Las vacaciones son para divertirse y disfrutar, por eso dejamos de preocuparnos por lo que comemos y podemos llegar a sobrepasarnos.
Estos ocho pasos te ayudarán a regresar a tu estilo de vida sin morir de hambre.
1. No hagas dietas extremas porque lo único que vas a provocar es que tu metabolismo se haga más lento y no lograrás bajarás de peso.
2. Proponte una cosa a la vez cada semana. Cada lunes haz un cambio y solo enfócate en ese para poder lograrlo, así al final del mes tendrás cuatro hábitos que cambiarán tu alimentación de por vida. Ejemplo: tomar mucha agua, evitar ponerle sal a la comida, cero azúcar añadida entre semana, etcétera.
3. Cena ligero y temprano. El cuerpo tendrá tiempo de poder desintoxicarse por sí solo al no tener tanto alimento que procesar por la noche.
4. Evita restaurantes. Aunque pidas lo más saludable, siempre las preparaciones contienen mucho aceite y sal.
5. Toma dos, tres litros de agua totales al día. Esta agua ayudara a que te sientas satisfecho durante más tiempo y evitará que consumas alimentos a cada rato.
6. Haz ejercicio, pero no te excedas. El hacer mucho provocará más hambre y no podrás cumplir con una alimentación baja en calorías para bajar lo que subiste.
7. Empieza el día con un jugo verde. Esto ayudará a que desayunes menos y a que obtengas muchas vitaminas y minerales que probablemente no consumiste durante las vacaciones.
8. Elimina por completo azúcar refinada, lácteos, harinas y panes. Este tipo de ingredientes hacen que subas de peso frecuentemente, por lo que eliminándolos bajarás de peso más fácilmente de lo que esperas.
Por último, no te agobies por esos kilitos, seguro regresando bajarás inmediatamente el agua que tienes retenida por el cambio de alimentación, clima, altura, etcétera, y con un cambio de alimentación casera en menos de un mes estarás como si nada.