente, pero no ocupó un lugar preferencial entre los invitados. Peña Nieto anunció ese día que haría una reforma de largo alcance para mejorar el nivel educativo, algo a lo que Gordillo Morales se negó comentar ante reporteros que la abordaron en Palacio Nacional. La ruptura estaba sellada.
Apenas tres meses después de que el PRI regresó al poder, Elba Esther Gordillo estaba en la cárcel. Las autoridades la detuvieron el 26 de febrero de 2013 y ese mismo día dieron a conocer una entramada triangulación de recursos del sindicato que terminaron en manos de incondicionales de la dirigente magisterial, quienes a su vez cubrían todos los gastos de Elba Esther Gordillo en México y en el extranjero. Gastos en aviones, en hospitales y el pago de gastos millonarios en una tarjeta de crédito de la prestigiada tienda estadounidense Neiman Marcus fueron dados a conocer. La cifra del presunto desvío de 2600 millones de pesos corresponde a dos de las más de 80 cuentas bancarias del sindicato.
Las autoridades fiscales y judiciales dijeron que indagan en las finanzas del SNTE para ver si existen más gastos triangulados.
La profesora, la mujer que lucía prendas de marca en todos sus actos públicos, apareció tras una reja dentro del reclusorio femenil para escuchar las acusaciones en su contra. Sus palabras fueron cortas y escasas. Se reservó el derecho a declarar.
La reacción de los profesores sindicalizados ante la detención quedó en suspenso. El mismo día en que fue detenida, el Secretario de Gobernación (Interior) mexicano, Miguel Osorio, sostuvo reuniones con gobernadores de gran parte del país para explicar los pormenores del caso y pedir su apoyo en la contención de posibles protestas. Osorio Chong también se reunió a puerta cerrada con la hija de Elba Esther Gordillo, senadora y dirigente nacional de Nueva Alianza, quien se ha abstenido de declarar sobre el caso.
Se sabe que el titular de Gobernación también sostuvo muchas conversaciones telefónicas con Juan Díaz de la Torre, el secretario general del sindicato y hoy nuevo dirigente nacional del mismo. La suerte de Elba Esther parecía estar echada.
Apenas un día después de la detención de la Maestra, Juan Díaz de la Torre levantaba el brazo derecho y protestaba como sucesor de Gordillo. “Sí, protesto”…