Por: Natalia López
Puebla, Pue. De ganar Andrés Manuel López Obrador la Presidencia de la República, “sería un escenario que sería muy negativo para el tratado, porque ya con dos países que estén en contra sí podría derivar en una cancelación”, señaló Derzu Daniel Ramírez Ortiz, profesor investigador de Relaciones Internacionales de la Upaep, respecto de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En entrevista, manifestó que existe la probabilidad de que ante las elecciones en México y Estados Unidos, en julio y noviembre próximo respectivamente, las rondas de negociación se pospongan hasta 2019. “Se planea que haya dos rondas de negociaciones más, aunque aún no hay fechas fijas. Entran en juego las consideraciones del cálculo político. En México habrá otro gobierno y posiblemente un nuevo partido que tiene toda una postura muy distinta al libre comercio a la que han tenido los últimos gobiernos mexicanos”, afirmó.
“Sería un escenario sui generis, pues por primera vez en mucho tiempo tendríamos en América del Norte dos gobiernos que son anti libre comercio”, apuntó el especialista; pues por un lado Donald Trump “ha esgrimido una posición proteccionista, donde dice que Estados Unidos debe eliminar este déficit comercial que tiene con los dos países”. Mientras que López Obrador “es un político que se ha pronunciado en contra del libre comercio y sobre todo del tratado, argumentando que ha sido negativo para muchos sectores de la economía nacional”.
A decir de Derzu Ramírez, la victoria de AMLO “sería un escenario muy negativo para el tratado, porque ya con dos países que estén en contra sí podría derivar en una cancelación”. Explicó que recientemente culminó la sexta ronda de negociaciones del tratado, que se llevó a cabo en Canadá, donde prevalece una situación ambigua respecto de tres temas: los cambios a las reglas de origen que Trump quiere imponer, la cancelación de mecanismos de resolución de controversias que busca desactivar y la cláusula de terminación del tratado, donde EEUU busca que cada cinco años se cancele a menos que los tres miembros quieren lo contrario.