El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que él habría tenido el coraje de ingresar aun sin estar armado a una escuela en Florida para tratar de evitar la masacre que ocurrió el 14 de febrero.
“Pienso que yo habría corrido e ingresado (a la escuela) aun sin tener un arma, y creo que la mayoría de ustedes habría hecho lo mismo”, dijo el mandatario, durante una reunión con gobernadores en la Casa Blanca.
La declaración de Trump se refiere a un agente de seguridad armado que el día de la masacre se apostó en la parte externa de la escuela y evitó ingresar para tratar de interceptar al joven Nikolas Cruz, quien en el tiroteo provocó la muerte de 17 personas.
“El desempeño ha sido francamente una vergüenza”, dijo el presidente, quien reiteró su convicción de que las escuelas son “imanes” para personas que desean protagonizar masacres porque son “áreas libres de armas”.
En general, dijo Trump, los agentes que podían haber tratado de interceptar el ataque a la escuela “no son exactamente personas a ser condecoradas por la medalla de honra. Ha sido una cosa asquerosa”.
En el debate que se siguió con los gobernadores, el responsable por el estado de Washington (noroeste), el demócrata Jay Inslee, sugirió al presidente que podría ser benéfico “un poco menos de Twitter y escuchar más” para cualquier discusión sobre seguridad.
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En particular, dijo Inslee, sería conveniente escuchar las crecientes objeciones a una idea mencionada por Trump la semana pasada, de entrenar profesores y maestros para que carguen armas de forma encubierta para reaccionar en casos de ataques a escuelas.
Ante esa crítica directa, Trump apenas se cruzó de brazos y concedió la palabra a otro gobernador.