En su reciente visita a México, el canciller Ricardo Patiño concedió una entrevista a Newsweek en Español, en la que precisa algunos aspectos de las políticas exteriores de Ecuador y asegura que el gobierno ha podido abatir el rezago en infraestructura carretera, hospitalaria, escolar y de salud, mejorar sustantivamente el ingreso de la población y promover la inversión productiva, la diversificación del mercado y el financiamiento externo.
También habla de los pormenores del caso Julian Assange —que marcó un hito en la política exterior ecuatoriana, la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión—, así como del fallo recientemente emitido por el Ciadi, que fue rechazado por el Ecuador; la integración latinoamericana donde han jugado un papel fundamental los distintos organismos como el Alba, Unasur y Mercosur; la gestión de la crisis económica mundial, y el cambio de poder en México.
El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) condenó a Ecuador a pagar 1770 millones de dólares más intereses por cancelar, en 2006, sin compensación, el contrato de explotación del bloque petrolero 15 con Oxy, ante lo cual el gobierno ha dicho tener argumentos para pedir que se revoque la condena. ¿El país espera un impacto negativo de la inversión extranjera si deciden no acatar el fallo del Ciadi?
No. En primer lugar, nosotros hemos planteado la nulidad de ese fallo porque es absoluta-mente antijurídico y viola la propia normativa del Ciadi, la ley ecuatoriana y el contrato; la empresa Oxy violó la ley y el contrato en el que se establece que los temas de caducidad no pueden llevarse al Ciadi, y el Ciadi, sin embargo, se declaró competente. Por otro lado, la inversión extranjera sí es muy importante, pero como un complemento de la inversión nacional; nosotros invitamos a la inversión extrajera a que vaya al Ecuador en una actitud responsable con los trabajadores, con el Estado, con la naturaleza y con la sociedad, de tal manera que la inversión extranjera vea las normas claras.
La inversión extranjera no va donde usted le da las mejores condiciones si usted tiene un pueblo muerto de hambre, va donde hay condiciones adecuadas y donde hay mercado, donde sabe que las condiciones son sostenibles en el tiempo. Ecuador está haciendo eso, se ha creado una ley, se ha dictado un código de la producción que implica normas claras para la inversión extranjera con respeto e incentivos, pero tenemos por supuesto todo el derecho, como todos los países lo hacen, de defender nuestra institucionalidad, nuestras normas y los intereses del pueblo ecuatoriano porque nosotros tenemos soberanía sobre nuestras decisiones.
¿Cuán importante es la inversión extranjera para el Ecuador?
Desde el punto de vista cuantitativo, la inversión extranjera no es muy alta. En estos últimos seis años de gobierno hemos crecido de manera muy considerable con una inversión extranjera baja, y no solamente hemos crecido mucho, sino que hemos logrado un alto nivel de desarrollo en los indicadores sociales. Sin embargo, nosotros le damos una gran importancia a esa inversión, pero no tanto para que vaya a sustituir a la industria nacional, sino por la contribución que puede dar al desarrollo de la ciencia y tecnología por-que nos interesa la transferencia tecnológica, la que va a generar un valor agregado, la que va a dinamizar la economía ecuatoriana.
En los últimos años el Ecuador ha logrado un notable crecimiento económico que se tradujo en el 2011 en un 6.5 por ciento, ampliamente superior al 4.5, que el Fondo Monetario Internacional estimó para América Latina y el Caribe, ¿qué elementos se conjugaron para que esto se hiciera posible?
Han sido muchos elementos, pero en resumidas cuentas podemos hablar de que nosotros sabíamos que con la manifestación clara del presidente Rafael Correa cuando era candidato, íbamos a desarrollar una revolución ciudadana en nuestro país, un gobierno de izquierda claramente revolucionario; era posible que se asustaran algunos de los capitales y que no tomaran rápidamente sus decisiones de inversión, por lo que era muy importante inicialmente generar una inversión pública directa, la cual fue sostenida, y sigue siéndolo.
Dimos indicaciones claras de hacia dónde íbamos, del respeto que tiene nuestro país y gobierno por la inversión nacional y extranjera y por la privada; sin embargo, había que tomar otras decisiones muy importantes, como quitarle al Ecuador una camisa de fuerza institucional que tenía respecto al manejo de los recursos y que lo estaban estancando, la deuda externa que absorbió una parte muy importante de nuestro presupuesto general del Estado. Con ello logramos una renegociación extraordinaria en las mejores condiciones fiscales que tenía el gobierno nacional e hicimos una auditoría integral, oficial —la primera auditoría en el mundo hacia un gobierno a su deuda externa—, le compramos una parte fundamental, y ahora el nivel, el peso que tiene el servicio de la deuda en el presupuesto del Estado y en el PIB, es bajísima, eso nos liberó recursos.
Luego, una renegociación de los contratos petroleros; antes de nuestro gobierno había contratos de participación, lo que era una vergüenza porque el petróleo no se participa, no se reparte con otras empresas, uno puede contratar para que alguien le ayude a sacarlo y le pague por eso, y le pague una remuneración al capital, pero no más. Renegociamos los contratos petroleros, antes 85 de cada 100 barriles que se sacaban iban a las empresas transnacionales, ahora 30 van a las empresas transnacionales y el 70 se queda en el Estado.
Tercero, cobramos los impuestos, y eso ha dinamizado la economía porque ahora el Estado tiene recursos para la inversión pública, y también para el desarrollo social.
Cuarto, modificamos el manejo financiero. Esto ha sido fundamental, nosotros teníamos entre 5000 y 6000 millones de dólares de los fondos de pensiones de los recursos del sector público financiando a Miami y a Europa, o sea, depositábamos a los extranjeros; ahora los hemos repatriado y esos fondos de la seguridad social que antes por ley tenían que estar fuera de nuestro país ahora están en el Ecuador financiando proyectos productivos, de infraestructura, petroleros.
Hemos entonces dinamizado la economía y se ha provocado un efecto de motivación de la inversión privada; a eso súmale un mejoramiento de los indicadores sociales que ha dado lugar a un crecimiento de mercado interno muy considerable. Todos estos elementos han permitido poder tener un importante crecimiento de la economía, pero no un crecimiento de la economía aunado al empobrecimiento, sino uno que va al mismo tiempo con mejoramiento del empleo, con mejoramiento de la inclusión social, con el mejoramiento de los salarios reales, etcétera.
Según la prensa internacional, durante el período presidencial de Rafael Correa ha habido mucha confrontación del gobierno con los medios de comunicación, ¿a qué se debe?
Bueno, la prensa confronta a nuestro gobierno; nosotros respondemos.
A escasos meses de las próxima elecciones presidenciales, el actual mandatario del Ecuador espera un proceso electoral muy convulsionado para su reelección; ¿qué factores considera usted que intervienen para que las elecciones se desarrollen en un ambiente de tales características?
Todo proceso de transformación tiene obligadamente una respuesta por parte de los grupos de poder que han visto afectados sus intereses; usted no puede esperar que los tenedores de la deuda externa, de los cuales muchos eran de nacionalidad extranjera, están en Europa, Estados Unidos, no estén tremendamente molestos con nuestro gobierno porque les quitamos una forma de enriquecimiento ilícito a costa del empobrecimiento de la sociedad ecuatoriana, que durante mucho tiempo no tuvo oportunidad de ver su riqueza en su país.
Esto por supuesto a algunas personas sí les molesta, por ejemplo a aquellos empresarios que estaban acostumbrados a no pagar impuestos, y no solamente los evadían e incumplían descaradamente, sino que los eludían, encontraban un resquicio legal para no pagar, y con este gobierno pagan. Hemos más que duplicado el cobro de los impuestos y aumentado la presión fiscal en 1 por ciento anual. Antes se consideraba que el ejemplo extraordinario era Guatemala, que había aumentado el 0.25 por ciento anual, nosotros hemos aumentado la presión fiscal en 1 por ciento sin aumentar la tasa impositiva, disminuyéndola, pero aumentando los procedimientos de control adecuado para que los empresarios que antes no querían pagar paguen, y mejorando además la estructura de los ingresos tributarios, que cada vez iba siendo más grande la parte del IVA del total de los impuestos, ahora es más importante, ha ido aumentado mucho la parte del impuesto a la renta, que es un impuesto más progresivo.
Con todo esto le digo que sí hay sectores de la sociedad, élites del poder que buscarán desprestigiar al presidente, a los ministros, al gobierno, quieren volver al pasado del feriado bancario, al pasado en el que todos los ministros de Economía eran banqueros y manejaban al Ecuador con los intereses de los banqueros diciendo que eran los intereses del pueblo ecuatoriano.
¿Ecuador necesita la reelección del presidente Rafael Correa?
El Ecuador ha manifestado, a través de las encuestas que hemos podido ver en los últimos tiempos, una aprobación inédita de la gestión del presidente Correa. Yo no podría decir que el Ecuador necesita la reelección del presidente Correa, pero sí creo que le haría muy bien su reelección para consolidar un camino de transformación que lo haga irreversible. En la intuición popular esto se nota cuando se le pregunta a la gente por quién votaría en las elecciones. Según la fotografía del momento, a partir de la cual no nos confiamos para quedarnos tranquilos, sino que seguimos trabajando, la población ecuatoriana, en más del 50 por ciento, considera que el próximo presidente debe ser él; el otro candidato tiene 18 por ciento de aceptación.
Yo le diría que es absolutamente importante su reelección para consolidar el camino de la transformación histórica que el Ecuador está viviendo en todos los ámbitos; la revolución ecuatoriana debe de seguir, esto sin que le diga que todo lo hemos hecho perfectamente bien y rápido, no, hay cosas en que todavía tenemos deudas con el pueblo ecuatoriano, la revolución agraria todavía no la hemos completado, a la revolución productiva todavía le falta en los temas ambientales… nos falta mucho, pero justamente para consolidar en esos ámbitos en los que actualmente hemos avanzado sería muy conveniente para el Ecuador que Rafael Correa esté un período adicional, pero la decisión es del pueblo ecuatoriano el 17 de febrero.
¿A nivel regional qué ha supuesto la integración latinoamericana en términos económicos, sociales y políticos?
En términos políticos ha sido fundamental, el sentirnos juntos es bastante, el sabernos acompañados; por ejemplo, cuando el Ecuador tomó la decisión de darle el asilo a Julian Assange y recibió una lamentable amenaza diplomática, el que el Alba, Unasur y la OEA hayan respondido de manera frontal y categórica en defensa de la decisión de un gobierno de esa naturaleza hizo toda la diferencia, algo que tiempo atrás era impensable. Cada país se sentía solo en la toma de sus decisiones y en ese sentirse solo participaba en la economía mundial tratando de ofrecerse de la mejor manera como en el caso de los capitales, y eso no está bien, el capital es muy importante en la vida de nuestros pueblos, pero no puede estar por encima de los seres humanos, no puede estar por encima de los intereses de los Estados.
Hace unos días, en la reunión de Unasur se habló de una propuesta de nuestro secretario general de hacer un estudio de las potencialidades de los recursos naturales de nuestros países para poderlos aprovechar racional e integralmente, esta línea de acción de Unasur es fundamental. ¿Qué pasaba antes? Yo tengo recursos mineros y en el país vecino también, pero como yo quiero que la inversión extranjera venga a mí porque no tengo capacidad para explotar las minas, entonces ofrezco regalías del 2 por ciento mientras que el otro está pidiendo el 3 por ciento. Eso hace mucho daño porque todos por ofrecer “mejores” condiciones, finalmente los intereses del capital se imponen a los intereses de nuestros pueblos, pero si nosotros por ejemplo definiéramos una política común para la explotación de recursos naturales y estableciéramos en común que el mínimo que vamos a requerir de regalías para las minas de tal tipo y en tales condiciones es del 5 por ciento, del 10 por ciento, sería distinto porque nosotros ya ponemos las condiciones y no el capital. Ahora estamos planteando la posibilidad de hacer un salario mínimo sudamericano para que no tengamos tampoco que estarnos vendiendo con mejores condiciones laborales.
En lo que tiene que ver con el desarrollo energético es fundamental porque el Ecuador tiene superávits en recursos energéticos, en recursos de agua, etcétera, pero hay países que tienen déficits. ¿Cómo lograr que todos los países sepan que siendo latinoamericanos nunca les va a faltar energía? Para eso estamos trabajando en planes de convergencia en términos económicos, de desarrollo, de la integración energética en nuestro país.
La integración vial, envidiamos sanamente a la Unión Europea por su vialidad común, qué maravilloso sería que en América Latina tengamos una red ferroviaria no solamente para lograr y generar un turismo interno que puede ser tremendamente importante, sino también para el transporte de carga en nuestros países, la posibilidad de tener rutas alternativas al Canal de Panamá, rutas digamos multimodales entre nuestros países.
Es muchísimo lo que podemos lograr con una integración, y ya lo estamos logrando en algunos temas; en países caribeños muy pequeños, que en muchas ocasiones tienen tremendas dificultades para negociar acuerdos comerciales, porque un país que tiene 100 000, 200 000 habitantes, ¿qué fuerza tiene?, una muy limitada, se busca establecer negociaciones internacionales en forma conjunta.
Han pasado ya casi tres meses desde que el gobierno del Ecuador le concediera asilo político al fundador y portavoz del sitio web WikiLeaks, ¿en ese tiempo cómo se ha desarrollado la historia?
La última conversación que tuve personalmente con el señor William Hage fue en septiembre, en Naciones Unidas, después de eso llegó ya finalmente el embajador británico al Ecuador, cuando presentó sus cartas credenciales, y le planteé la posibilidad de volver a reunirnos con el secretario del Exterior del Reino Unido y estamos esperando la respuesta.
Nosotros confiamos en que se respeten las convenciones internacionales, en que el derecho internacional humanitario, las declaraciones que hemos hecho a la declaración universal de los derechos humanos, se respeten.
El gobierno británico cuando se elaboró, cuando se discutía el texto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 14 insistió en que el texto no debía decir como los países latinoamericanos decían: todo ser humano tiene derecho a solicitar y recibir asilo político; ellos dijeron no, debe tener derecho a solicitar y disfrutar el asilo político, por lo cual queremos que haya congruencia de parte de los amigos del gobierno británico y permitan disfrutar a Julian Assange del asilo político como un derecho humanitario y fundamental de la vida.
¿Cuál es su estado de salud? Se teme que con el tiempo se vea afectado…
Esperemos que se mantenga bien, por lo pronto nosotros protegemos su salud; habíamos tenido un ofrecimiento de Australia, que después ha quedado bastante en el camino, para decirlo diplomáticamente, pero nosotros cuidamos su salud, tenemos la obligación de hacerlo, y lo hacemos con mucho gusto.
¿Con la llegada del nuevo gobierno mexicano, lo cual supone el regreso del Partido Revolucionario Institucional, cómo visualiza Ecuador su relación con México durante los próximos seis años?
México tiene una tradicional política internacional muy progresista, y nosotros esperamos que esa política internacional se pueda consolidar especialmente en el ámbito que tiene que ver con la integración latinoamericana. Creo que México puede cumplir un rol muy importante por el peso específico que tiene la economía y la política mexicana en el mundo, como sucedió con el anterior gobierno. Las diferencias políticas entre nuestros gobiernos no han dado lugar a que se resquebraje la unidad que se ha ido construyendo en América Latina y el Caribe, y estoy seguro de que México, ahora con el nuevo gobierno, también contribuirá a ese objetivo, deseo y sueño latinoamericano, ojalá.
El Banco del Sur, lo que nosotros denominamos en el Ecuador la nueva arquitectura financiera regional, es una respuesta tan importante a la existencia del Banco Mundial, a las exigencias, condicionalidades que el BM nos hacía. Aproximadamente en abril del 2013 se dará la apertura del Banco del Sur, que desde el punto de vista de la potencialidad de la integración sudamericana tendrá muchísima importancia; y digo sudamericana porque somos solamente siete países los que formamos parte del Banco del Sur, pero las puertas están abiertas para que también los otros países de América Latina entren.
Los proyectos de integración sudamericana, especialmente el energético, el vial, el de medicamentos genéricos, el desarrollo social, podrían potenciarse con el financiamiento del Banco del Sur; nuestras reservas, nuestros recursos que antes financiaban al norte, ahora se quedarían financiando a nuestra región, y México, como un país con un gran potencial económico, podría contribuir de manera muy considerable.
¿En América Latina podemos hablar de la conformación de un eje de izquierda?
No creo que sea bueno plantear las cosas en esos términos. Lo que habría que decir es que lo que tenemos en América Latina, en la mayor parte de los países, es que estamos buscando, construyendo, nuevas sociedades. Los cambios son profundos en América Latina, ese nuevo rol del Estado, la importancia de la participación de la sociedad civil, la unidad integracionista en nuestros países, hay muchísimas más coincidencias, finalmente la política interna cada país la maneja soberanamente, cada pueblo elige a su gobernante, pero cuando nos encontramos en América Latina nos encontramos todos juntos, y ese encuentro en el último lustro especialmente ha permitido ver a esos gobiernos latinoamericanos mucho más maduros.
¿Cuál es la posición de Ecuador en torno a la gestión de la crisis global?
La crisis económica internacional tiene explicaciones estructurales que tienen que ver con la dinámica del funcionamiento de la sociedad capitalista en el mundo, y se explica en gran medida por la manera en que se han organizado los sistemas del mundo, especialmente el sistema financiero, el sistema comercial que ha tenido un privilegio, ha ido por encima de las realidades productivas del mundo, el sector real se ha sometido a sus intereses. Por salvar a la banca a nivel internacional, y también a nivel nacional, en varios países se ha destruido el sector real de la economía y, con ello, el empleo y la vida de la gente; no es una cuestión de números, es una cuestión de humanidad.
El porqué Europa está pobre tiene que ver con que, cuando se gestiona la crisis financiera, las salidas privilegian el interés del capital, y a pesar de que momentáneamente sirven para superar la crisis, al final del día son triunfos pasajeros que pasan factura.
En América Latina hemos entendido de una manera distinta la crisis, los intereses de la sociedad están por encima de los del capital. En Ecuador hemos percibido el coletazo de la crisis y tenemos regulaciones para la banca de tal manera que el resultado final sea que mejore el aparato productivo y que mejore el empleo y la demanda local, y los indicadores sociales.