“Háawka” es la palabra en lengua kumiai para decir “hola”. Y ahora también es el nombre de un mural donde residentes de Barrio Logan, en el centro de San Diego, saludan a su gente y plasman su preocupación y deseo por desarrollarse en un ambiente libre de contaminación.
Cuerpo sano, comunidad sana.
Vivir entre industrias, carreteras y una base naval, con un aforo vehicular de 40 mil automóviles y 3 mil camiones que diariamente transitan por esta zona, por supuesto que cobra factura en la calidad del aire que respiran sus habitantes.
Jorge Domínguez, de la Coalición de Salud Ambiental, explica que Barrio Logan incluso es de las zonas con mayor índice de personas asmáticas.
“Nuestro cuerpo es como las plantas, somos filtros de aire, nuestro cuerpo paga las consecuencias”, asegura.
El tema de la contaminación se conjuga con elementos de la comunidad indígena kumiai que habitan en el sur de California y en Tecate, Baja California.
Jorge Domínguez explica que con este trabajo también se abre un diálogo entre los adultos mayores y jóvenes.
“Trata de capturar varias perspectivas del Barrio Logan; no sólo de la legacía de los inmigrantes que han llegado y que continúan llegando, ¿por qué?, porque la gente migrante se identifica, siente que pertenece a esta colonia, tiene todo para sentirse parte”, agrega.
Para esta obra, se hizo equipo con el Chicano Park Steering Committee, estudiantes del Barrio Logan College Institute y la artista Alicia M. Siu, quien cuenta ha sido un largo proceso para que finalmente, los residentes hayan hecho los primeros trazos a mediados de agosto.
“Lo sobresaliente es la visión de los jóvenes, de cómo ven su comunidad, como ven soluciones por la contaminación de aire, la salud de sus cuerpos”, explica Alicia M. Siu.
Para hacer los primeros delineados de “Háawka: que el fuego en tu corazón queme brillantemente”, primero hubo varios talleres donde participaron hasta 70 personas del Barrio Logan.
Se trabajó en un diseño que más de un año después fue proyectado en imagen, sobre una pared en blanco, y fueron ellos mismos quienes iniciaron esta obra artística de espíritu verde que una vez finalizada, será colocada en el Parque Chicano, icónico de la población mexico-americana en el sur de California.
La meta es que una vez terminado el mural, no sólo forme parte de la galería que ya cubre los espacios del Parque Chicano, sino que contribuya a la unión de la comunidad y exigencia de la justicia ambiental.
Que haya un plan estratégico para reducir los índices de contaminación en el aire y que en esta zona haya igualdad de condiciones y de calidad de vida, como en otras áreas de California.
“La gente quiere tomar acción ahora, no mañana y este mural es nuestra manera de contestar a eso”, puntualiza Jorge Domínguez, de la Coalición de Salud Ambiental.